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La Haine entrevista al Grupo Tortuga

Miércoles.28 de septiembre de 2005 2570 visitas Sin comentarios
La Haine

artículo original en La Haine con links y comentarios

La Haine entrevista al Grupo Antimilitarista Tortuga: "Apostamos por la noviolencia como herramienta popular de lucha contra la opresión y por la revolución"

x La Haine - [ 27.09.05 ]

El Grupo Antimilitarista Tortuga relata a La Haine su experiencia de lucha, dialoga sobre la cuestión del antimilitarismo en los medios de comunicación y ofrece su visión, de manera profunda, sobre el debate del uso de la violencia como instrumento de transformación social.

La Haine. ¿Cuándo surge vuestro colectivo y por qué?

Grupo Antimilitarista Tortuga. El Grupo Antimilitarista Tortuga surge en 1999 como unión de la gente que estábamos trabajando en el MOC Elx, el MOC Alacant y el Grupo de Apoyo al Insumiso en los Cuarteles Plácido Ferrándiz, es decir, casi todos los colectivos organizados que quedaban trabajando antimilitarismo en aquel entonces en la provincia de Alacant. La mayoría habíamos sido insumisos y llevábamos años de participación en nuestros respectivos grupos. Estamos hablando del momento en que desaparece la mili, y el antimilitarismo como movimiento social sufre una crisis de identidad y una importante pérdida de militancia. El proyecto del Grupo Tortuga intentó -y consiguió- frenar la desaparición del antimilitarismo en nuestra zona.

Éramos gente veterana y nueva y nos unía la ilusión de seguir adelante en un trabajo común al que veíamos (y vemos) mucho futuro, extender la práctica de la Noviolencia Activa y hacer difusión de la cultura y el pensamiento antimilitarista.

LH. Desde la profesionalización del ejercito y la desaparición del servicio militar obligatorio (y por lo tanto la insumisión) ha habido un considerable bajón en el movimiento antimilitarista, sin embargo, el militarismo no ha dejado de crecer. Por qué que sucedió eso? ¿Fue un punto de inflexión ese momento? ¿Qué perspectivas y luchas de presente-futuro se inician a partir de ahí?

GAT. Hay dos términos del enunciado de la pregunta que no compartimos plenamente. Por un lado el militarismo en el estado español NO es cierto que haya crecido. Ahora en la sociedad se respira un ambiente menos "castrense" que antes de las campañas de insumisión, hay menos personal directamente vinculado al ejército, los problemas de reclutamiento que tienen son muy altos (de ahí las enormes inversiones que tienen que hacer en publicidad) ya que se enfrentan al desprestigio social que tiene la profesión militar. Sí es cierto que ha habido un cambio cualitativo en el militarismo: por un lado se ha "roto el himen" de la intervención exterior, y ahora vemos militares españoles en unas y otras guerras participando plenamente de ellas. Por la otra parte sí podemos hablar de una mayor militarización social, traducida en el aumento de las policías, las cárceles y determinadas legislaciones con las que pretenden "controlar" toda disidencia.

En segundo lugar, tampoco es del todo cierto que haya habido un bajón en el movimiento antimilitarista. La profesionalización del ejército y la desaparición del servicio militar obligatorio sí marca un punto de inflexión e inaugura un nuevo escenario que aún no hay perspectiva para valorar adonde nos aboca. En ese momento, como decíamos antes sí se dio una crisis de identidad y de militancia. Sobre todo abandonan el "carro" numerosos activistas que participaban en las campañas de insumisión desde otras referencias: partidos políticos, movimientos comunistas, libertarios o nacionalistas... Había quien estaba por participar en la campaña de moda, o por simple oportunismo, o por un sentido anti ejército principalmente ligado al tema del servicio militar. Al acabar la mili y perderse presencia mediática mucha de esta gente abandonó y quedaron -por decirlo de alguna forma- "l@s antimilitaristas ortodoxos", que no se habían limitado durante esos años simplemente al trabajo antimili.

