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La crisis de la economía estadounidense: Problemas estructurales del capitalismo

Miércoles.29 de octubre de 2008 417 visitas Sin comentarios
Esta es una crisis del capitalismo ya que, a causa de la caída de la tasa de ganancia, los empresarios tienen que buscar otras maneras de aumentar el beneficio. #TITRE

Florence Oppen

www.marxismo.org

Tomado de Kaos en la red

Los verdaderos orígenes de la crisis de las "subprimes": la caída de la tasa de ganancia y la desregulación financiera*

Para entender los orígenes estructurales de la crisis de las "subprimes" hay que tener dos niveles de análisis. En un marco más amplio, esta crisis como ya se ha señalado es una crisis del capitalismo, ya que a causa de la caída de la tasa de ganancia, los empresarios tienen que buscar otras maneras de aumentar el beneficio. En un marco más específico, la forma que encontraron las empresas financieras para aumentar sus beneficios es hacer presión sobre el Estado para que elimine las regulaciones de las operaciones financieras y poner en el mercado productos de mayor riesgo, o lo que llamamos "derivativos". La desregulación del mercado financiero permitió que se creara desde los años 90 una burbuja de especulación financiera y mobiliaria que hoy se ha pinchado.

Los orígenes de la desregulación financiera

La historia de la desregulación del mercado financiero en Estados Unidos se remonta a medio siglo atrás. De una manera muy general se podría decir que esta crisis del sistema financiero estadounidense es producto de la fallida regulación de los préstamos y de las inversiones crediticias. Ese intento de regulación fue llevado a cabo por el senador Paul Douglas en 1968 con la Truth in Lending Act (TILA) o "Acta de Veracidad en los Préstamos". Esta ley intentaba imponer transparencia a los bancos y otras instituciones que ofrecen créditos, obligándoles a detallar y precisar a los consumidores las condiciones y los riesgos de los créditos. El objetivo era evitar los abusos o las prácticas fraudulentas de los bancos que intentan "vender" créditos cualquier precio.

Pero esta pequeña garantía duró poco, y poco tenía que durar porque el mercado financiero, como siempre ocurre en el capitalismo, acabó saturándose. El tipo de interés subió un 13% entre 1978 y 1980 lo que ralentizó el mercado financiero y el número de "préstamos" vendidos, y por lo tanto los beneficios de los bancos. Claro está qué con un interés del 21,5% en diciembre del 1980, pocos trabajadores iban a querer endeudarse.

Fue entonces cuando empezó la gran ofensiva del sector bancario para desregular el mercado. Una de las primeras medidas fue el dictamen de la Corte Suprema en 1978, conocida como la "Marquette" decisión que liberaba a los bancos del control que los Estados tenían sobre los tipos de interés para evitar la usura. Ello llevó a muchos bancos a trasladar sus operaciones a Estados como Delaware o Utah que no tenían límite de interés.

Otro paso más en la desregulación de los 80 fue la Depository Institutions Deregulation and Monetary Control Act del gobierno Carter en 1980. Esta eliminó los limites de usura para las hipotecas y puso sobre pie de igualdad los bancos impulsados por los Estados, las asociaciones federales de ahorros y los bancos privados para que compitieran todos en el mercado financiero. Antes, las dos primeras categorías de entidades estaban un poco protegidas y sometidas a regulaciones distintas, porque ofrecían productos menos competitivos o atractivos, pero con mayores garantías.

Los bancos privados fueron llevados muchas veces a los tribunales por incumplir la TILA, y exigieron del gobierno una "simplificación" de la ley, que se tradujo en realidad por una "flexibilización" lo que permitió a los bancos evadir la ley y seguir ofreciendo productos financieros fraudulentos a los trabajadores.

