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¿Por qué fracasó el envenenamiento de Rasputín?

Jueves.1ro de enero de 2015 417 visitas Sin comentarios
Ojo con las invitaciones a merendar. #TITRE

El asesinato del enigmático monje y místico ruso Rasputín en diciembre de 1916 tuvo varios complices de la aristocracia rusa, encabezados todos ellos por el príncipe Félix Yusúpov. Pese a la simplicidad de un plan supuestamente infalible para acabar con su vida, la realidad se tornó mucho más complicada de lo inicialmente previsto, y fueron necesarios varios intentos de asesinato en la misma noche.

Los conspiradores, envidiosos de la influencia de Rasputín en la corte del zar Nicolás II , acordaron matarlo en el palacio del propio Yusúpov, en San Petersburgo. Poco antes de su asesinato, Rasputín escribió a la zarina diciendo que esperaba una muerte violenta, probablemente por parte de misma nobleza. Y predijo que si él moría, los zares harían lo mismo en menos de dos años. Curiosamente acertó porque el zarismo cayó dos años después con la revolución rusa de 1917.

La sucesión de los hechos ocurridos la noche del 29 de diciembre de 1916 parece que fue la siguiente, según los historiadores:

El príncipe Yusúpov, casado con la princesa Irina y sobrina del zar, invitó a Rasputín a una fiesta en su palacio para que conociese a su esposa. Este aceptó sin pensarlo y fue al palacio, donde estaba ya preparado el plan para eliminarlo.

Un enorme banquete de pasteles y vino dulce presidía la cena en los sótanos del palacio. Pero todos estos manjares contenían grandes cantidades de cianuro potásico, uno de los peores tóxicos conocidos en la época.

Los pastelitos contenían dosis cuatro veces superiores de lo necesario para matar a una persona. Rasputín no paraba de preguntar por Irina al llegar al lugar del festín, recibiendo por respuesta de parte de Yusúpov que estaba retocándose, para ganar tiempo. El simpático anfitrión ofrecía constantemente copas de vino dulce (sin envenenar) al monje con el fin de enmascarar el mal sabor del cianuro, para posteriormente ir ofreciéndole los pastelitos envenenados. Rasputín experimentó una leve reacción de malestar, pero seguía comiendo tan tranquilamente.

Lo que ignoraba Yusúpov es que le estaba aplicando a su víctima, al mismo tiempo, el veneno y el antídoto.

El cianuro potásico (y también el sódico) son unas sales de color blanco, con textura similar al azúcar, y que reaccionan con los ácidos (como por ejemplo el ácido clorhídrico presente en los jugos gástricos) desprendiendo ácido cianhídrico. Este último compuesto es el responsable de impedir que el oxígeno transportado por los glóbulos rojos llegue a las todas las células del organismo, impidiendo así el proceso de la respiración celular, causando la muerte por anoxia quimica.

Pero Yusúpov no contaba con que el vino dulce que ofrecía a Rasputín y que éste lo bebía como si fuera agua, contenía una gran cantidad de glucosa, inhibidor demostrado de los efectos tóxicos producidos por el cianuro.

La glucosa reacciona con el cianuro en medio ácido, dando lugar a una heptosa, con desaparición de la molécula ciánica en la reacción implicada. Mitiga por tanto los efectos tóxicos del mismo.

Asombrados debieron quedar el príncipe Yusúnov y sus acólitos cuando veían como se comía los pasteles Rasputín y mostraba solamente un pequeño ardor de estómago. Según algunos autores incluso cogió una guitarra y se puso a cantar canciones populares. Menudo cuadro.

La historia termina como ya todos conocemos. El cabreado Yusúpov bajó al sótano con su revólver y disparó varias veces a Rasputín.
El "monje terminator" cayó en teoría muerto. Yusúpov, que anteriormente se había ido del sótano, vuelve allí y examina el "cadáver". En ese momento, Rasputín le agarra muy fuerte del hombro y maldice a Yusúpov, que llama gritando a su cómplice un tal Purishkevich. Este espera, con el arma cargada, a que Rasputín salga corriendo por la puerta del sótano para acribillarle a balazos.

Pero el místico se escapa por otra puerta que da al patio y corre para salvar su vida por la nieve. Purishkevich se da cuenta y le dispara tres veces. Dos de ellos fallan, pero un tercer disparo le da en el hombro, haciendo que se gire y, finalmente, caiga. Purishkevich le remata con un tiro de gracia en la cabeza. Tras velar el supuesto cadáver hasta las cinco de la mañana y convencidos de que ha muerto, deciden tirarle a un agujero del helado río Neva, situado junto al palacio. Causa de la muerte según la autopsia: ahogamiento.

Resumen: si algún enemigo te invita a merendar y notas un saborcillo como a almendras amargas, bebe vino dulce o come cualquier cosa que contenga glucosa.Y corre.

Fuente: http://www.esepuntoazulpalido.com/2...