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Dentro de Garganta Profunda

Lunes.19 de septiembre de 2005 7001 visitas Sin comentarios
Linda Lovelace #TITRE

Documental evoca el éxito del primer filme porno de culto

Por Jose Oliva

San Sebastián, 18 sep (EFE).- Los cineastas Fenton Bailey y Randy Barbato
analizan en el documental "Inside Deep Throat" el fenómeno del primer filme
porno de culto "Garganta profunda" (1972), filmado en 6 días por 25.000
dólares, que recaudó 600 millones y se convirtió en el más rentable de la
historia del cine.

Estrenada en el mismo momento en que los movimientos nacionales para la
liberación sexual, la igualdad de derechos y los valores contraculturales
estaban alcanzando su punto álgido, "Garganta profunda", con escenas de sexo
explícito, se convirtió inesperadamente en el epicentro de una tormenta
social y política sin precedentes y en un gran fenómeno cultural.

Con narración del actor Dennis Hooper y producida por Brian Grazer ("Apolo
XIII", "Una mente maravillosa"), "Inside Deep Throat", que se proyecta en la
sección Zabaltegi del Festival de Cine de San Sebastián, lleva a los
espectadores a la trastienda de una película que fue hecha por casi nada y
dejó un legado que sus autores jamás habrían imaginado.

El gobierno de Nixon y el FBI iniciaron una cruzada contra la película y
sus creadores a los que acusaban de pornografía y obscenidad, lo que provocó
una fuerte controversia entre lo que algunos consideraron protección de la
moral estadounidense y otros una intolerable práctica de censura y
vulneración de los derechos de los ciudadanos.

"Inside Deep Throat" propone un viaje a los años 70, a la situación social,
cultural y política de los norteamericanos, y al intenso impacto que provocó
una película pornográfica, cuyo título llegó incluso a servir de referente
al escándalo de Watergate que acabó costando la presidencia a Nixon.

Por el documental desfilan personajes entrevistados como la protagonista de
"Garganta profunda", Linda Lovelace, escritores como Gore Vidal o Norman
Mailer, Erica Jong, John Waters, o directores como Wes Craven o Francis Ford
Coppola, espectadores en su momento de la controvertida película.

El propio director de "Garganta profunda", Jerry Damiano, reconoce en el
documental que "no era realmente una buena película", como demuestran
algunas partes desenfocadas, desincronizadas, un montaje imperfecto y unas
interpretaciones rudimentarias.

En declaraciones recogidas por la prensa en el estreno del documental en
EEUU, Barbato y Bailey, que no han podido desplazarse hasta San Sebastián,
argumentan que "lo que hacía la película interesante según los cánones de la
pornografía actual era evidente: el argumento era casi feminista, pues
explicaba la historia de una mujer que buscaba realizarse sexualmente".

Sin embargo, añaden los directores, "triunfó de manera masiva porque era
una comedia, una comedia sobre sexo y esto dio permiso a la gente para ir y
ver este filme en público y hablar sobre él".

El documental evoca el marco moral en que se realizó "Garganta profunda" y
recupera fragmentos de los únicos filmes permitidos por el gobierno en los
que aparecía el sexo de manera explícita, las películas educativas que
enseñaban al hombre a "tomar" a su esposa.

Con "Garganta profunda", subrayan algunas venerables mujeres maduras,
"muchas descubrimos el clítoris, aunque muchos pensaran que estaba al fondo
de la garganta para argumentar la necesidad de la felación".

La persecución de Nixon dio alas en la taquilla a la película, y aún más
cuando gente bien como Jackie Kennedy también hicieron cola ante la sala en
la que se proyectaba o cuando captó la atención de publicaciones
prestigiosas como el New York Times o la revista Variety.

El documental recoge también la censura que sufrió el filme, que llegó a
ser prohibido en 23 estados de EEUU, y la persecución a sus protagonistas,
especialmente al actor Harry Reems, acusado de conspiración por transportar
obscenidades a través de las fronteras estatales.

Cuando Reems fue declarado culpable en 1976, una impresionante lista de
grupos por las libertades civiles, junto a figuras de Hollywood como Jack
Nicholson o Warren Beatty, se pusieron de su parte y finalmente su condena
fue anulada. EFE