No me gustan ni la "burrocracia", ni los bancos, ni, a veces... la policía - Tortuga
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No me gustan ni la "burrocracia", ni los bancos, ni, a veces... la policía

Domingo.24 de enero de 2021 558 visitas - 2 comentario(s)
Celia Llorens, Tortuga. #TITRE

Corría el verano del año 2000, veraneaba en la isla de Ons con un novio lugareño, vivía en el paraíso; sin coches, sin contaminación, comiendo maravillas que nosotros mismos conseguíamos: pulpo, nécoras, bruños (centollos pequeños llenos como panes), almejas, maragotas, lubinas salvajes, percebes, sargos... Teníamos gallinas que comían nécoras. ¡Qué huevos! Teníamos patatas. ¡Qué huevos con patatas! Cebollas como platos de grandes. En esa época había mucha libertad; se podía coger de todo...
Ahora ya no.

Hacía un tiempo que nos habían invitado a una boda. Se casaba en Pontevedra capital una pareja amiga mía de toda la vida, M. y S., el 22 de julio. Pues ahí que nos vamos los dos. Fue una boda preciosa.

Al salir de la boda, al volver a casa, tuvimos un pequeño incidente. Nos metimos en un pequeño tramo de una callejuela de Pontevedra por prohibida. Juraría que era buena dirección hacía poco. Justo había un policía local dándonos el alto, yo iba de copiloto y le dije: frena M., que te has metido por prohibida... Frenó en seco y nos quedamos parados. El policía sacó a M. a la fuerza del coche y lo tiró al suelo, le hizo soplar y dio positivo. Yo tampoco estaba para conducir y nos llevó a la comisaría de la calle Joaquín Costa.

Estando en comisaría yo me quedé frita en los asientos de la entrada y, al despertar, tenía a M. al lado y le pregunté, medio malhumorada, que qué hacíamos allí, y me dijo que seguramente estaban esperando a que se nos pasara la borrachera.

Me fui a hablar con un policía que estaba haciendo papeles en una mesa y le dije que me explicara la situación y me dijo:

¡Usted siéntese, cállese! Le dije que prefería que me tuteara a que usara ese usted machacón y que hablábamos el mismo idioma, que me explicara. Me dijo que M. estaba acusado de conducir ebrio y de atentado a la autoridad. Alucinamos.

M., que hablaba solo gallego dijo: Eu que non boteu un petardo na miña vida nunha festa... (yo que no eché un petardo en mi vida en una fiesta...). M. pensaba que se le acusaba de atentado con bomba. Yo pegué una risotada nerviosa, con lágrimas en los ojos de la impotencia, se lo expliqué y se calmó un poco.

Yo jamás había tenido un altercado con la policía, y pregunté quién había hecho semejante acusación, la de atentado a la autoridad, y me señalaron al policía que nos había dado el alto, un tipejo joven, flaco y con cara de malas pulgas, y le grité: Esto es la policía, ¡¿la verdad y el orden?! ¡Esto es una panda de sinvergüenzas!

Le hicieron a M. las fotos pertinentes, recordad que íbamos los dos muy guapos vestidos de boda, lo querían encerrar en el calabozo. M. dijo que sufría claustrofobia y la policía optó por dejarle sentado en una silla fuera de las celdas. Yo lo pude acompañar, pude ver dentro de una de las celdas, la única que estaba ocupada, en la que había otro señor de otra boda.

Salí a sentarme con la mujer del de la celda, que lloraba desconsolada en una de las sillas de la entrada. Yo grité que les iban a dar una medalla a todos por sus detenciones de esa noche y que les podía pasar a cualquiera de sus hijas una noche de boda cualquiera. Se acercó un policía y me ofreció las llaves del coche y me dijo que me podía ir cuando quisiera. Con la “medio prea” que aún llevaba le dije, dando una palmotada en una mesa: yo he venido con M. y me voy con M.

