Seguramente muchos de ustedes pensarán que Libia, tras la discreta, eficiente, suave y rápida operación militar humanitaria de la OTAN (en la que participó España) para acabar con la "terrible dictadura" de Gadafi, necesariamente es hoy un paraíso de paz y democracia, en el que sus gentes viven felices, con abundancia y armonía. Pues no, desengáñense: Libia es un país destruído, económicamente arruinado (cuando era uno de los más prósperos de África) y en guerra y caos permanente. Por si no (...)