Lo que sí está claro es que el antimilitarismo en estos últimos años ha hecho balance, se ha redefinido y ahora se han recuperado líneas de trabajo que en su día estuvieron un tanto ensombrecidas por las campañas contra la mili como puedan ser el trabajo contra instalaciones militares, contra la producción y el comercio de armas, la objeción al gasto militar y el activismo antibélico entre otras. Todo ello desde algo que viene caracterizando al antimilitarismo del estado español en las últimas décadas: su decidida apuesta por la Noviolencia y por la utilización de sus más conocidas herramientas: la Desobediencia Civil y la Acción Directa. Y sin olvidar que el antimilitarismo actual se siente que lo es "en sentido amplio" y no se comprende a sí mismo sin estar vinculado a y ser complementario de otras luchas por un proyecto revolucionario e integral de sociedad.

En cualquier caso habrá -por desgracia- perspectiva de futuro para el trabajo antimilitarista en tanto y en cuanto los ejércitos continúen siendo depositarios del empleo de la violencia por parte de los poderosos contra los débiles.

LH. ¿Creéis que puede haber un "ejercito del pueblo" o "revolucionario" como defienden algunas teorías o consideráis que el ejercito es contrarrevolucionario en sí mismo?

GAT. En general y de forma mayoritaria apostamos por la Noviolencia como herramienta popular de lucha contra la opresión y/o por la revolución, y somos extremadamente crític@s con la mayoría de experiencias que conocemos de lucha armada. Entendemos que el ejército es "per se" una institución jerárquica, autoritaria, patriarcal y violenta (aunque en absoluto equiparamos desde un punto de vista ético al ejército "del Sistema" con el de quienes pretenden hacer la Revolución). Pensamos que no se puede conseguir un fin justo con un medio injusto, y que ninguna sociedad que valga la pena puede llegar a darse si no se hace una apuesta decidida por el respeto de toda vida e integridad humana. Desde este punto de vista SÍ consideramos contrarrevolucionario, en el sentido de que retrasa e impide la consecución de la sociedad a la que aspiramos, todo tipo de ejército, sea estatal o insurgente. Esta sería la postura "oficial" del grupo acerca de la cuestión.

Sin embargo para ser justos con la pluralidad de Tortuga, no podemos dejar de reseñar aquí la opinión particular de algún que otro miembro del grupo que sin negar del todo la postura anterior sí la relativiza, y entiende que en el contexto brutal y negador de la vida y los derechos más elementales en que vivimos, a pesar de tener nuestra propuesta de defensa popular noviolenta, no somos quienes para juzgar determinadas respuestas que las personas oprimidas articulan para defenderse de sus opresores. Por eso determinadas formas de lucha armada podrían verse en opinión de estas personas como "comprensibles", "respetables" e incluso "legítimas".

LH. En vuestra web siempre habláis de la "no-violencia", sin embargo, a lo largo de la historia, a las personas oprimidas no les ha quedado otro camino que la violencia como herramienta de lucha en muchas ocasiones y gracias a ella se han conseguido determinadas conquistas sociales y mejoras de las que nos hemos beneficiado todxs. ¿Creéis que es posible sin el uso de la violencia destruir la propiedad privada y los privilegios de lxs podersxs? ¿No es una violencia en justa respuesta y defensa a la violencia estructural del sistema capitalista?

GAT. Entendemos que la violencia no solo no es necesaria, sino que es ilegítima, indeseable y estéril para destruir el Sistema.

Pensamos que no es cierto que a lo largo de la historia la violencia haya sido el único camino que quedaba a las y los oprimidos. De hecho estamos por afirmar casi lo contrario. La mayoría de luchas de las clases populares que han resultado exitosas han utilizado más bien medios pacíficos como la negociación (con más o menos presión) o noviolentos como la no cooperación, el boicot, la desobediencia, el sabotaje o la huelga por ejemplo. Cuando se ha empleado la violencia como única herramienta, muchas veces el resultado ha sido bastante negativo. Naturalmente esta valoración de la historia es muy discutible.

Con respecto a la actualidad somos bastante escéptic@s acerca de los logros tangibles y/o posibles de los grupos que pretenden acabar con el Sistema mediante acciones violentas tipo guerrilla urbana etc.

