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Izquierda Unida en invierno

Viernes.8 de febrero de 2008 506 visitas - 2 comentario(s)
Juan-Ramón Capella en la Revista Mientrastanto #TITRE

Un amigo me invita a dar mi opinión sobre el futuro de Izquierda Unida. Este amigo expresa la angustia de mucha gente: que la enanización de este referente institucional de la izquierda de este país puede ser una desgracia y abrir paso a una situación empeorada.

Pero empeorada, quede claro, sobre todo para los movimientos que necesitan el apoyo de referentes institucionales para que sus actividades puedan tirar radio, evitar la etiqueta de “antisistema” que abre paso a ignorancias institucionales, a tratos policiales duros, e incluso puede llegar a la aplicación a pacifistas de la legislación antiterrorista.

¿Qué puedo decir sobre IU? En las elecciones generales de 2004 obtuvo un resultado que a duras penas permitió mantener un grupo parlamentario. Dicho de otro modo: IU quedó ingresada en la UVI. Pero tenía cuatro años por delante para salir de ella.

Hoy creo que no ha salido de la UVI, que su estado se ha agravado.
Ha vivido una etapa de conmoción y división interna, auspiciada
tanto por la mayoría de su dirección como por su minoría, y también
desde cargos del PCE. Nadie ha sabido encontrar una política
unificadora ni los modos de un debate satisfactorio, o sea,
fecundo. Hay problemas que no se arreglan formando mayorías y
minorías. Que exigen otras lógicas, y desde luego preservar la
unidad, los entendimientos mínimos.

Parece que esta división general de IU se saldará, como se han
saldado los aspectos locales de esta pugna (en Asturias, p.ej.), con
una especie de purga interna. Con exclusiones, con abandonos.A
los minorizados se les achacarán los previsibles malos resultados
electorales de IU (y eso sería así fueran quienes fuesen los
minorizados).

La pregunta es entonces: ¿estamos al principio de algo o
asistimos al final de algo?

¿Podrá el grupo vencedor en la batalla interna constituirse en
un referente creíble de la izquierda, autónomo respecto del Psoe? ¿O
estamos al final de un proceso que ya ha dado de sí todo lo que
podía dar?

Mi opinión sincera es que asistimos al final de algo.

El PCE, que constituyó la columna vertebral de Izquierda Unida, a la
que entregó además la casi totalidad de su patrimonio, debería ser
capaz de metamorfosearse en otra cosa con dignidad.

Metamorfosearse con dignidad significaría, a mi juicio, no tratar de
prolongar su vida como partido, sino proyectar a su militancia sobre
iniciativas sociales con contenido emancipatorio, para aprender de
ellas y, al mismo tiempo, al insertarse ante todo en ellas,
potenciarlas y activarlas.

Por supuesto, los que hemos votado a IU hemos pagado muy cara su
presencia parlamentaria. El “peso del voto” de quien vota por IU es
la cuarta parte del “peso del voto” de quienes lo hacen por los
partidos mayoritarios, gracias a la ley electoral preconstitucional
vigente.

Hay que preguntarse si a ese precio tan caro IU redunda aún
efectivamente en beneficio de quienes pretenden hacer posible un
mundo social distinto y alternativo, que es lo que en definitiva
cuenta.

En mi opinión, en este sentido IU ha sido crecientemente inoperante
en los últimos tiempos. En vez de mediar políticamente para
estimular y unificar, lo que ha hecho ha sido sobre todo desunir y
crear confusión.

Por eso Izquierda Unida es también, en mi opinión, insostenible
políticamente. Incluso en sus siglas: por falta de veracidad, ya que
lo que la ha caracterizado ha sido la desunión y no la unidad:
antes, desunión por minorías que acababan yéndose al Psoe; ahora,
por pura incapacidad para pensar y realizar la política más allá de
lo instrumental, del politicismo, de las listas y los cargos, de los
acuerdos por arriba con otras fuerzas, lo que convierte en inútil y
sobrante a lo mejor de IU -y del PCE-: su base militante y su
apoyo electoral.

Es la base militante de IU, y su entorno -no lo olvidemos-, en
tantos pueblos, asociaciones o ayuntamientos, lo que debe sobrevivir.

Se engaña a sí mismo quien piense que IU puede enderezar su
trayectoria con meros arreglos de fachada -p.ej., sustituir ‘unida’
por ‘verde’-. No se puede cambiar sin poseer la sustancia de algo. Y
es la cultura política de Izquierda Unida lo que es hoy
crecientemente insubstancial.

A mi modo de ver, se precisa el nacimiento de algo nuevo, que no sé
qué será. Tal vez comisiones cívicas, dobladas de listas de
ciudadanos; tal vez un partido distinto, con reglas de estricta
democracia interna.

No, desde luego, un partido que lo supedite todo a la actividad
parlamentaria o institucional.

En cualquier caso se precisa una fuerza con un imaginario colectivo
diferente del que ha presidido la actividad de los comunistas y
demás afiliados de Izquierda Unida, conservando tan solo la voluntad
de la praxis, de prácticas activas de intervención social.

