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Parar la ocupación y la guerra, parir la paz en Palestina

Jueves.25 de agosto de 2005 1360 visitas Sin comentarios
Indymedia Barcelona #TITRE

Joana García

En 1985, 16 israelíes vestidas de negro marcharon en Jerusalén para protestar contra la ocupación. Echaba a andar la red internacional de feministas antimilitaristas Mujeres de Negro contra la Guerra (MdN), que durante estos días celebra su 13º encuentro en Jerusalén. Pese a los impedimentos, 700 mujeres debaten sobre una paz justa y articulan estrategias para aunar los derechos de las mujeres y los pueblos.

El encuentro duró hasta el 16 de agosto y reunió a delegaciones de MdN de Austria, Finlandia, Bulgaria, Holanda, Alemania, Islandia, Irlanda, Grecia, Dinamarca, Suecia, Estado francés, Bélgica, Suiza, Gran Bretaña, Italia, Filipinas, Japón, Australia, India, Chile, Bolivia, Nigeria, Serbia, Macedonia, Croacia, Bosnia, Canadá, Estados Unidos, México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Colombia, Sudáfrica, Congo, Kenia, Ruanda, Burundi, ex repúblicas soviéticas como Chechenia y diferentes partes del Estado español.

Tres internacionales fueron deportadas y diez soportaron largos interrogatorios en el aeropuerto para llegar a la conferencia, a cargo del Jerusalem Link (Enlace de Jerusalén), creado en 1989 como lugar de trabajo conjunto de las organizaciones Jerusalem Center for Women (palestinas) y Bat Shalom (israelíes). Ambas nacieron a un tiempo para labrar una paz justa entre ambas comunidades e iniciaron la trayectoria de MdN, inspirada en entidades como las Madres de la Plaza de Mayo argentinas o Black Shash de Sudáfrica.

El encuentro consta de charlas y talleres sobre el conflicto palestino-israelí: efectos de la ocupación en la salud, educación y pobreza femeninas; violencia de género; presas políticas palestinas; políticas de judeización de Cisjordania, Gaza y Jerusalén y lucha conjunta entre mujeres de ambos bandos que rechazan «los esfuerzos de sus gobernantes por convertirlas en enemigas».

Así lo expresaba Gila Svirsky de Bat Shalom el pasado día 13, frente a mujeres y hombres cobijados en una carpa bajo un sol de justicia para escuchar las intervenciones sobre visiones de paz y perspectivas feministas frente al conflicto palestino-israelí. Svirsky y Salwa Hdeib, del Jerusalem Center, moderaban la apertura del encuentro, a cuyas metas se refirió Hdeib: «Reunirse e intercambiar experiencias contra la ocupación y toda forma de represión. Esto no es un mero ejercicio intelectual y espiritual, hemos venido a crear estrategias conjuntas para el activismo feminista». Amneh Badran, directora del Jerusalem Center, recordó a las mujeres de Gaza, quienes no pudieron asistir «por estar prisioneras durante un mes más por el cierre impuesto a un millón y medio de personas por las autoridades israelíes», y a las de Ramallah y resto de Cisjordania, sin permiso para desplazarse a la capital de su propio estado.

La acompañaban Sandra Butler, de Mdn en EEUU; Luisa Morgantini, eurodiputada y miembro de Mdn Italia; María Teresa Arizabaleta, de la Ruta Pacífica y MdN de Colombia y Lepa Mladjenovic, de Mdn de Serbia.

A sus más de 60 años, Arizabaleta explicó que nació y morirá en «una guerra eminentemente masculina, donde hombres de derechas e izquierdas se matan por un poder que se reparten entre ellos» y animó a las asistentes a «parar la guerra y parir la paz».

Mladjenovic recordó como las serbias imitaron a las israelíes yendo contra su Gobierno y se declararon desleales a Milosevic. «Desarrollamos una ética feminista basada en la empatía y la justicia. Elegimos visitar los lugares en conflicto, no sólo para mostrar nuestra solidaridad, sino para intercambiar experiencias y luchas».

Zahira Kamal, ministra de asuntos de la mujer de la Autoridad Nacional Palestina, habló de los efectos de la ocupación y el muro en la salud, educación y derechos de las palestinas y de la resolución 13-25 de Naciones Unidas como una herramienta para que las mujeres sean activas en las negociaciones y cooperen para lograr la paz. Nabila Espanioly, palestina israelí, advirtió sobre la jerarquía de marginalidad que separa a las mujeres de ambos bandos y las animó a dejar de victimizarse para superar el conflicto.

Puntos de fricción

En la mesa hubo referencias a la lucha contra la homofobia, ya que la inclusión de un taller sobre activismo lesbiano levantó ampollas en la organización. Las palestinas prefirieron suprimirlo por ser tabú en su sociedad y para evitar posibles boicots. No fue el único punto de fricción: el taller sobre la solución de los dos estados evidenció la existencia de posturas cercanas al sionismo en algunas participantes israelíes.

Alumbrar la paz cuesta tiempo y sudores, pero se va avanzando poco a poco: el pasado día 12, más de 300 mujeres de todo el mundo participaron en la concentración semanal de MdN contra la ocupación en Jerusalén Oeste. Hoy irán a Ramallah para reunirse con activistas palestinas, mientras las israelíes recorren el muro que apuntala la opresión y la injusticia