Noam Chomsky inquieta al Ejército surcoreano

Jack Kim

Kaos en la red

El Ministerio de Defensa surcoreano, que mantiene 670.000 soldados movilizados en la frontera ante una posible invasión de Corea del Norte, también se siente amenazado por los escritos del lingüista estadounidense Noam Chomsky.

La cartera de Defensa anunció el viernes que algunos oficiales podrían ser sancionados por faltar a la "fuerza mental del Ejército" por haber introducido en las bases militares obras de autores de izquierda como Chomsky.

El ministerio prohibió este año 23 libros, entre los que se incluyen dos ensayos de Chomsky y un texto de Chang Ha-joon, un académico coreano que da clases en Cambridge.

Un grupo de oficiales se dirigió al máximo tribunal de Corea para denunciar la censura y pedir que se levante la prohibición.

Los oficiales argumentan que como los soldados son libres de leer estos libros fuera de la base, deberían estar autorizados a llevarlos a sus barracas. Y agregan que la medida viola los derechos constitucionales.

"Un equipo de investigación será constituido para examinar la conducta de estos oficiales", dijo el viernes un portavoz del Ministerio de Defensa.

Corea del Sur está técnicamente en guerra con Corea del Norte, que tiene 1,2 millones de soldados.

Corea del Sur sigue defendiéndose de una posible "invasión comunista" de sus vecinos del norte. El ministro de Defensa surcoreano ha presentado una medida con la cual todos los militares tendrán prohibido leer y llevar libros a sus barracones considerados demasiado de izquierdas para evitar repercutir en la "fortaleza mental" de los soldados.

Los que no acataran la norma podrían enfrentarse, incluso, a un proceso judicial. De hecho, el portavoz del Ministerio ha anunciado que se "constituirá un equipo de investigación" para analizar los casos detectados.

Existe una lista de 23 libros prohibidos. Entre ellos figuran obras del norteamericano Noam Chomsky o Malos Samaritanos del profesor, también surcoreano, de la Universidad de Cambridge Chang Ha Joon. Todos, sin excepción, han sido catalogados como excesivamente izquierdistas para poder ser introducidos en las bases militares.

Por otro lado, algunos soldados han criticado la medida al considerarla como un medio de censura. La norma, absurda según ellos ya que no comparten la opinión del gobierno de que puedan ser tan fácilmente influenciados de las ideologías de Corea del Norte, sólo veta los libros en el lugar de trabajo de los soldados, donde en muchos casos también residen.

Traducido por Ariela Navarro