Manuel García ’el espartero’ inmortalizó hace casi 130 años (por lo menos hasta mi generación) lo de "más cornás da el hambre".
Se salvó de ésta gracias a los toros que mataba en la plaza. Lo que para unos es un arte y para otros una barbaridad, para él era ganarse la vida y de propina la fama.
Todo eso, pero también los problemas, se los quitó un Miura bautizado Perdigón.
Hoy hay cada vez más gente que se muere en soledad, más bien que vive en soledad aunque aparezca algún deudo in artículo mortis a saludar o heredar.
Alguno habrá que muy corneado por la soledad se muera (...)