Pero esto no les bastó a los bancos para aumentar sus beneficios, así que empezaron a diseñar otros "productos financieros" más complicados, más difíciles de entender para el trabajador, como segundos préstamos para refinanciar hipotecas o deudas etc. Para legalizar esa nueva política económica consiguieron que el Congreso aprobara en 1982 la Alternative Mortgage Transaction Parity Act (AMPTA). Pero haciendo esto, si bien era cierto que los bancos iban a vender más "productos" y hacer más beneficio, también iban a aumentar el riesgo de sus inversiones, pues cuando uno deja dinero toma un riesgo, pero si además no sabe muy bien si el deudor podrá pagar el préstamo y los intereses, aún toma más riesgo. Y el riesgo en el mercado financiero, que es un mercado especulativo, genera desconfianza.

Esta desregulación llevó a un principio de crisis en los 90, porque como nadie le ponía limites a los bancos estos empezaron a vender "paquetes de refinanciamiento" o de mejoras ("home improvement") a familias que ya estaban endeudadas con una primera hipoteca. El mercado financiero estaba en auge porque también lo estaba el precio de la vivienda, y la gente aceptó sobre endeudarse contando con el aumento del valor de su vivienda.

El problema de estas prácticas no sólo es que incitaban al consumo frenético de "productos financieros" sino que eran doblemente fraudulentas. Primero porque para no generar desconfianza, estos bancos presentaron estos nuevos productos como primeras hipotecas en sus libros de cuentas. Segundo porque estos prestamos tenían como objetivo gente mayor (a la que es más fácil engañar), familias con pocos recursos y minorías étnicas. El problema más estructural del endeudamiento es que se fundamenta en un factor variable, que es el precio de la vivienda. Cuando este empieza a decaer, como ocurrió a finales del 2006, los trabajadores endeudados ya no pueden pagar sus créditos.

La fallida regulación y la explosión del mercado financiero en los 90

Este aumento descontrolado de la especulación alertó al gobierno de Clinton que intentó poner un freno con la Home Ownership and Equity Protection Act (HOEPA) en 1994, acabando con los préstamos más escandalosos. Lo que hacía la ley era poner unos límites en la usura (en función de las tasas y el tipo de interés) a partir de los cuales el Estado puede considerar que el producto es de "alto coste" e intervenir para regularlo y advertir al consumidor. Pero lo que hicieron los bancos fue empezar a vender productos financieros justo por debajo de esos límites, los llamados préstamos de "subprimes". Precisamente porque están por debajo de los requisitos mínimos para que el Estado regule.

Pero los problemas no acaban ahí, más bien empiezan a mediados de los años 90. Porque la presión por aumentar la tasa de ganancia llevó a los bancos a crear un mercado paralelo, o "shadow banking" en el que se compran y venden productos financieros de alto riesgo (porque su valor es producto de la especulación), de manera que esas transacciones no figuran en las cuentas de los bancos. Este mercado lo llaman, de manera irónica, "mercado securitizado", pero de seguridad no tiene nada. Esas inversiones se hacen a través de SIV (Structured Investment Vehicles). Lo que los bancos venden a inversores financieros son hipotecas, y en particular estas hipotecas de subprimes. Es decir, el banco le dice a un inversor: yo tengo esta hipoteca con este trabajador, yo te puedo vender un trocito de esta hipoteca, y tú cobras una parte de los intereses que el trabajador está pagando.

Tenemos aquí una complicación de la situación: no sólo los bancos están vendiendo "productos financieros" a muy altos intereses a trabajadores que a lo mejor no podrán pagarlos. Pero a la vez luego venden la deuda a otro inversor para que también saque dinero, lo que complica el sistema. Los bancos toman las hipotecas y las "trozan" virtualmente para vender esas fracciones de deudas, junto con otras cosas, a los inversores. Esos "paquetitos" de deuda que venden los bancos y los financieros se llaman CDO (Collateralized Debt Obligation).

