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Pendjab, India: Una persistente lucha por la justicia

Martes.22 de mayo de 2007 1325 visitas Sin comentarios
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Miles de gentes de Mehal Kalan y pueblos vecinos en el estado del Pendjab, India, lucharon por años para llevar ante la justicia a los hombres que violaron y asesinaron a la muchacha de 17 años de edad, Kiranjit Kaur, en 1997.

Este propósito parecía casi imposible al principio porque los hombres eran de una familia de ricos hacendados con buenos conectes al poder oficial que había aterrorizado a la gente del pueblo por generaciones. Todavía después de cuatro años de un creciente movimiento de masas, que incluía manifestaciones de decenas de miles de gentes, gheraos (bloqueos a la policía y otras autoridades en sus oficinas), dharnas (plantones y bloqueos) y otras acciones, dos hijos y dos sirvientes de la familia fueron procesados y sentenciados de por vida a prisión en 2001.

Pero la historia dio vuelcos. Tres líderes del Comité de Acción de Mehal Kalan fueron acusados de asesinar al patriarca de la familia de hacendados. A pesar de que un reporte de la policía concluyó que no tenían nada que ver con el asesinato, los tres activistas fueron sentenciados de por vida a prisión en marzo de 2005. Desde entonces el movimiento que se inició en el caso de Kiranjit ha continuado y ganado apoyo por todo el país, ahora para obtener la libertad de estos tres líderes.

Kiranjit Kaur iba del colegio a su casa en bicicleta el 29 de julio de 1997, cuando desapareció. Se había quejado con sus compañeros de que los hijos del hacendado la habían estado acosando. Cuando sus padres fueron a la policía, las autoridades tomaron el caso como si la muchacha se hubiera fugado con otro hombre. Trece días después, su ropa interior, libros y bicicleta fueron encontrados enterrados en un campo. La policía siguió negándose a tomar el caso en serio y se negó a tomar posesión de las pruebas. No fue sino hasta que se encontró el cuerpo que tuvo que admitir que se había cometido un crimen.

La gente del pueblo no aceptó la versión de las autoridades desde el principio. Un poco después del asesinato de Kiranjit, a petición de su padre, un maestro llamado Darhsan Singh, se formó un comité de acción integrado por una amplia coalición de organizaciones políticas y grupos de derechos humanos, incluyendo las publicaciones revolucionarias Chamkada Lal Tara y Lok Sangram Morcha, un integrante del Movimiento de Resistencia de los Pueblos del Mundo en el sur de Asia. Miles de mujeres y hombres llegaron del pueblo de Bernala y del vecino distrito de Sangrar al entierro de Kiranjit el 12 de agosto, un día después de que su cuerpo fue encontrado. Dos días después del entierro, al menos 50 mil gentes tomaron parte en una manifestación que demandó el ahorcamiento de los culpables y el castigo a la policía que los protegió. Una manifestación similar se llevó a cabo en septiembre. La escuela de Kiranjit Kaur adoptó su nombre.

La identidad de los asesinos no era un misterio. Los hombres eran conocidos por haber violado a otras muchachas, pero ninguna había ido a la policía porque tenían miedo de que las autoridades las castigaran por quejarse. En otra ocasión, los hombres le habían cercenado el brazo a un anciano en público. Su padre y un tío habían asesinado a un trabajador social y a un aldeano, también en público e impunemente. Un total de 28 crímenes se habían presentado contra la familia, sin ningún resultado. La familia tenía amigos en los dos partidos de mayor jerarquía política, el Akali Dal (el partido gobernante del Pendjab) y el Partido Comunista (Marxista), un partido pro-hacendados, reaccionario de cabo a rabo, sin importar su nombre, y miembro de la actual coalición gobernante del país. Después de la muerte de Kiranjit, la gente organizó un boicot social contra la familia de hacendados.