Le hicieron un juicio rápido, le adjudicaron un abogado de oficio, que no era otro que V., otro amigo mío de toda la vida, que no hacía mucho que se había sacado la carrera. Le condenaron a un año sin carnet y 100.000 ptas. de multa (600 euros de ahora). El juez no se tragó lo del atentado a la autoridad ¡Menos mal!

Fuera de los juzgados me encontré con el policía de marras y le dije que en menudo marrón nos quería meter, y me dijo todo convencido: Metisteis la primera.

Continuará...

D.E.P- M. R. S. Siempre te llevaré en mi corazón.


No me gustan ni la "burrocracia", ni los bancos, ni, a veces, la policía (2).

Viene del capítulo anterior.

Corría octubre del año 2000, encontré trabajo en un horno-cafetería llamado Campolongo 5, en Marín (Pontevedra). Yo estaba de camarera en la cafetería y mi jefe, Don Ramón Crespo Figueroa, que era conocido de mi familia de hacía muchos años. Él y yo nos teníamos gran estima, me daba buenos consejos; fue el primer panadero en vender pan los domingos y había llegado a ser presidente del Pontevedra C.F. 1993-1997.

Don Ramón venía todos los días a tomarse su buena copa de vino, a veces lo hacía acompañado del policía que me mandó sentar y callar con el "usted" machacón, de la comisaría de la calle Joaquín Costa, con el uniforme. Le comenté a mi jefe el problema que había tenido ese verano y me dijo que tenía que haber recurrido a él y que me hubiera sacado de aquel meollo, pero yo no pensé en él en aquel momento.

La policía iba a celebrar en la comisaría de Joaquín Costa el día del Ángel Custodio, su patrón, y me mandaron a mí con el uniforme del trabajo, que era blusa blanca y falda verde, a pasearme, contonearme “sonriente” con una bandeja ofreciendo Viña Costeira, un ribeiro muy rico y deliciosos canapés a todos los polis del lugar. El amigo de mi jefe me dijo, en voz baja y al oído, que le guardara una botellita que se iba a jugar al póker con los amigos, y cuando la fiesta concluyó, les esperaba la flota de coches en la puerta de comisaría, algunos polis más afectados que otros. Me hubiera gustado que algún compañero de servicio les hubiese dado el alto y les hubieran hecho la prueba de alcohol o de “drojas”.

Recomendación: Si bebes no conduzcas y si te drogas tampoco.

D.E.P. Don Ramón Crespo Figueroa.

Nota: los comentarios podrán ser eliminados según nuestros criterios de moderación.
  • Un buen recuerdo de M.R.S.

    8 de febrero de 2021 17:06, por Tinón

    Hola
    Tuve la suerte de compartir en la Isla de Ons, a la que llegué hace más de 45 años, muchos momentos inolvidables con M.R.S.
    Una persona fantástica, única,..., dentro del mundo humano de Ons. Es muy reconfortante que alguien cuente anécdotas sobre él, aunque en el suceso no sea el más adecuado, pero con ello, notamos que aún está entre nosotros.
    Que hayá donde esté, que sepa que aquí dejó un buen recuerdo y miles de amigos.
    D.E.P. MRS.
    Tinón

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    • Querido Tinón.

      12 de febrero de 2021 09:51, por Celia Llorens

      Querido Tinón.

      Que alegría me has dado con tu comentario. Creo que no nos conocemos, pero me encantaría poder contactar contigo... En Facebook: Celia Llorens García. Me gustaría que me contaras historias de la isla y compartir recuerdos de M.

      Tengo miles de anécdotas con M., esta es una de tantas, nunca he sentido tanta impotencia en mi vida como ese día y por eso decidí escribirla.

      Él me regaló mi mayor tesoro “Boiña”, una “cadeliña” super especial que fue mi compañera fiel más de catorce años, me la regaló un 15 de febrero del año 1999, un día pescando en Combarro se la ofrecieron y me la regaló.

      En el 2000, de junio a octubre, estuvimos viviendo en la isla, a M. lo veía como un extraterrestre, nunca conocí a nadie como él...

      Bueno anímate a contactar conmigo, te mando desde Elche un abrazo enorme, ánimo y mucha fuerza en estos tiempos difíciles.

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