"No estoy hablando contigo, madero" - Tortuga
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"No estoy hablando contigo, madero"

Jueves.3 de julio de 2008 617 visitas - 1 comentario(s)
Estoy Descentrado #TITRE

Fuente

Galería de notables: Lopin

Que quieren que les diga: estaba el Lopin -el alma de Tres Delicias- de doblete en el mítico bar Iberia, y le dió la vena facha. Al comprobar que el camarero no le ponía el preceptivo aperitivo con las cañitas, intentó hacer valer sus derechos como consumidor, y exigió el pertinente libro de reclamaciones. El camarero se negó a dárselo, y Lopin insistió en su justa demanda. El Iberia es un bar de taxistas, ergo, está plagado de Policía Municipal, estupas, confidentes y maderos de todo tipo, además de la más o menos habitual canalla Malasañera junto a travestis King Kong esporádicos y pijos variados. Bueno, pues resulta que mientras Lopin emulaba al fundador de la OCU, un madero observaba con atención y desagrado la escena, y parece ser que decidió tomar cartas en el asunto y actuar de oficio.

Lopin no quería hablar con la autoridad, quería simplemente el libro de reclamaciones, y después de un desagradable intercambio con el chapas -estaba sorprendido por esa intromisión tan desagradable- le espetó algo así como no estoy hablando contigo, madero. No me voy a extender, sólo les comento que la cosa evolucionó muy mal y derivó en que el pobre Lopin tuvo que salir corriendo calle San Bernardo arriba, perseguido por un defensor de la ley y el orden con bastante sobrepeso -una suerte para nuestro héroe, ¿verdad?- tremendamente ofendido por el uso indiscriminado del epíteto madero, error en el que cayó nuestro batería y camarero favorito. Es de justicia decir que Lopin hizo varios intentos de razonar con el made... digoooooooooooo, con el policía, en los lapsos de tiempo que el señor intentaba recuperar el resuello por culpa de tan prolongada e inoportuna persecución... Pero cada vez que le decía ¿por qué te pones así porque te llame madero?, a nuestro Torrente con vocación de defensor del bar Iberia le entraba una furia irrefenable, y otra vez a correr para intentar trincar del gaznate al Lopin y ponerle de verano.

Al final, la envidiable forma física del Lopin hizo que no durmiera en los calabozos de Leganitos, y ese aprendiz de Serpico parece ser que sigue con arritmias desde la noche de autos... y es que, queridos policías, hay que tomarse las cosas con más humor. Seguiremos informando.