Como un reportero del cotidiano Indian Express escribió varios años más tarde: “Nunca antes en la historia del Pendjab un caso de violación y asesinato había tenido en el movimiento de la gente dimensiones tan fuertes y sostenidas, haciendo de la figura de Kiranjit Kaur un icono para la gente de la región... Si ud. habla acerca de Kiranjit, el aldeano más analfabeto de Mehal Kalan recuerda la fecha exacta del incidente, dónde fue encontrado el cuerpo, dónde se llevó a cabo el primer dharna (plantón y bloqueo) y cuándo fue levantado el reporte policial inicial. ¿Cómo olvidar eso? Después de todo Kiranjit no sólo es ahora hija del maestro Darshan Singh, sino es hija de todo Mehal Kalan”, le dijo un aldeano al reportero.

“Kiranjit era pobre y sus verdugos son ricos con estrechos lazos con el poder”, le dijo un campesino al corresponsal. Explicó que muchos aldeanos consideran que el caso está ligado a la privatización del país, la globalización y la Organización Mundial de Comercio como parte de “una conspiración para hacer a los campesinos pobres, aún más pobres”. Su esposa agregó que el movimiento también tenía por objeto no soportar más el abuso contra la mujer. “La gente deberá aprender a parar los asesinatos de sus hijas en la matriz””, dijo, en referencia a una práctica ampliamente difundida en el Pendjab. La mujer “debe ser tan valiente como Kiranjit, quien murió luchando”, agregó.

“Se dice que cuando Kiranjit fue encontrado enterrada en el campo de un sospechoso, asidos a sus dedos había mechones de pelo. Ella, aunque pobre, no se sometió dócilmente. Murió luchando, jalando las barbas de sus agresores. Como ella, todos debemos aprender a no someternos a los tiranos”, dijeron orador tras orador en un mitin que reunió a miles el 12 de agosto de 2001 con motivo del aniversario del incidente... La nuestra es una larga lucha. Kiranjit es un símbolo de la resistencia contra la represión y contra el injusto orden social”, declaró un activista de la aldea al periódico Indian Express (17 de agosto de 2001).

En agosto de 2001, la gente llevó a cabo un dharna (plantón y bloqueo) contra la policía y luego bloqueó el tráfico por varias horas en la carretera entre Bernala (el pueblo más cercano) y la ciudad de Lubhiana. Fueron cerca de 200 mil con un buen contingente de mujeres; llegaron en camiones y a pie para asistir a una reunión en un mercado de cereales. Varias figuras de los dos partidos políticas se asomaron para decir que apoyaban el movimiento, pero el tono de la manifestación iba dirigido contra la policía y los gobiernos estatal y nacional por proteger a los criminales.
Varios miembros del parlamento nacional tuvieron que huir ante la furia de la multitud. El movimiento empezó a recibir un amplio apoyo de todo el estado del Pendjab.

Por fin, en agosto de 2001, cuatro de los siete acusados fueron sentenciados a prisión de por vida y encarcelados. Su apelación se encuentra hoy ante la Suprema Corte.
Pero este paso que suponía el fin del movimiento dando una apariencia de justicia, fue acompañado de otra medida funesta, más abiertamente represiva. En el marzo previo, mientras los acusados hacían presencia ante la corte, Dalia Singh, patriarca de la familia de los acusados, fue apuñalado fuera de la corte y murió después. Esta vez la policía sí actuó rápido y arrestó a los miembros del Comité de Acción, Narain Dutt, Prem Kumas y Manjit Dhaner, en respuesta a una denuncia de uno de los hijos de Dalip Singh.

La familia tenía muchísimos enemigos que deseaban la muerte del patriarca. Como luego escribió al SNUMQG el Comité Nacional de Defensa formado en apoyo a los tres hombres, el arresto que se dio en medio de redadas de la policía contra mucha gente ligada al movimiento fue “una represalia por el desarrollo del movimiento popular en pro de la justicia.

