Piden siete años de cárcel a un sindicalista por recibir un montón de golpes de la policía

CGT Iruñea

Enlace a la campaña de apoyo a Luisito

Sucedió en la tarde del cuatro de enero de 2000. El compañero Luis Marcos Rivera, Luisito, había acudido a Madrid desde Valladolid, junto a varios centenares de cegetistas de todo el estado, para solidarizarse con los cerca de setecientos despedidos de una contrata de Airtel que tenían convocada una huelga contra los despidos.

La huelga había tenido un seguimiento cercano al cien por cien y todo había ocurrido dentro de la común "normalidad" en estos casos: numerosa presencia policial protegiendo los intereses de la patronal, abucheos para los pocos esquiroles que entraban a trabajar y aplausos y cánticos para las numerosas trabajadoras y trabajadores que se incorporaban a la concentración de protesta.

La versión de Luis M. Rivera:

Entonces fue cuando se preparó el jaleo: la policía de Ansuátegui, Gobernador Civil de nefasto recuerdo para navarros/as y madrileños/as por la represión de libertades vigente durante sus mandatos, estaba deseosa de actuar y actuó cargando contra los manifestantes. En la carga, varios policías blandiendo sus "defensas" bajaron la calle persiguiendo a algunos de los concentrados, fue entonces cuando se encontraron de frente con Luisito y -supuestamente- lo arrollaron, lo tiraron al suelo, lo esposaron y lo golpearon hasta el punto de pegarse a veces los policías unos a otros. Luego, -siempre según la versión del propio detenido- en el calabozo terminaron la "faena" hasta que del cuello para abajo no quedó un centímetro cuadrado de piel sin marcar.

Para ocultar supuestamente sus fechorías los policías acusaron a Luisito (¡que cojea y no ve de un ojo!), de haber golpeado a dos de ellos causándoles varias lesiones.

Pero ya se sabe de la eficacia de la policía española: siempre detienen al culpable, ¿culpable de qué?, de ser el primero al que pillan. Total, que a Luisito le piden nada más y nada menos que siete años de cárcel en un juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Madrid del seis al ocho de noviembre de este año, ¡casi ocho años después de que ocurrieran los hechos!

Pero no se está juzgando sólo a un compañero, sino también a toda una forma de pensar y de actuar colectivamente, por eso, el 7 de noviembre, ahí estaremos para hacer valer nuestra solidaridad.