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Tita Barahona: "Rosa Luxemburgo no fue una feminista"

Miércoles.17 de abril de 2019 190 visitas Sin comentarios
La historiadora y feminista marxista aclara confusiones sobre la gran revolucionaria polaca. #TITRE

Canarias Semanal / Tita Barahona

Al igual que ha sucedido con otros comunistas como Antonio Gramsci, la figura y el legado de la gran marxista polaca Rosa Luxemburgo ha sido, y sigue siendo, objeto de innumerables manipulaciones.

Así, aunque Luxemburgo se destacó, entre otras cosas, por su lucha sin cuartel contra el llamado "reformismo", que renunciaba al carácter revolucionario del marxismo y acabaría dando lugar a la actual socialdemocracia, hoy no son pocos los que pretenden falsificar sus análisis para justificar su propia adaptación al sistema capitalista, enfrentando artificialmente a Rosa Luxemburgo con los planteamientos de Lenin.

Del mismo modo, se ha convertido en una suerte de moda que estas corrientes socialdemócratas, hoy hegemónicas en el movimiento feminista, traten de edulcorar a Rosa, convirtiéndola en una "feminista más", defensora de los derechos "de todas las mujeres" sin importar cuál fuera su clase social.

Para acercarnos de manera rigurosa a la figura de esta revolucionaria, desmontando falsificaciones y aclarando equívocos, entrevistamos a nuestra colaboradora Tita Barahona, historiadora y feminista marxista.

- Tita, recientemente participaste en un acto de homenaje a Rosa Luxemburgo, celebrado con motivo del centenario de su asesinato. Pero la vida, la actividad política y la producción teórica de Rosa dan, más que para una charla, para escribir muchos libros y para realizar innumerables debates, por lo que suponemos que tuviste que centrarte en algunos aspectos concretos.

- Efectivamente, Rosa Luxemburgo es una figura central en la historia del socialismo mundial y en la historia del siglo XX. Se puede afirmar, sin caer en ningún tipo de exageración ni en panegíricos, que fue una mujer extraordinaria. En su cuerpo menudo, "de andar patoso", como decía ella misma, anidaban una inteligencia, una voluntad y una sensibilidad de gigante. Rosa discutió de igual a igual con los grandes maestros de la teoría y praxis socialista y tanto su práctica política como su obra teórica, íntimamente ligadas en el marxismo, desbordan cualquier acercamiento sucinto.

En el acto homenaje al que te refieres hubo otro compañero que trató los aspectos más políticos de su biografía, de manera que yo centré mi intervención en la confusión que hoy existe sobre si Rosa fue feminista o no lo fue, así como en otros aspectos relacionados con su vida interior.

- Nos gustaría preguntarte por el primero de estos dos temas. ¿Rosa Luxemburgo fue feminista?

- La confusión sobre este tema, a veces inocente y otras veces interesada, se está dando hoy tanto en las filas del feminismo como en las del comunismo. Por un lado, hay quienes piensan que Rosa merece un sitio en la historia del feminismo por el hecho de que fue una mujer sobresaliente, independiente y capaz de convertirse en una dirigente en pie de igualdad con sus compañeros varones. Otros opinan, por el contrario, que Rosa no era feminista, sino comunista. Lo primero es una equivocación, con matices. Lo segundo es una verdad, pero también con matices.

- ¿A qué te refieres, exactamente?

- Bueno, para empezar, resulta imprescindible contextualizar el debate históricamente. En la época en que Rosa Luxemburgo vivió se llamaba "feministas" a las mujeres de la burguesía que comenzaban a organizarse por los derechos civiles, mientras que a las mujeres obreras organizadas se las llamaba socialistas. Socialistas o socialdemócratas se llamaba también a quienes luego serían comunistas. Y, seguramente, encontraríamos más términos designativos de grupos o prácticas de aquella época que ahora denominamos con otras palabras. Por ese motivo, contemporáneas de Rosa que ahora figuran en la historia del feminismo socialista, por derecho propio, como Alexandra Kollontai y Clara Zetkin, no se autodenominaban feministas, sino socialistas.

- ¿Es por eso que algunos compañeros sostienen que estas revolucionarias estaban contra las "feministas"?

- Obviamente, estas revolucionarias estaban contra ese feminismo burgués y, por ejemplo, hay un célebre texto de Luxemburgo, "El voto femenino y la lucha de clases", en el que ella afirma explícitamente que lo que el Estado teme y niega es el voto de las mujeres obreras, que "acertadamente ve como una amenaza para las instituciones tradicionales de la dominación de clase". En ese mismo texto, Rosa deja meridianamente clara su opinión sobre las mujeres burguesas, como enemigas de clase de las trabajadoras y los trabajadores, muchas de las cuales votarían por "mantener la explotación y esclavitud del pueblo trabajador, del que reciben indirectamente los medios para su existencia socialmente inútil".

Dicho esto, hay que aclarar también que con el tiempo, probablemente durante los años 40-50, las mujeres socialistas y comunistas se comenzaron a llamar feministas marxistas o socialistas, y así se ha mantenido hasta hoy. Por eso, en mi opinión, no tiene mucho fundamento lo que un sector del comunismo sostiene respecto a que el feminismo es sólo un fenómeno burgués y, como Luxemburgo o Kollontai no se llamaban feministas, entonces las marxistas de ahora tampoco deberían denominarse así. Aplicando la misma lógica nominalista, quizás los comunistas deberían seguir llamándose socialdemócratas o socialistas. En cualquier caso, está bien recordar que el feminismo marxista ha hecho una enorme contribución al estudio del origen y la reproducción de la opresión y explotación femeninas, históricamente, desde una perspectiva de clase.

