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Las ventas de Marina d’Or se desploman

Martes.8 de abril de 2008 3016 visitas Sin comentarios
Las grandes constructoras contra las cuerdas #TITRE

La segunda fase de la "ciudad de vacaciones", pendiente de la crisis

MARÍA FABRA - Castellón

La crisis inmobiliaria ha pillado al grupo Marina d’Or pendiente de la aprobación definitiva para la construcción de su nuevo proyecto: la "mayor ciudad de vacaciones de Europa", conocida como Marina d’Or Golf. Esta macrourbanización, que se desarrollará sobre una superficie de más de 18 millones de metros cuadrados, estará ubicada entre Oropesa y Cabanes, que viven pendientes de su desarrollo mientras miran, preocupados, los últimos datos aportados por la empresa. El nuevo proyecto cuadruplica al Marina d’Or ya existente en Oropesa.

El grupo ha admitido que durante 2007 las ventas de sus apartamentos en España se han reducido en un 60% y que el freno en el inicio de nuevas obras ya se ha llevado por delante un millar de puestos de trabajo, entre construcción y hostelería.

Oropesa y Cabanes han cambiado mucho desde que, a mediados de los 80, el grupo Marina d’Or comenzó a instalarse en esta zona del litoral castellonense. Un monumento a la uva moscatel recibe a los recién llegados a Oropesa del Mar. Es un homenaje a los viñedos que fueron engullidos por Marina d’Or cuando el pueblo contaba con apenas 2.000 habitantes, tantos como el vecino municipio de Cabanes. Ambos municipios están dirigidos por el PP desde hace tres legislaturas.

Entre los vecinos de Oropesa y Cabanes, muchos de los que se dedicaban hasta hace poco a la agricultura han pasado de preocuparse por las heladas o el granizo a decidir qué coche se compran, adónde van de viaje o en qué obra invierten lo que les ha reportado la venta de sus huertos para urbanizarlos. Ninguno quiere hacer ostentación de sus beneficios pero el parque móvil y las fachadas de las casas de ambos municipios hablan por sí solas.

El complejo ya existente, de 10.000 apartamentos y cinco hoteles, en Oropesa, se ha convertido en referente y motor para los vecinos. El grupo empresarial les invita a visitar el balneario y los hoteles donde son agasajados con meriendas de canapés. Ambos municipios han aumentado su población con la llegada de cientos de inmigrantes que trabajan, o trabajaban, en las obras.

Y, si sale adelante la macrourbanización que el grupo tiene pendiente de aprobación por parte de la Generalitat valenciana, entre ambos pueblos se alcanzará una población de más de 200.000 personas, lo que superaría la actual en la capital de La Plana. Oropesa y Cabanes se preparan para convertirse en ciudades con todas las dotaciones y servicios que esto supone. Pero el momento no lleva al optimismo.

La reducción de la plantilla de Marina d’Or no ha afectado de forma significativa a oropesinos y cabanyuts. Sin embargo, muchos de ellos sí poseen locales comerciales en el complejo y temen que su actividad decaiga. Otros siguen teniendo expectativas sobre unos terrenos que, por ahora, sólo son importantes sobre planos.

"Mi lucha es vuestra lucha", dijo el presidente del grupo, Jesús Ger, ante 200 propietarios del suelo sobre el que está previsto se construya este macroproyecto. Eso fue hace más de un año, cuando Marina d’Or quiso iniciar una campaña de presión para sacar adelante el programa. En cambio, ahora han tenido que diseñar el proyecto para hacer viable la ejecución del plan urbanístico e iniciar las obras en cuanto se aprueben.

El grupo realizará, en primer lugar, los tres campos de golf previstos, situados a apenas tres kilómetros de las instalaciones que Marina d’Or ya tiene consolidadas en Oropesa y con las que puede complementar la oferta al turismo de golf. En una segunda fase, el grupo apuesta por la construcción de dos de los seis hoteles planeados y algunas de las más de 40.000 viviendas, aunque escogiéndolas según su tipología y la demanda del momento.
Pero la incertidumbre sobre lo que pasará con el complejo vacacional y el grupo que lo promueve, que apuesta por sus inversiones en el extranjero, no pasa sólo por el momento que atraviesa el sector inmobiliario. El presidente de Marina d’Or, Jesús Ger, está acusado de un presunto delito de tráfico de influencias después de que le adjudicaran un desarrollo urbanístico en la zona de expansión del complejo. Además, la fiscalía de Castellón también ha abierto diligencias de investigación debido a que el Ayuntamiento de Cabanes adjudicó a una empresa del grupo el suministro de agua que tenía contratado con otra concesionaria.