Entendiendo que el mantenimiento de la propiedad privada y los privilegios de los poderosos están afianzados por la violencia que ejerce (o puede ejercer) el Estado, creemos que el cambio no depende de que nosotr@s ejerzamos una violencia superior al Estado, sino de que ninguna persona ceda su parcela de poder, ya que esa cesión es la que permite que existan desigualdades, propiedad privada y privilegios. Si nadie permitiera que hubiera privilegios, éstos no podrían darse.

La violencia como opción de lucha se genera como una respuesta a la propia violencia estructural del Sistema. El hecho de que sea justa o no obedece a elementos subjetivos de juicio. Desde nuestro punto de vista la opción de la Noviolencia Activa como estrategia de lucha contra el Sistema Capitalista es la opción mas adecuada, por ser más eficaz, ética y transformadora.

Por otra parte, como decíamos más arriba, algunas personas del grupo entienden que en determinados momentos históricos y atendiendo a circunstancias concretas, estrategias de lucha de carácter violento pueden ser comprensibles y en cierto modo hasta legítimas sin que por ello se presuponga que dicha estrategia va a ofrecer mejores resultados que otra basada en la Noviolencia Activa.

De todas formas pensamos que en general se desconoce qué es la Noviolencia, y que los colectivos revolucionarios suelen tener muchos prejuicios a la hora de valorarla. No es una teoría que se pueda explicar en cuatro líneas, pero decir que nosotras consideramos que cualquier método violento puede ser superado por la confrontación noviolenta en cualquier circunstancia, en cuanto a su efectividad, conflictividad y capacidad de transformación. Y en el 99% de los casos con un menor coste humano.

LH. La no-violencia y el antimilitarismo muchas veces también son objeto de debate a la hora de cubrirlos informativamente. Normalmente los medios empresariales cuidan mucho esta temática para dar un mensaje en la que la clase dominante queda en una posición "inocente". Por otro lado, en los medios alternativos y las organizaciones anticapitalistas no siempre tratan este tema de la misma forma. Por ejemplo, vosotros difundisteis la noticia "Las FARC atacan a la policía colombiana en la Comunidad de Paz de San José (Colombia)", en la que criticáis tal acción sobre la base de que los habitantes de dicha comunidad se comprometen a no portar armas. Sin embargo, la "Fuerza Pública" está allí desde principios de abril y portando armas; otras versiones indican que esa policía protege la actividad de grupos paramilitares en la zona, aunque no directamente dentro de la comunidad. Si nos centramos en este caso concreto, ¿por qué difundís este tipo de informaciones sin haber contrastado la opinión de las FARC al respecto? Y a parte de esto, ¿en general cuál es vuestra opinión sobre la forma de tratar el tema de la violencia y el antimilitarismo en los medios de comunicación?

GAT. No tenemos contacto con la alta comandancia de las FARC (o como quiera se llame su máxima instancia) y en esa información ya señalábamos su procedencia y el grado de verosimilitud de la misma. De todas formas, las FARC pueden dar su visión de los hechos en forma de comentario tanto en La Haine como en nuestra propia web. Y si nos mandan un escrito aclaratorio, lo publicaremos como artículo con gusto. En otros casos nuestras publicaciones referentes a Colombia sí vienen contrastadas por nuestras amigas y amigos que viven los hechos allí en primera persona.

Nuestro grupo y la misma Comunidad de San José, con la que sí tenemos hilo directo, llevamos años denunciando (y en el caso de la Comunidad resistiendo) el acoso sangriento del estado colombiano y la militarización de su tierra. Nuestra web está llena de artículos al respecto. Pero si son las FARC quienes -como otras veces- en esta ocasión pisotean el derecho de estas golpeadas comunidades a no ser su objetivo militar, y a resistir la injusticia y hacer la revolución jugándose igualmente el tipo, pero desde su propia práctica política (noviolenta y autogestionaria), entendemos que hay que denunciarlo con la misma firmeza. Por esta y otra publicación similar en La Haine nos han llovido las críticas. Para alguna gente sus referentes políticos deben estar a salvo de cuestionamiento alguno, hagan lo que hagan. Para esa misma gente sólo hay dos alternativas en Colombia: o se está con el sistema, o con las FARC, y quienes proponen otras vías son contrarrevolucionarios y no merecen ya no respeto, sino ni siquiera seguir viviendo. Esta visión estrecha, rígida, vanguardista e inhumana de la Revolución nos resulta profundamente ajena.