Fue una conspiración de las fuerzas antipopulares contra las fuerzas propopulares que luchan por la justicia y la libertad. En los hechos, el movimiento que se transformó en una gran lucha popular llevaba a cabo su lucha sin ninguna enemistad personal con estas viles fuerzas pero como parte de una guerra de clases que se apoyaba en las masas. A través de las vueltas y revueltas de la lucha, se ha hecho añicos la base de la política autoritaria de los esbirros y sus amos políticos y ha puesto al descubierto sus nexos con sus amos políticos y las autoridades (incluyendo la policía) y el Estado. Debido a este movimiento los violadores y los asesinos ya están presos y fue destituido el jefe de la policía de la localidad. Por la continuación de la lucha, la actividad consciente de las fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias y otras fuerzas en lucha se ha elevado a un nivel superior. Por eso es que la gente que vivía antes bajo el miedo y el terror de estos esbirros ha salido y está saliendo abiertamente a las calles enarbolando la bandera de la lucha por cientos y miles contra las viles fuerzas y contra el sistema opresor del Estado que les dio origen. Las viles fuerzas de la injusticia, en un vano intento de restaurar su autoridad y decapitar la lucha del pueblo, implicaron a los líderes en acusaciones falsas”.

En el reporte de la policía contra los tres líderes, mucha gente de muchos sectores sociales (obreros, campesinos, empleados, tenderos, estudiantes y otros) declaró que los tres miembros del Comité de Acción no estaban en el lugar en el momento del apuñalamiento y que no tenían nada que ver con él. Bajo juramento, 29 personas declararon a la policía para tal efecto. El reporte encontró a los tres hombres inocentes y el caso en su contra fue cerrado por el momento. No obstante, después la misma corte de apelaciones de Bernala, que mandó a la cárcel a los violadores-asesinos de Kiranjit, los acusó de nuevo de los mismos cargos a los líderes del movimiento por la justicia. En marzo de 2005 fueron sentenciados de por vida a prisión y encarcelados. Su caso está pendiente ante la corte de apelaciones.

La lucha por su libertad la ha continuado el Comité de Acción (incluyendo el padre de Kiranjit Kaur) y el Comité Nacional de Defensa por Narain, Manjit y Prem. En abril de 2005 poco después de que los tres fueron encarcelados, 40 mil personas tomaron parte en un dharna (plantón y bloqueo) en el pueblo de Bernala. Al menos 50 mil concurrieron en la aldea de Mehal Kalan en agosto con motivo del aniversario de la muerte de Kiranjit. Un año después, en marzo de 2006, el Comité de Lucha del Pendjab, una agrupación de 18 organizaciones de campesinos, obreros, empleados y estudiantes, llevó a cabo otra protesta en la ciudad de Chandigarh, en que presentaron a las autoridades una petición firmada por 200 mil gentes en que piden la libertad de los tres. Decenas de miles fueron a la marcha, incluyendo miles de aldeanos, entre ellos, mujeres (por lo general excluidas) y trabajadores migrantes de otras partes del país, y algunos conocidos intelectuales y artistas del país. El 16 de agosto de 2006, el Día de la Independencia del país, se celebró en el Pendjab con banderas negras de protesta, sobre todo en las aldeas de la región de Mehal Kalan. Esta campaña continuó hasta el fin de 2006. La revista revolucionaria Lal Parcham (que se fundó con la unión de Chamkada Lal Tara y Lal Parcham) continúa jugando un papel importante manteniendo vivo al movimiento.

A continuación lo que dijo el padre de Kiranjit acerca de los tres líderes presos y por qué la lucha que surgió a raíz del asesinato de su hija tenía que continuar hasta verlos libres: “Ellos no tuvieron nada que ver en la muerte del patriarca Dalip Singh. Los quieren hacer pagar el precio por la lucha de la causa de Kiranjit”.

El cineasta de Chandigarh, Daljit Ami, filmó un documental sobre el movimiento, sobre todos los sucesos de 2005 y 2006, en idioma pendjabí, hindi e inglés (en inglés se titula: No siempre se dejan). El documental y otra información pueden obtenerse a través del Comité Nacional de Defensa por Narain, Manjit y Prem en este enlace (en inglés y pendjabí).