- ¿Entonces se podría incluir a Luxemburgo entre estas feministas marxistas?

- Para formular un juicio fundado a este respecto, y no una mera opinión basada en el deseo o las simpatías de cada uno, es preciso partir de unos criterios definitorios. Si partimos de que la historia del feminismo socialista la conforman quienes han contribuido, con su teoría o con su militancia volcada a la cuestión femenina, a hacer avanzar la teoría y la praxis del movimiento, como lo hicieron Kollontai y Zetkin, entre otras, entonces Rosa no entraría aquí; porque ella volcó toda su actividad y estudio, que fue muchísimo y enormemente productivo, en temas más generales: la economía política, la acumulación de capital, la huelga, el reformismo, el militarismo. En asuntos estratégicos para la revolución socialista, causa a la que dedicó su vida y por la que fue finalmente asesinada.

- ¿Quiere decir esto que a Rosa Luxemburgo no le interesó la llamada cuestión femenina o la emancipación de las mujeres?

- No. No quiere decir eso, y de ahí que antes me refiriera a "los matices" que era necesario aportar a este respecto. Que ese no fuera el tema al que dedicó principalmente sus esfuerzos no significa que la cuestión femenina no le preocupase, ni que no tuviera interés en ser partícipe de las discusiones que en torno a ella se tenían en el seno del partido social-demócrata. Todo lo contrario.

- ¿Cómo fue esta participación?

- Con la brevedad que requiere una entrevista, cabe recordar, por ejemplo, que en 1910 encontramos a Rosa en Copenhague, con motivo de dos importantes reuniones: la II Conferencia de Mujeres Socialistas (25-27 de agosto) y el VIII Congreso de la Internacional Socialista (28 de agosto-3 septiembre). Pero ya en vísperas del Congreso de Stuttgart (1907) se había reunido en dicha ciudad la I Conferencia de Mujeres Socialistas, y en ambas reuniones estuvo Rosa, junto a su camarada y amiga, Clara Zetkin.

- ¿Qué temas se trataron en esas conferencias?

- En ambas conferencias se planteó como principal reivindicación el voto femenino y, en general, la equiparación de derechos laborales y políticos entre el hombre y la mujer. Pero frente a la táctica de las organizaciones "feministas", se postuló la acción reivindicativa de los derechos de la mujer dentro de las mismas organizaciones políticas y sindicales que los hombres, esto es, integrándose en el movimiento obrero sin discriminación alguna. En este sentido se configuraron dentro de los Partidos de la Internacional comisiones o secciones de mujeres más bien concebidas como entidades de estudio de una problemática específica y como instrumento de estímulo para que las mujeres se adhirieran a las organizaciones obreras.

- Antes te referiste a un célebre texto de Rosa Luxemburgo, "El voto femenino y la lucha de clases", que aunque hoy se puede conseguir fácilmente a través de Internet no parece que sea muy leído por ciertas feministas que, sin embargo, dicen ser seguidoras de su legado.

- En efecto. Ni por quienes intentan blanquearla, como ese feminismo social-liberal de postureo que recurre a citas suyas para adornar sus discursos, como hizo una señora académica hace poco, respondiendo en una entrevista que "el 8-M" quería un mundo -citando a Rosa- "donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes, y totalmente libres". Un mundo, por cierto, que el discurso feminista social-liberal nunca nombra, mientras que Rosa, por el contrario, se sentía orgullosa de nombrar. Ese nombre era y es socialismo. Socialismo o barbarie.

Y ciñéndome más a tu pregunta, hay que decir que darse por entendidas o entendidos de la obra de alguien sin haber leído bien sus textos no afecta solamente a la obra de Rosa Luxemburgo, ni al movimiento feminista. Lamentablemente es muy habitual que se hable sin el mínimo conocimiento sobre los temas que se están tratando.

Intervención de Rosa Luxemburgo en Stuttgart

El texto del voto femenino y la lucha de clases es, efectivamente, muy conocido, corresponde a un discurso que da Rosa en 1912, con motivo de las II Jornadas de Mujeres Socialdemócratas, celebradas en Stuttgart. En él, se congratulaba de los avances que estaban experimentando las mujeres proletarias tanto en sus vidas personales como en el compromiso y militancia en las organizaciones obreras. Rosa las animaba a seguir luchando por el derecho al voto, y concluía, de forma contundente:

- Entonces, Tita, para finalizar, y esperando que nos perdones la simplificación, ¿era o no era feminista Rosa Luxemburgo?

- Bien, si alguien se empeñara en plantear la pregunta en estos términos, sin atender a las contextualizaciones históricas y las puntualizaciones que son imprescindibles para aproximarse seriamente a cualquier tema, yo contestaría que Rosa, en puridad, no era feminista. Pero inmediatamente tendría que volver a matizar que ello no significa que no simpatizara con la causa de la emancipación femenina. Esto, en realidad, es aplicable a muchísimas mujeres. Pensemos, por ejemplo, en una contemporánea suya, también polaca, Marie Curie. Ella fue una mujer que rompió moldes en su época, pero se volcó enteramente a la ciencia, no a la militancia feminista o a la elaboración de hipótesis sobre la opresión de las mujeres. El hecho de ser mujeres no hace a Rosa o a Marie feministas, pero tampoco anti-feministas, desde luego.

Canarias-Semanal.org

Texto completo en: https://www.lahaine.org/mW0

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