Como el propio defensor del pueblo, entre otras instancias, sugiere, la condición de preso socava el requisito de voluntariedad exigido a la hora de prestarse a este tipo de experimentos. Las personas presas no son cobayas a disposición de estudiosos de unas y otras cosas. Si se trata de analizar a personas dotadas de un perfil agresivo, violento o psicopático, seguramente sería mucho mejor pedir voluntarios, por ejemplo, entre policías antidisturbios o militares. Nota de Tortuga. Nuria (...)