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No obedeceremos

Viernes.29 de noviembre de 2024 284 visitas - 1 comentario(s)
Fragmento de la novela "Burgueses y Soldados", de Alfred Döblin. #TITRE

Escena ambientada hacia el final de la Primera Guerra Mundial, en el bando alemán.


Es fácil decir cómo cayó esto sobre los marineros, a principios de noviembre. Durante la guerra, habían estado dando vueltas por los puertos. Y aquellas dos, tres semanas hasta el final de la guerra se habían soportado bien y gustosamente. Pero entonces sus oficiales empezaron a incubar algo que no les gustó. Ellos, ochenta mil hombres, debían abandonar el puerto en un determinado día e ir a una muerte segura que, como todos los seres humanos, aborrecían. Por eso los oficiales no se lo revelaron, pero los marineros interceptaron cartas de despedida de los oficiales a sus allegados en las que pudieron leerlo. Los oficiales navales querían ofrecer batalla al inglés, que, mucho más fuerte que ellos, acechaba fuera. Porque, como en aquel noviembre era seguro que no se podía vencer en ningún sitio del mundo, ni por mar ni por tierra, querían al menos sucumbir con gloria. ¿Quienes? Los oficiales.
En cambio, los marineros opinaron que para eso hacían falta dos. Porque en los barcos en los que los oficiales querían morir también estaban ellos. Y no estaban dispuestos a tal cosa. Por eso, cuando llegó la hora de zarpar, no ardía ningún fuego en las calderas de los barcos. Tampoco los fogoneros querían morir. Ya Federico el Grande había tenido que vérselas, en la batalla de Kunersdorf, con la peculiar aversión de los hombres, incluso de los soldados, a ir a una muerte demasiado clara. Había rugido: "¿Es que queréis vivir eternamente?" Pero incluso eso animó a pocos. Los generales pronto averiguan que la gente muere a disgusto cuando se les arrastra de la nariz. Desde luego, cuando han superado ese difícil punto, el de morir, yacen tranquilos, pero eso no sirve de mucho al general.
En Kiel, cuando gritaron a los marineros y fogoneros, los oficiales recibieron la rotunda respuesta: "No obedeceremos. Vosotros habéis perdido la guerra. No era nuestra guerra". Esta respuesta fue sellada con sangre por ambas partes y constatada como definitiva.
Lo que ocurrió en Kiel se repitió en Wilelmshaven, Altona, Bremen. Fueron los terribles, últimos, ultimísimos días del ejército alemán.

Fragmento de "Burgueses y Soldados", de Alfred Döblin. Pocket Edhasa. Barcelona, junio 2016.

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  • No obedeceremos

    29 de noviembre de 2024 09:53, por Jesús Alonso

    És una llàstima que s’hagués d’arribar a l’extrem de portar darrere ja 10 milions de morts... no ens ensenyarem mai de les lliçons de tantes guerres i, especialment, de les dues mundials del segle XX ?
    Sembla que caminem cap a l’avenc amb inconsciència i xuleria. No ens fan cas als pacifistes ni als que han viscut i reflexionat sobre la guerra des dels clàssics.

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