Otra cuestión, como decía un compañero comentando uno de los artículos en La Haine, es que la prensa burguesa sólo se haga eco de las violaciones de derechos humanos por parte de la insurgencia y "disimule" los del Estado. En páginas como La Haine y en general todas las que practican contrainformación "de izquierdas" sucede justamente lo contrario. Con esto no quiere decirse que debamos ser neutrales y poner ambas partes ante una valoración ética similar, ya que ni por asomo son equiparables. Pero sí se debe pretender la objetividad y el rigor a la hora de informar, y bajo ese punto de vista no nos parece procedente "esconder" acciones censurables de colectivos más o menos próximos a nuestras ideas.

El tema de la violencia y el antimilitarismo en medios de comunicación, ya sean "del Sistema" o alternativos, entendemos que se trata de forma maniquea y bipolar, normalmente desde un interesado simplismo que pretende reducir la cuestión a una especie de lucha entre las fuerzas del bien y del mal, que serán unas u otras dependiendo del medio. El tema de la violencia llama la atención. Desde la idea monolítica presente en todos y cada uno de los medios convencionales según la cual se condena hasta la saciedad toda violencia no avalada por la institución del Estado y se convierte en axioma incuestionable el empleo a discreción de violencia por parte del mismo (evitando incluso el término violencia para que sea más fácil de digerir), hasta la línea editorial casi blindada ante críticas hacia la violencia ejercida de unos modos y otros contra el Sistema que está presente en la mayoría de publicaciones anarquistas y comunistas.

Y el antimilitarismo se suele tratar de forma bastante escasa en ambos tipos de medios desde un abanico de posturas que van desde promover el descrédito total del mismo, hasta contemplarlo con simpatía.

LH. Siguiendo un poco en la misma línea. En vuestra web habéis puesto en dos ocasiones la noticia de un cura que canta por la "paz" en un grupo de rock. Noticia que ha inundado los medios de comunicación burgueses. ¿Por qué creéis que este tipo de noticias pueden tener cabida en el mundo de la contrainformación? ¿Tiene que ver con que cura predice la "paz"? ¿Hay puntos de unión entre la iglesia-religión y el antimilitarismo?

GAT. Nuestra página web tiene una línea editorial que pretende ser bastante coherente con nuestra manera de ver las cosas (si bien aceptamos todo tipo de visiones como comentario a los artículos). Para nada introduciríamos líneas de tipo reformista o contenidos de moda con la idea de captar lectores/as. Pero sí de algún modo estamos reproduciendo en la página una de las orientaciones que se dan en el antimilitarismo actual (y en otros movimientos también) que se podría resumir en la frase "la revolución es larga, hagámosla riendo". No es por frivolidad, sino como estrategia política. Se intenta traspasar las fronteras del ghetto, y sin renunciar a la ideología, ir al encuentro de la sociedad desde un proyecto ilusionante, divertido y donde la dimensión humana tiene un lugar preponderante. Con este tipo de artículos - como el del padre jony- que ponemos en plan de chiste, de ironía, y a veces parodiándonos a nosotros mism@s, o con otros que no tienen un contenido ideológico propio (poemas, creaciones de tipo literario...) pretendemos hacer una página más dinámica, divertida y que pueda ser interesante para gente políticamente no concienciada.

¿Puntos de encuentro entre iglesia y antimilitarismo? En nuestra opinión, absolutamente ninguno. Sí hay dentro del movimiento y en particular en nuestro grupo, algún que otro cristiano traspapelado, como también hay anarquistas, comunistas... Normalmente (no todos) los cristian@s antimilitaristas suelen ser bastante ajenos y estar en general muy enfrentad@s a la iglesia católica.