De los colchones a rey del ladrillo

Es dueño de una ciudad que vale 6.000 millones de euros. Un rey del ladrillo. Jesús Ger, de 62 años, preside el grupo Marina d’Or y se encuadra en el capítulo de empresarios hechos a sí mismos. Llegó a Castellón procedente de Cataluña y trabajó en un pequeño establecimiento familiar dedicado a la venta de colchones hasta que se sumergió en el negocio inmobiliario.Entonces, se fijó en Oropesa, un municipio costero en el que aún quedaban decenas de kilómetros de litoral virgen y donde, hace décadas, se barajó la posibilidad de que se instalara el parque que Disney construyó finalmente en París. Aún hoy es poco lo que se conoce de Ger, que sí ha dejado constancia de sus buenas relaciones con los alcaldes de los municipios en los que trabaja, con los que ha viajado a París, Londres y China.Hace años que es complicado contar las grúas instaladas en un complejo en el que ya hay construidos 10.000 apartamentos. Sin embargo, es evidente que las obras han bajado de ritmo. Los beneficios obtenidos por el grupo que preside en 2006 se elevaron a más de 100 millones de euros. Sin embargo, la empresa ya ha admitido que el resultado de 2007 no se acerca a estas cifras sino que se asemeja más a las obtenidas en 2005, cuando los beneficios fueron de unos 63 millones de euros.

1.000 despidos

- El freno en el inicio de nuevas obras ha costado ya un millar de puestos de trabajo en el entorno de Marina d’Or.- Los beneficios de la empresa se rebajarán prácticamente a la mitad, hasta los 63 millones.- Marina d’Or ha diseñado un plan para hacer viable la construcción del megaproyecto diseñado en el litoral de Castellón.


Seseña, capital del fiasco inmobiliario

El parón urbanístico hace del sueño de El Pocero una ciudad fantasma

NATALIA JUNQUERA - Seseña

Una maraña de grúas mustias, en reposo, planea sobre la macrourbanización de Francisco Hernando, Paco El Pocero, en Seseña (Toledo). Tras la pomposa entrada, con un retorcido monumento y el nombre del constructor en letras doradas, aparece una ciudad fantasma. Las persianas de las miles de viviendas están selladas a cal y canto. Apenas hay coches ni personas, y las que hay provocan un inquietante eco sólo con el ruido de sus pasos. La conversación de móvil que una mujer mantiene desde el balcón del cuarto piso de un bloque de casas se convierte, en mitad de nada y de nadie, en un tranquilizador escándalo. Las calles, bautizadas con nombres de pintores, están sembradas de bancos relucientes en los que nadie se sienta y de señales de tráfico que obligan a ceder el paso. ¿A quién? El único signo de vida omnipresente son los carteles de Se vende. Cuelgan de cada fachada y no los ha puesto el constructor, sino sus compradores. Un ejército de especuladores de carne y hueso, la feroz competencia.

"Te lo rebajo a 203.000 euros. La promotora lo vende por 10 millones más, ¿eh? Yo pierdo dinero. A mí me costó hace tres años 10.000 euros más de lo que te pido. Tengo prisa, muchísima prisa por venderlo", confiesa Santiago al otro lado del teléfono, tras bajar en 6.000 euros el precio en el primer minuto de conversación. Vende un piso de 109 metros cuadrados en el que nunca pensó vivir. "Lo compré como una inversión. Tengo otros dos chalés en Madrid. Le pagué a El Pocero los 3.000 euros de entrada y una letra de 645 euros al mes durante tres años, pero ahora el banco no me concede la hipoteca para pagar lo que me queda porque dice que tengo dos casas más y con mi nómina no se arriesgan", explica.

También tiene tres casas Ian, de 41 años. En las dos que ha comprado en el residencial Francisco Hernando acaba de poner un cartel: Se alquila o se vende. Él vive con su mujer y sus dos hijas en Rivas Vaciamadrid. "El ático, de 210 metros cuadrados, y el piso, de 164, los compramos por 45 millones cada uno. Ahora vendemos por 54 porque la promotora los vende por 55. Todos pensábamos que esto era el chollo del siglo. Hay gente aquí que ha comprado 10 pisos. Yo compré estos dos para que mis hijas pequeñas tengan la vida solucionada".

