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Una encuesta entre adolescentes constata la vigencia del sexismo

Domingo.15 de julio de 2007 950 visitas Sin comentarios
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inSurGente.- Los adolescentes perciben claramente que sus madres son las que llevan el peso de la casa y aunque tienen un sentido crítico a la hora de observar los estereotipos, éstos siguen vigentes. Llenar la nevera, preparar los desayunos o hacer las maletas siguen siendo tareas de las mujeres, mientras que realizar pequeñas chapuzas en casa, comprar el coche o hacer la declaración de la renta son tareas que recaen en los hombres. Estos datos no son nuevos, la novedad reside en que son los hijos y las hijas quienes constatan que esa división del trabajo es la que se mantiene en sus casas. La encuesta en la que se fundamenta el estudio ha sido realizada en Barcelona. En el resto del reino borbónico, la cosa es aún peor.

Espectadores privilegiados: 785 adolescentes de 21 institutos distribuidos por 15 municipios del área metropolitana se han prestado a responder 106 preguntas de una encuesta anónima elaborada por Enriqueta Díaz, profesora de historia de secundaria en un instituto de Sant Cugat del Vallès. La encuesta forma parte del trabajo de investigación de esta profesora encaminada a conocer los Roles y estereotipos de género entre el alumnado de bachillerato.

Una parte del trabajo la ha financiado el Departament d’Educació y otra el Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison, de la Diputación de Barcelona. Una primera parte de esta investigación ya la realizó hace un año entre los alumnos de los institutos de Sant Cugat. El resultado de ese trabajo es lo que la animó a ampliar el análisis a otros centros del área metropolitana.

Compras, comida y maletas

La mayoría del alumnado encuestado vive en el seno de una familia tradicional, formada por madre y padre, mientras que poco más del 7% vive sólo con la madre y un 1% con el padre. En el 82% de las casas, es la madre la que realiza las tareas del hogar, incluso el fin de semana; la que elabora la lista de la compra; la que piensa qué se necesita y la que está pendiente (86%) de que no falte el jabón de la ducha, el papel higiénico o la fruta. Es decir, la parte más agotadora psíquicamente, como es estar pendiente de lo que hay o no en la despensa o en la nevera, se la lleva la madre.

Ella es también la que mayoritariamente se encarga de la compra. La preparación de los desayunos también corre a cargo de las madres (por encima del 70%), mientras que los padres lo hacen en el 19,7% de los casos si la que responde es la chica, y el 18,4% si el que contesta la encuesta es el chico. Lo mismo sucede con las vacaciones. Aunque la decisión del destino está dividido a partes iguales, una u otro escogen el lugar de descanso, las progenitoras son las encargadas de organizar y preparar las maletas de toda la familia, lo que en la práctica significa que antes de salir ya acumula un cansancio extra.

Bricolaje y coche

A ojos de los adolescentes, los padres son los encargados de realizar las pequeñas reparaciones de fontanería o electricidad y quienes eligen el coche. La elaboración de la declaración de la renta también es tarea mayoritaria de los padres aunque en casa trabajen ambos.

Percepciones

La percepción de que estas tareas las realiza la madre es prácticamente idéntica entre los chicos y las chicas, aunque algunas percepciones experimentan leves variaciones en función del sexo del observador. Chicos y chicas tienen un sentido crítico a la hora de percibir los estereotipos, pero los siguen aplicando, y prueba de ello es que las chicas son las que mayoritariamente ayudan a sus madres en las tareas de casa.

Una de las conclusiones que extrae la profesora Enriqueta Díaz es que a los adolescentes, "en general, no les gusta ver lo poco que hacen sus padres en casa, incluso les produce una cierta vergüenza", explica. Del resultado de las encuestas constata que los chicos tienen menos percepción y son menos críticos ante esa realidad, a todas luces poco igualitarias, que ellos mismos describen. "Las chicas se adaptan más a la cultura imperante, pero también son más conscientes de que la situación es discriminatoria y, por tanto, son más críticas".

El papel de la escuela

Los estereotipos "son sutiles e invisibles, hay que evidenciarlos, hacerlos visibles y eso exige voluntad y esfuerzo", señala Díaz. El profesorado arrastra una determinada cultura, en la que prevalece esa división de papeles histórica y, aunque sea de forma inconsciente, la reproduce. "Si al profesorado no se le forma, salvo excepciones porque hay gente muy concienciada, las cosas no cambiarán. Si la escuela no rompe la tendencia, no educa, no nos moveremos. Las actitudes individuales no son suficientes", afirma.

A su juicio, pese a que existe un avance en la percepción de que hay que ir hacia la no discriminación por razones de sexo - los adolescentes encuestados también constatan que existe segregación por sexo en el mercado de trabajo-, "esta percepción en positivo no se ha interiorizado.

Por ello, propone que el Departament d’Educació ponga en marcha "un plan estratégico con medidas concretas y generalizadas para formar al profesorado".

Pero también es necesario un esfuerzo adicional a la hora de elaborar los currículos de todas las etapas educativas y para establecer "medidas educativas destinadas al reconocimiento y enseñanza del papel de las mujeres en la historia", tal como señala la ley para la igualdad efectiva de hombres y mujeres. Porque, "como decía el filósofo George Gusdorf, ’el que no se nombra no tiene nombre, no se piensa. El que no se nombra no existe’. Y las mujeres, en los libros de texto, casi ni aparecen", concluye Enriqueta Díaz.

Fuente: La Vanguardia