LH. Cambiando de tema, ¿en qué luchas-campañas estáis involucrados en la actualidad? Explicarnos algunos de vuestros proyectos.

GAT. El Grupo Tortuga trabaja en tres líneas complementarias. Por un lado nos dedicamos al tema de la "concienciación" y difusión de nuestros planteamientos antimilitaristas, mediante la distribución de material gráfico, charlas, exposiciones, conferencias, correspondencia, talleres..., o la difusión a través de medios de comunicación "convencionales". Tenemos abierto un buen frente en Internet con el mantenimiento de nuestra web (www.nodo50.org/tortuga) y la puesta en marcha del portal antimilitarista "Insumissia" (www.antimilitaristas.org) con gente de otros grupos y de otros estados. Esto nos supone una buena cantidad de trabajo.

Por otra parte seguimos desarrollando campañas de Desobediencia Civil, como la objeción al gasto militar y contra instalaciones militares (inspecciones ciudadanas a la base de radares de Aitana) y practicando Acción Directa Noviolenta contra diversas expresiones militaristas. Muchas de estas acciones las realizamos en coordinación con Alternativa Antimilitarista-MOC, de la que formamos parte activa.

También desde el grupo se presta atención a y se participa en la construcción de alternativas económicamente autogestionarias y al tejido de redes solidarias con otros grupos y movimientos sociales.

Decir en cualquier caso por que nadie se llame a engaño, que somos un grupo minúsculo. En toda nuestra trayectoria nunca hemos sido más de diez personas con participación activa en el mismo momento, y actualmente somos algunas menos. Eso sí, muy trabajadoras.

Sois un colectivo que os centráis principalmente en una materia: el antimilitarismo. Una de las criticas hacia los colectivos que se centran en un ámbito específico es que corren el riesgo de hacerse "especialistas" en esa materia concreta dejando de lado otros aspectos de la lucha igualmente importantes ¿Qué opinión os merece todo esto?

El antimilitarismo, cuando es comprendido de una forma global es lo bastante amplio como para que resulte muy difícil que se convierta en un movimiento social "especialista". La lucha antimilitarista no se puede simplificar en una acción contra el armamento o los ejércitos, sino que lo es contra el papel que estos elementos e instituciones juegan en el Sistema. Se trata de denunciar a quién sirven los ejércitos y denunciar asimismo su papel de valedores de las injusticias.

Por eso decíamos antes que nuestro antimilitarismo lo es "en sentido amplio" Esto quiere decir que no nos limitamos a trabajar únicamente por la desaparición de los ejércitos y las guerras. Enfrentamos también otros frentes del militarismo como puedan ser los aparatos represivos del estado o la implantación del Pensamiento Único desde los medios de comunicación. No dejamos de pensar que el militarismo es la primera columna de apoyo y la espina dorsal de todo el Sistema, y que combatirlo supone poner en crisis el sistema socioeconómico en toda su extensión. El Grupo sobre esta cuestión lleva años dialogando, y fruto de esa reflexión colectiva es el documento "Socialismo Autogestionario Noviolento", en el que se desarrolla nuestra visión del Antimilitarismo y la Noviolencia incluidos en un proyecto político más amplio.

Además siempre hemos tenido presente el no "especializarnos". No dejamos de ver el aspecto militarista de diferentes realidades sociales como por ejemplo la investigación pública y privada, los presupuestos del Estado, temas medioambientales, cuestiones de género... En realidad podemos coincidir en muchos aspectos a nivel teórico con multitud de colectivos diferentes. Nuestro trabajo por ello está íntimamente ligado al resto de luchas anticapitalistas.

LH. Ahora profundicemos en el debate de la violencia como instrumento de lucha. ¿Cómo se pretende derrumbar un sistema extremadamente violento a través de la no-violencia? Es matemáticamente imposible.