Y mientras, en la oficina de ventas de Onde 2000, la empresa de El Pocero, cuatro empleadas, sentadas en torno a la mesa de una de ellas, pasan el rato. Nadie quiere hacer declaraciones. No hay clientes. La cosa pinta mal para los planes de Hernando de levantar 13.508 viviendas en este secarral de Seseña, multiplicando por seis la población del municipio. Ya tienen licencia de primera ocupación 2.536, pero sólo hay 750 personas censadas en la macrourbanización. Cuando la mayor parte de los compradores de El Pocero adquirieron su vivienda, no lo hicieron con la intención de vivir en ella, sino de ella. Pero la inversión en el ladrillo ha dejado de ser "el chollo del siglo". Los bancos han cerrado el grifo. La concesión de hipotecas ha bajado un 25% en el último año con la crisis financiera, según el INE, y sin créditos es imposible comprarse una casa.

"La desconfianza de los bancos y la falta de liquidez han frenado la demanda. Y hay un claro exceso de oferta porque el momento en el que un promotor decide construir queda ya muy lejano a todo esto, se remonta a 2005 o 2006. Hay promotores de zonas turísticas de la costa que llevan siete meses sin vender un piso. El exceso de oferta se traduce en una desaceleración de los precios. Y la gente no compra porque piensa que pueden bajar más", explica Julio Rodríguez, ex presidente del Banco Hipotecario.

El precio de la vivienda bajó de enero de 2007 a enero de 2008 un 3,08%, tras haber subido una media del 12,8% en los seis años anteriores. 2003, el año en que El Pocero puso en marcha su urbanización, fue el año del pico de los precios: subieron un 18% respecto al año anterior. "Tardará años en vender lo construido y seguir con el plan de 13.000 casas sería suicida", opina Rodríguez. "Ha construido al margen de la demanda, de los puestos de trabajo, de la disposición de agua y de transporte... Tal y como está diseñada, esta urbanización iba más encaminada a inversores que a gente que quisiera vivir allí, pero los que compraron lo hicieron con unas expectativas de revalorización que ahora no existen. Seseña es el símbolo de los excesos urbanísticos del periodo anterior".

El Pocero rechazó hacer cualquier declaración a este diario.

Carlos y Yolanda confían en que vayan llegando más vecinos, pero hoy sus hijos, de 12 y 6 años, tienen pocos niños con los que jugar. "Yo estoy contenta. En el colegio que iba antes, el mayor suspendía siempre y ahora lo está aprobando todo", dice Yolanda. Compraron un piso de 121 metros en el residencial Francisco Hernando por 40 millones (240.404 euros). "Este piso es imposible en Madrid", asegura Carlos. Pero a costa de algunos sacrificios. Carlos hace 50 kilómetros cada día para ir a trabajar. "Yo me quedo encerrada porque no tengo coche y aquí sólo llega un autobús a primera hora de la mañana y otro por la tarde". El pan se puede comprar en el único bar de la urbanización. Pero si un día falta azúcar, hay que hacer 11 kilómetros hasta el comercio más cercano.

De momento, El Pocero tiene licencias para edificar 5.096 viviendas, y mucho tienen que cambiar las cosas para que el resto, hasta 13.508 que pretende construir, la consigan. "No damos más licencias porque faltan infraestructuras y agua y hay una línea de alta tensión que pasa por la zona y habría que desplazar. Tenemos que ejercer cierto control para no poner en peligro las necesidades de los ciudadanos. Ningún municipio puede asumir un aumento poblacional tan grande en un plazo tan corto", señala el alcalde de Seseña, Manuel Fuentes (IU), el azote de El Pocero, que le ha puesto seis querellas.

"Tiene su temperamento, pero es un gran hombre", dice del constructor alguien que le conoce muy bien. "Llevo 20 años trabajando con don Francisco. Desde que empezó a construir en Boadilla [Madrid], me ha dado trabajo en todas las obras que ha hecho", señala José Antonio, mientras recorre con una escoba y un cubo las calles desiertas de la urbanización. "Me levanto a las siete de la mañana y termino a las siete de la tarde, porque soy el único empleado de limpieza. Estoy muy agradecido. Con lo que me paga pude comprar aquí un piso para vivir con mi mujer y mis tres hijos. Yo sólo creo en dos cosas, en Dios y en don Francisco".

Crisis inmobiliaria

- La concesión de hipotecas ha bajado un 25% en el último año.- El precio de la vivienda descendió un 3,08% en 2007, tras una subida media del 12,8% en los seis años anteriores.- En Seseña, El Pocero preveía construir la urbanización más grande de España, con 13.508 viviendas. Sin embargo, sólo 5.096 casas tienen licencia de edificación, y únicamente se han censado en este conjunto residencial 750 personas.

Diario El País