Un imaginario colectivo enteramente pacífico y no violento; de
democracia radical, que se manifieste transparentemente en los
procesos de toma de decisiones de las instituciones que engendre, y
en el rechazo de los generadores sociales de desigualdad.

Un imaginario programático decidido a reimponer obligaciones y
deberes sociales al empresariado y a las instituciones públicas; que
se haga cargo de los problemas: la militarización del mundo, la
crisis laboral de la tercera revolución industrial; las crisis
energética, ambiental y demográfica; la sobreurbanización y el
hiperconsumismo; las migraciones. Un imaginario sensible a las
exclusiones, a las discriminaciones, al desarraigo.

El imaginario de la vanguardia social que sostiene la voluntad de
construir otro mundo, alternativo a éste, que es tanto internacional
como local, debe pasar al plano de lo políticamente visible y
sustituir a lo que ahora pasa por políticamente correcto.

Un imaginario así sólo puede proceder de la voluntad de intervenir
políticamente de lo que socialmente se mueve. Los grupos de
activistas de asociaciones y oenegés independientes de las
instituciones públicas. Los “colectivos” sociales. Las gentes que
animaron las plataformas contra la guerra de Iraq; muchas gentes que
preguntaron "¿Quién ha sido?" tras el 11M y que no eran sólo gente
del Psoe; la gente que se opuso a la “constitución” europea.
Orientar y generalizar su politización, y estabilizarla, es lo que
hubiera debido hacer IU en los últimos años.

Cierto: lo que socialmente se mueve no es mucha gente. Eso es
corriente en los países opulentos. Pero vale la pena preguntarse si
lo que se mueve va a crecer o a disminuir. Si a la vuelta de la
esquina los jóvenes reaccionarán como en las banlieux parisinas,
o como submileuristas y okupas, o como belgas. Y, más
importante que eso: preguntarse si los diagnósticos de lo que
socialmente se mueve son más certeros y anticipatorios que los de
la clase política y massmediática del sistema.

Tarde o temprano llegará a su fin la etapa de desconcierto y apatía
política de tantas gentes que hoy se limitan a dar por bueno lo
menos malo de lo que hay.

Lo mejor que puede hacer IU es tratar de salvar locales, centros de
reunión, etc., si no lo ha dilapidado todo, para ponerlos a
disposición de lo que se mueve, y ayudar así, al menos, al
nacimiento de lo nuevo. Eso es lo que debe hacer también localmente
la gente de IU que conserve cargos municipales: abrirse a la
formación de comisiones cívicas, con demócratas radicales decentes,
para tejer una malla en la que pueda anidar lo nuevo.

Esto es lo que se me ocurre para que IU sirva de algo. (Para lo
electoral, francamente, la suerte ya está echada, y lo que aún se
pueda hacer o no hacer en este orden de cosas no importa demasiado.)

Lo mejor es trazar raya y empezar proyecto nuevo.

  • Izquierda Unida en invierno

    10 de febrero de 2008 13:49, por Castguer

    El articulo es erratico y se asienta en los mismos paramentros que cualquier partido politico de los que hoy forman la terna de partidos que aplaudieron la reforma del sistema fascista sin enfrentarse a el. Asumieron la servidumbre de los ciudadanos a cambio de que ellos,los dirigentes, como Carrillo, formaran parte de la oligarquia politica de este pais. Dejemoslo ahi, si quereis en otro momento hablamos de la traicion de Carrillo a los comunistas y demas. Pero ahora vosotros, que en una democracia de verdad podriais tener mayoria, porque pobres y trabajadores son la mayoria de los españoles, deben plantearse dos cosas basicamente: Una, cuantos comunistas hay, es decir quienes son y cuantos son esos que necesitan nuestra ayuda. Segunda, si el sistema politico en el que estamos defendiendo sus intereses,sirve para realizar los planes de mejora de estos.Porque si estais empeñados en legitimar un sistema que os causa daño, habrá que preguntarse de quien es la culpa y a quien interesa.
    Por tanto, lo primero, a mi entender es denunciar el sistema fascista que vivimos y, por su puesto, abandonarlo, al menos dignificareis a quienes ahora dirigen a la permida masa comunista a la que no sabeis dar satisfacción por obtener las prevendas del sistema. Al menos sed sinceros y no los engañeis como el PSOE o PP hacen con sus seguidores. Un saludo

    Ver en línea : Menos cuento

  • Izquierda Unida en invierno

    19 de febrero de 2008 09:56, por Antoni Puig Solé

    Tengo un gran respeto por Joan Ramon Capella y él lo sabe. Pero esto no ha evitado que con frecuencia defendamos posiciones diferentes.

    Hace un tiempo escribi un artículo que considero que tiene validez para confrontar con la posició que J.R Capella defiende. El artículo es el siguiente:

    Ver en línea : Manifestaciones de sectarismo