GAT. Es una cuestión de creer y apostar por unos medios u otros. Desde luego a nosotras nos parece posible. Baste pensar en algún ejemplo de sistema extremadamente cruel que haya sido derribado por medios violentos (el nazismo de Hitler por ejemplo), e imaginar que se va a aplicar la misma cantidad de recursos humanos y económicos para combatirlo, pero desde herramientas de la Noviolencia. Sobre esto existen algunos ejemplos históricos a escala pequeña (puede verse el documento "Situaciones Históricas de Resistencia Noviolenta")

Nosotras, lejos de apostar por medios que el Sistema en cuestión pueda superar fácilmente (la violencia) o utilizar para legitimarse (el terrorismo por ejemplo) optamos por una revuelta integral que abarque ámbitos políticos, pero también sociales y económicos de forma simultánea. Nos autoorganizamos y nos autogestionamos para combatir el Sistema, dificultarle su existencia, sumar gente y para al mismo tiempo crearle alternativas que puedan ser viables.

Cuando comparamos resistencia armada con resistencia noviolenta estamos comparando un método que lleva milenios empleándose organizadamente de forma profusa, sobre el que se han escrito ríos de tinta para justificarlo y legitimarlo tanto por parte de opresores como de oprimidas; un medio -la violencia como forma de resolver los conflictos, mantener un orden etc.- en el que nos educan desde niñ@s en la familia y en la escuela, y nos meten bien en la cabeza la idea de que ni hay ni puede haber otro, con otro medio del que apenas existen tímidos ensayos. En resumen, estamos comparando el pasado y presente que tenemos con un futuro aún por recorrer, y del que desconocemos (aunque podemos atisbar) toda su potencialidad.

LH. A pesar de que desde vuestro colectivo siempre habláis de la "no-violencia", ser antimilitarista no significa obligatoriamente abogar por los métodos pacifistas como únicas formas posibles de lucha. El antimilitarismo también puede definirse como el compromiso individual o colectivo hacia la eliminación de la estructura militar como forma de opresión, o en otras palabras, acabar con el brazo armado del Estado. Por ejemplo, una televisión local informaba que durante la noche del 13 al 14 de octubre del 2002, un centro de reclutamiento del ejército norteamericano fue atacado en San-José, en la costa oeste de EEUU. Dos vehículos militares fueron incendiados y resultaron rotos los cristales de las oficinas de reclutamiento de la marina y del ejército del aire. Quedó una pintada a modo de firma: "ataque preventivo". A vuestro juicio, ¿esto no es antimilitarismo?

Bueno, esta es una cuestión de vocablos. Para nosotras esa acción sería insurgente, anticapitalista... pero no antimilitarista. Como sugiere la Declaración Ideológica de AA-MOC, entendemos Antimilitarismo como una lucha social que trabaja por la desaparición de los ejércitos, de las guerras y los restantes mecanismos de control social al tiempo que se enfrenta a las causas que hacen existir a unos y otras, y todo ello en un intento transformador de la sociedad. Romperle las piernas a un señor vestido de militar que viaja a nuestro lado en el autobús, por ejemplo, no nos parece que encaje para nada en nuestra visión y en el sentido transformador (que ha de serlo necesariamente de conciencias y por ende disponer de una capacidad pedagógica) que pretendemos dar a nuestro trabajo. De hecho cuando hemos practicado alguna Acción Directa Noviolenta con altas dosis de agresividad -algo no sólo nada reñido, sino muy deseable desde la Noviolencia- hemos dedicado largas horas de reflexión y debate a valorar la oportunidad, coherencia y capacidad pedagógica-transformadora de nuestra acción antes de llevarla a la práctica. En este enlace va un ejemplo de acción y valoración de la misma.

Por último comentar que responder colectivamente a esta entrevista nos ha supuesto un enorme y enriquecedor esfuerzo como grupo. Damos las gracias a La Haine por haberse acordado de nosotr@s y por ponernos en el interesante aprieto de responder a cuestiones de tanto fondo ideológico. La contestación a alguna de las preguntas adolece de yuxtaponer algunas ideas no siempre bien engarzadas. Esto es así porque hemos contestado la entrevista de forma colectiva, sumando aportaciones particulares en algunos casos.

Web del Grupo Antimilitarista Tortuga:

www.nodo50.org/tortuga