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Tanto el poli bueno como el poli malo son polis

Martes.12 de marzo de 2019 104 visitas Sin comentarios
Insurgente. #TITRE

No se quien lo inventaría pero es un clásico entre los clásicos del comportamiento policial, especialmente en interrogatorios. Posiblemente la inquisición fuera de las primeras instituciones en hacer un uso estructurado y metódico de esta teoría del crimen. Por un lado la aplicación del encarcelamiento preventivo, la tortura y la amenaza de condena, y por el otro y al mismo tiempo la posibilidad de escape del tormento y salvación de darse unas condiciones que se fijaban en los Edictos de Gracia mediante la asunción de culpabilidad y la petición de perdón, que debido a arrepentimiento podía llevar a una pena más leve o a la absolución mediante la llamada reconciliación con la iglesia. Los animales eran los únicos que no podían fácilmente escapar al no poder comunicarse verbalmente con humanos. Y es que por muy ridículo que parezca a los animales también se les hacían juicios y torturas, De ahí que por ejemplo, muchos animales de granja o gatos fueron llevados a la hoguera y se les realizaban castigos ejemplarizantes y humillaciones públicas al igual que ocurría con humanos.

Con el tiempo se llevó a cabo una ingente labor de investigación y estudio sobre la tortura y los interrogatorios siendo tanto el nazismo como diferentes gobiernos de EEUU que recogieron su testigo (y mucho de su personal) los que de una manera sistemática trataron de elaborar desde una supuesta base científica las leyes que operan en el tormento. Estas bases para la tortura luego fueron exportadas a sus aliados llegando por ejemplo a muchos lugares de toda América latina y Europa. También a Euskal Herria donde la tortura que se emplea viene directamente de esas investigaciones.

Y es que son inexistentes los manuales para realizar denuncias de torturas falsas y sí que existen los manuales para torturar. A grandes rasgos, sus estudios llegaron a la conclusión de que un cuerpo y mente se puede partir si se crea una regresión psicológica en la víctima. Despojada entonces de las defensas más básicas del ser humano mediante técnicas de coerción, llega el momento de proporcionar al torturado una racionalización que le haga escapar del tormento: que puede ser por ejemplo una auto-inculpación. Por eso es necesaria en muchas ocasiones la figura del torturador que puede no torturar directamente pero advertir de que puede seguir siendo torturado por otros de no aceptar las condiciones. En sus manuales lo llaman la figura de autoridad paternal que frente a la regresión infantil inducida en la víctima tratará de “ayudarla” para que salga del tormento.

Este método de trabajo usualmente no se circunscribe simplemente a lo que puedan ser los interrogatorios y la tortura sino que a escala global política intentan también despojar y eliminar las defensas sociales y políticas para que así se racionalice que el estado es todopoderoso y que no se puede hacer nada, siendo lo mas “sensato” no disentir para estar tranquilo y que no te pueda pasar algo. De igual forma cuando sí se hace algo, las figuras de “autoridad paternal” y de escape del tormento también operan a estos niveles. Estructuras que ofrecen en determinados momentos tablas de salvación y falsas esperanzas.

Diversas estructuras de la UE o de tribunales europeos como el de Estrasburgo son paradigmáticos de todo ello. Por ejemplo, el mismo tribunal de Estrasburgo que recientemente declaraba la falta de imparcialidad de una jueza española en un juicio político en Euskal Herria, fue el mismo tribunal que afirmó hace años que la ilegalización de Batasuna “no sólo fue legal, sino necesaria.” y que vino dada por una “necesidad social imperiosa”, afirmando que la ilegalización de Batasuna fue “necesaria en una sociedad democrática” para el “mantenimiento de la seguridad, la defensa del orden y la protección y los derechos del otro”. Por lo que finalmente ese tribunal avalaba las ilegalizaciones y daba carta de protección a la represión española. Cosa que sigue haciendo ahora porque no vamos a ver nunca que el propio tribunal de Estrasburgo se desdiga y reconozca que actuó parcialmente para dar la aprobación a las ilegalizaciones como así fue. Es decir, que a caballo pasado y con hechos ya consumados ese tribunal critica la parcialidad de una jueza de algo que el propio tribunal de Estrasburgo ya se encargó en su día de avalar y nunca ha cambiado de opinión.

En Catalunya recientemente se vivía una situación con similitudes. Desde las estructuras europeas se avaló la legitimidad del gobierno español para impedir y violentar el referéndum de autodeterminación dando una protección absoluta a los objetivos de la represión, pero al mismo tiempo denunciando el “uso excesivo de fuerza” policial.

Tanto en un caso como en otro queda claro que “con las cosas de comer no se juega” pero siempre puede haber espacio para la hipocresía y de esta manera mantener esperanzas de salvación de instituciones del capital que en determinados momentos juegan tanto al policía bueno como al malo en un proceso hegemonizador para crear dependencia y que así nada cambie, salvo el aumento de la credulidad del oprimido necesaria para ello o su propia integración en el “orden”. Si no es por un sitio por otro.

Si existe un territorio a nivel mundial donde han habido las mayores condenas de tribunales y estructuras internacionales año tras año ese se llama Palestina. Algo que se demuestra año tras año proporcional a cómo la comunidad internacional del capital al mismo tiempo ha dejado y está dejando hacer que se suceda el exterminio contra el pueblo palestino cada día más minorizado. Y es que nunca los responsables de una situación de opresión pueden ser al mismo tiempo la solución.

Así como ningún estado, ningún tribunal es neutro ni imparcial. Mucho menos en una dictadura de clase como en la que vivimos. Y el tribunal de Estrasburgo no es una excepción, siendo un tribunal que avala la opresión nacional y social de Euskal Herria o de Catalunya. Así como la miseria de la clase trabajadora europea. Aunque haga a veces de policía bueno, precisamente para que esa opresión se mantenga, y no se caiga en aquello de “solo el pueblo salva al pueblo”. Todo lo demás apariencias.

(Borroka Garaia da)

Tomado de: http://insurgente.org/tanto-el-poli...

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