El problema es que es muy difícil calcular su valor, por eso se llaman "derivativos", porque el valor que tienen lo derivan indirectamente de algo (las casas, por ejemplo) que no depende de ellos. Uno puede calcular el valor de un coche, de una casa, pero el valor de un trocito de deuda es el producto del mercado financiero, del precio de la vivienda, del crecimiento económico etc. Depende de tantas cosas que es un riesgo muy grande a largo plazo comprar sólo derivativos en lugar de comprar casas.

Lo que pasa es que a corto plazo, esos derivativos les dan muchos intereses a los inversores financieros, porque los trabajadores están pagando intereses muy altos, y también les da beneficio rápido a los bancos porque estos CDO no tienen coste de producción o de distribución. Pero cuando cayó el precio de la vivienda, y algunos trabajadores empezaron a no pagar las deudas, se descubrió la farsa especulativa. Para el 2007, cuando se desató la crisis, ya teníamos en el mercado una inmensa burbuja flotando, ya que entre 1994 y 2005 el mercado de los préstamos de subprimes se multiplicó por 50.

En este nuevo desarrollo del sistema financiero, los bancos ya no sacaban solo el beneficio de los intereses que le cobran al trabajador, sino de las tasas y el valor adicional que le "añaden" por especulación a los CDOs que venden a los financieros. Entonces a corto plazo les da igual la calidad de los préstamos que dan. Sólo les importa la cantidad: quiere dar muchos prestamos para venderlos enseguida a inversores y sacar beneficio de ello, aunque a largo plazo esto sea muy peligroso. Eso explica la explosión de préstamos de tipo "subprimes". En 1994 representaba un volumen de 11.000 millones de dólares, y de 508.000 millones en 2005.

Ahora bien, como los préstamos eran la base material para que luego los bancos iniciaran ese mercado secreto de derivados, se aumentó la burbuja de especulación, y ese mercado también explotó a nivel mundial. En 1998, el volumen total de ofertas de productos "securitizados" era menos de 100.000 millones, en 2003 ya era de 200.000 millones, en 2005 de 500.000, y en 2006 de 1.000.000 millones. Para que uno se haga una idea de la locura, el capital especulativo o "securitizado" en circulación hoy es 10 veces superior a la riqueza real del planeta, es decir a la suma del Producto Interior Bruto de todos los países (500.000.000 millones frente a 50.000.000 millones). Hay inversores que están sacando beneficio de "nada".

Normalmente el capitalista saca beneficio del trabajo de alguien que produce algo. Aquí no están en juego ningún valor real o material producido, se trata de un beneficio extraído únicamente de la especulación sobre productos financieros que dependen, claro está, en última instancia, de la producción real de riquezas. Bajo el capitalismo financiero la especulación sobre lo que los demás producen es una manera de hacer dinero, quizá la mejor.

¿Era la crisis evitable? ¿Podría el gobierno haber frenado esto?

Esta es la pregunta que todo el mundo se hace. Hay dos maneras de responder a esta pregunta. Hay partidos como el demócrata que dicen que si el Estado regulase más la economía, habría menos instabilidad financiera, y se podrían evitar las crisis, que siempre acaban pagando los trabajadores. Por ejemplo, si el gobierno no hubiese bajado los tipos de interés dos veces entre 2001 y 2003, el mercado financiero se hubiese enloquecido menos.

Pero este no es, desde nuestro punto de vista, el mayor problema. En el análisis hemos visto que el problema aquí es un problema estructural del capitalismo: frente a la caída de la tasa de ganancia, los capitalistas tienen que buscar nuevas y descabelladas formas de sacar beneficio. Para nosotros el problema no es sólo el gobierno, es el sistema económico que se llama capitalismo y que explota a la mayoría de la población que pertenece a la clase trabajadora, para el lucro de una ínfima minoría: la burguesía.

