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La otra guerra que también recordamos (y denunciamos) este mes: Armenia y Azerbaiyán

Viernes.24 de noviembre de 2023 157 visitas Sin comentarios
Con motivo de las convocatorias mensuales por la Paz en Ucrania. #TITRE

Grup Antimilitarista Tortuga

Este día 24 de noviembre se cumple un año y nueve meses del inicio de la guerra de Ucrania, luctuoso hecho que nos convoca en esta plaza cada día 24 de mes para pedir el final de las acciones bélicas e instar a las partes enfrentadas a resolver sus diferencias mediante el diálogo.

No obstante, como bien sabemos, la de Ucrania (o la de Palestina) no es la única guerra que asola a la humanidad. Queremos aprovechar estas convocatorias para, además de pedir la paz para Ucrania, recordar otros escenarios igualmente destructores de la vida y dignidad humana y la naturaleza.

Hoy vamos a hablar brevemente sobre la guerra de Armenia y Azerbaiyán.

Armenia y Azerbaiyán son dos pequeños estados que comparten frontera en la región meridional del Cáucaso. Los armenios constituyen una étnia y profesan la religión cristiana ortodoxa. Por su parte los azeríes, de religión islámica chiíta, son de étnia turca. Este hecho explica que la desavenencia que mantienen tenga hondas raíces, puesto que el pueblo armenio aún mantiene viva la memoria del genocicio que sufrió por parte de Turquía entre 1915 y 1923 en el que se calcula que un millón de personas armenias perdieron su vida. Esta animadversión, además, fue animada en forma de rivalidad regional por las autoridades soviéticas en tiempos en que ambas repúblicas formaban parte de la URSS.

Cuando se descompone la Unión Soviética, entre 1988 y 1991, Armenia y Azerbaiyán se convierten en estados. Hay un importante problema fronterizo, ya que hay un enclave azerí (Najicheván) separado del resto del país, al oeste de Armenia. Por otra parte, en pleno Azerbaiyán, hay una región de mayoría armenia, Nagorno-Karabaj, o Alto Karabaj que, tras la independencia de los dos estados, convoca un referendum en el que el 90% de la población solicita la unión con Armenia. Azerbaiyán se niega y estalla una cruel guerra, que se extiende hasta 1994. Dicha guerra provoca unos 30.000 muertos, de ellos 25.000 azeríes y es vencida por Armenia gracias a la ayuda de Rusia. El estatus quo que resulta de esa guerra es la autoproclamación de la independencia de Nagorno-Karabaj, que se llamará República de Artsaj, y el control militar de esa región y un amplico colchón de territorios azeríes circundantes por parte del ejército armenio. También se procede a la limpieza étnica de la población azerí residente en la nueva república.

Como es lógico, esta derrota y sus consecuencias causan un hondo resentimiento en la población azerí. Ello dará lugar a lo largo de los años a numerosos conflictos armados. Así, en 2020 se produce un ataque a gran escala azerí a la República del Artsaj. Es la llamada Segunda Guerra del Alto Karabaj, que concluye, dejando también miles de víctimas mortales, con una victoria azerí. Tras el armisticio auspiciado por Rusia, Azerbaiyán recuperó todos los territorios que rodean la República de Artsaj (dejándola aislada de Armenia) y aproximadamente un tercio de la misma autoproclamada república.

Entre 2021 y 2022 se produce un enfriamiento en las relaciones entre Rusia y Armenia, cuyo nuevo gobierno ha tratado de orbitar hacia la Unión Europea y Estados Unidos. Esta coyuntura, unida a la que proporciona la guerra de Ucrania, ha provocado que Armenia no tenga aliados capaces de auxiliarla militarmente ante la superioridad bélica de Azerbaiyán. Aprovechando el contexto, Azerbaiyán ha ido intensificando ataques contra las fronteras de la República de Artsaj e incluso de otros lugares de Armenia, llegando a ocupar territorio de ese país.

En esta escalada, el pasado mes de septiembre una amplia operación bélica de tropas de Azerbaiyán logró la rendición de las tropas de Artsaj y la disolución de la propia república. Desde entonces ha sucedido la evacuación masiva del enclave por parte de la población armenia, temerosa de una más que problable operación de limpieza étnica a gran escala por parte de sus rivales.

El futuro es incierto, puesto que nada se sabe de lo que le va a pasar a la población armenia que no logre huír de Nagorno-Karabaj. Por otra parte, Azerbaiyán no ha saciado todavía su deseo de conquistar las regiones de Armenia que le permitan unir su territorio mayoritario con su enclave occidental de Najicheván, por lo que el contencioso fronterizo y las escaramuzas armadas persisten.

En Armenia y Azerbaiyán, como en Ucrania, es urgente el diálogo que pueda conducir a una paz justa y perdurable. Una paz que contemple los derechos históricos y las necesidades de las diversas comunidades que pueblan aquellas tierras. Una paz que conduzca al respeto mutuo, a la reconciliación y a la buena vecindad.

Por un mundo sin guerras, con tolerancia, entendimiento, empatía y cooperación entre pueblos, étnias, religiones y culturas; por un mundo en Paz.

Elx, 24 de noviembre de 2023.


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