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Un colectivo vecinal de La Marina (Elx) aboga por la destrucción de su pueblo poniendo como excusa el "desarrollo sostenible"

Martes.3 de julio de 2007 1763 visitas - 4 comentario(s)
Abajo, una opinión crítica con estos vecinos #TITRE

Vecinos de La Marina exigen que se levante la paralización urbanística en la pedanía

La asociación Pino-Mar reclama al Ayuntamiento que diseñe un crecimiento coherente del núcleo urbano

M. SABUCO

El sector MR-9 de El Pinet tiene paralizado el plan parcial por los tribunales

Vecinos de La Marina exigirán al Ayuntamiento de Elche que resuelva de una vez por todas cómo y de qué manera se va a realizar el desarrollo urbanístico de esta pedanía del litoral ilicitano. La Asociación de Vecinos Pino-Mar ha solicitado una reunión con el alcalde, Alejandro Soler, y con el concejal de Urbanismo, Alejandro Pérez, para manifestarles la disconformidad vecinal con la paralización urbanística que vive este núcleo urbano.

«Nosotros somos los primeros en querer un desarrollo sostenible de esta pedanía, porque vivimos aquí, pero entre una construcción masiva y no hacer nada hay muchos puntos intermedios», manifestó Juan Agulló, secretario de la asociación de vecinos, quien añadió que «se está estrangulando el desarrollo de La Marina. En ocho años lo único que se ha hecho es empezar el sector MR-9 en El Pinet, el sector MR-1 lleva seis años paralizado, y el MR-2 y el MR-10 llevan cuatro años. El Ayuntamiento debe tomar una decisión y permitir que se haga un desarrollo sostenible».

Los vecinos rechazan la postura del grupo conservacionista Amigos de los Humedales del Sur de Alicante, que recientemente solicitaba a la Administración local ilicitana que los terrenos del sector MR-10 en cuestión sean protegidos para evitar la construcción en los mismos por el valor de las dunas y la pinada.

«Los vecinos no quieren que se construya junto a la pinada. Somos los primeros en pedir actuaciones de las administraciones para conservar la pinada y regenerarla, pero se pueden marcar distancias suficientes de protección y poder construir, no dejar esos terrenos baldíos», comentó el portavoz vecinal, quien asegura que «existe malestar en La Marina con la paralización urbanística que hay» y apunta que en el sector MR-10, a continuación de la promoción urbanística que se está realizando en El Pinet y cuyo plan parcial está paralizado cautelarmente por los tribunales, «se pueden construir unas 800 viviendas en parcelas de 300 ó 400 metros cuadrados y no 200 metros cuadrados como inicialmente se planteaba». El desarrollo urbanístico y el aumento de población son vistos en La Marina como factores determinantes para la prosperidad y el futuro crecimiento económico de esta zona del litoral ilicitano.

Diario Información


Sobre el “Desarrollo Sostenible” de los vecinos de La Marina

Pablo San José

Imagino que no representan a todos los vecinos y vecinas de La Marina. Pero, si no he entendido mal, la Asociación de Vecinos Pino-Mar pide en nombre del desarrollo sostenible que en su pueblo se edifique, se edifique y se vuelva a edificar.

Ya en su día el colectivo de comerciantes y vecinos de La Marina se opuso con todas sus fuerzas a la paralización del sector MR-9, una urbanización muy pequeña en comparación con todo lo que hay aprobado para construir en la pedanía. El MR-9 es una urbanización muy agresiva para con el Medio Ambiente, y, como se sabe, está enclavada dentro del perímetro de protección de un Parque Natural. Por suerte, aunque está casi construida -de forma ilegal- los tribunales la mantienen paralizada. Pues bien estos señores de La Marina defendieron también, con uñas y dientes, esta promoción ilegal y depredadora del Medio Ambiente cuando sabían que no era más que una minucia comparada con todo lo que hay aprobado para edificar en La Marina. Ya podemos ir viendo qué entienden por “desarrollo sostenible”

Una vez se ejecuten todas las monstruosidades urbanísticas previstas La Marina habrá multiplicado su población por diez, por quince, por veinte... Eso sí, se hace en nombre del “desarrollo sostenible”.

Porque, claro está, los vecinos de La Marina tienen derecho a “desarrollarse”.

Cualquier lector de estos párrafos que no conozca la zona pensará que La Marina es un apéndice del Tercer Mundo, un lugar subdesarrollado en el que malviven los “sintecho” y la gente hace largas colas para que les atiendan en comedores de caridad.

Pues no. La Marina es una rica pedanía de un municipio considerado de los que más dinero mueven del Estado; con playas, con hostelería, con tiendas, con camping, con turismo, con parajes naturales, con huerta. Cerca de Elx, cerca de Alacant, cerca de Torrevieja y Santa Pola. Muy bien comunicada. Por supuesto más de una familia hay con problemas para llegar a fin de mes. Como en cualquier parte. Pero no creo que eso pueda justificar los deseos de estos vecinos de edificar y edificar miles de adosados, hasta que la huerta y el paisaje no sea más que un recuerdo.

Porque me temo que detrás de esos deseos de “desarrollarse” más bien puede haber codicia y perspectivas no de salir de la pobreza, sino de entrar en la opulencia. Posiblemente más de uno y más de dos se frotan las manos pensando en todo el público que va a llenar sus negocios, en las nuevas sucursales que van a abrir, en lo bien que le van a pagar los terrenos de huerta... Todo ello sin nombrarlas y sin elucubrar sobre el papel que puede estar jugando el puñado de empresas promotoras que se reparten este jugoso pastel.

Pero mucho me temo que se engañan de medio a medio, porque la masificación lo único que trae -como bien conocen ya en otros lugares de costa que recorrieron antes este camino- es un empeoramiento en las condiciones de vida. El urbanismo salvaje al que aspiran (le llamen como le llamen) les traerá mucho tráfico, delincuencia e inseguridad, contaminación, ruido, mucho hormigón, fealdad, destrucción de la huerta tradicional y el Medio Ambiente y también... competencia para sus negocios. ¿O es que esperan competir en igualdad de oportunidades con las franquicias y las multinacionales que abrirán en las nuevas urbanizaciones?

En otros lugares de España la gente valora su paisaje, sus casas tradicionales, su huerta y su cultura ancestral. Da gusto viajar por regiones donde sus habitantes han sabido y querido salvaguardar esta valiosa herencia. Los vecinos de La Marina que estoy citando parecen ver sólo dinero allá adonde miran. Todo se puede convertir en dinero. Casas, huertas, monte, parques naturales... Cualquier cosa se puede vender y transformar en euros.

Y se les olvida algo muy importante. Ese territorio que quieren vender, ese paisaje que están ayudando a destruir, esa manera de vivir tranquila que contribuyen a extinguir no es suya. Es de todas las personas. Es también de las generaciones que han de venir. Muchas generaciones han mantenido y nos han transmitido la pedanía de La Marina tal cual es. Una sola generación la quiere malvender. Sus nietos y bisnietos serán los primeros en denunciar los efectos de su codicia.