No sólo no queremos más crisis que se resuelvan con desempleo, expropiaciones de casas, y malgasto del dinero publico, sino que queremos que los capitalistas dejen de explotar a los trabajadores, porque mientras sean ellos quienes manejan la economía, nosotros, los trabajadores, tendremos que pagar sus crisis. Creemos que el capitalismo está avanzando en su degradación estructural, porque si uno se fija en el modelo de "crecimiento económico" de Estados Unidos, uno ve que la mayoría del beneficio viene de la especulación a costa del endeudamiento de los trabajadores. No es que estemos produciendo más y mejor, es que el capitalismo ya impide el desarrollo de las fuerzas productivas, solo quiere especular sobre ellas.

Los factores agravantes de la crisis: el endeudamiento de las familias

La situación económica de Estados Unidos ya era volátil antes de la crisis de las subprimas. Según un reportaje del New York Times publicado el 20 de julio del 2008, en Estados Unidos, cada hogar tiene una deuda media de 117.952 dólares anuales (de ellos unos 80.000 corresponden a la hipoteca), pero sólo tiene acumulados unos ahorros de 392 dólares. En 1990, el endeudamiento medio era de 59.230 dólares, y los ahorros de 5. 335 dólares. Es decir, que en 18 años el endeudamiento que ya era enorme se ha duplicado, mientras que el colchón de ahorros se ha dividido por 13. El aumento del endeudamiento es debido al encarecimiento espectacular de las hipotecas en estos últimos 10 años. Este es uno de los factores que explica porque cualquier crisis del sistema financiero repercute de manera amplificada en el resto de la economía.

¿Porqué los trabajadores en Estados Unidos están tan endeudados? Tocamos aquí a un elemento clave del capitalismo estadounidense. El consumo interno, por parte de los trabajadores, constituye cerca del 70% de la economía americana1, por eso el modelo de desarrollo capitalista en los países imperialistas es llamado "sociedad de consumo". Estados Unidos es una sociedad que consume más de lo que produce, es decir que además de la producción nacional consume parte de lo que otros países producen.

El endeudamiento del Estado y la guerra

Otro elemento a tener en cuenta es el endeudamiento del Estado. El Estado norteamericano tiene un déficit presupuestario de 389.000 millones de dólares, y ahora tiene que enfrentar la crisis con ese déficit. Para el año fiscal 2009, se tiene previsto que el déficit va a llegar a 482.000 millones de dólares, lo que representa entre el 3 y el 4 % del PIB2. El récord de endeudamiento desde la Segunda Guerra mundial lo batió Reagan con un endeudamiento equivalente al 6% del PIB, pero es posible que ese récord sea batido en medio de esta crisis.

La cuestión del endeudamiento del Estado está íntimamente ligada al proyecto imperialista del Estado y al despliegue militar por todo el mundo, y en particular en Medio Oriente. El gasto militar representa 54% del presupuesto federal para 2009 (aunque el gobierno en su propaganda miente diciendo que es solo del 20%): de los 2.650 billones de dólares, 1.449 van de manera directa o indirecta al sector militar (18% del presupuesto para los militares retirados o heridos y pensionados de guerra, 36% para la infraestructura militar actual)3. El gobierno destinará el año que viene 200.000 millones de dólares la "Guerra contra el Terror", el gasto más elevado desde que empezó la guerra (entre 80 y 100 millones por año entre 2003 y 2005, 120 billones en 2006, 170 billones en 2007, y 195 billones en 2008)

Para hacerse una idea que lo que representa esa inversión en el mundo, se calcula que el gasto militar de los EEUU en infraestructura militar (defensa más armas nucleares) iguala al de los siguientes 15 países juntos: China, Rusia, Francia, Gran Bretaña, Japón, Alemania, Arabia Saudita, India, Brasil, Corea del Sur, Italia, Australia, Canadá, Indonesia y Holanda.

1-"A New phase of the economic crisis", Jack Rasmus, gainst the Current 35, July/August

2008.

2-www.expansion.com, 29 julio 2008.

3-www.warresisters.org

*Este artículo está apoyado en los excelentes artículos de Jack Rasmus publicados o­nline en Z Magazine y en Against the Current entre enero y agosto del 2008.