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Informe sobre el seminario "Movimientos Sociales y Militarización en México"

Lunes.26 de noviembre de 2007 1296 visitas Sin comentarios
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Movimientos Sociales y Militarización en México

Informe sobre el seminario "Movimientos Sociales y Militarización en México", celebrado en la Universidad Autónoma Mexicana UAM-Azcapotzalco el 7 de noviembre

Carolina S. Romero (Para Kaos en la Red)

“Si los poderosos endurecen sus esquemas militares y de seguridad es porque temen nuevas oleadas de luchas sociales”, dijo el profesor Claudio Albertani, en su charla magisterial para el seminario “Movimientos Sociales y Militarización en México”, el 7 de noviembre, organizado por la Asamblea Universitaria de la UAM Azcapotzalco con el apoyo del Colectivo Autónomo Magonista (CAMA).

En otra charla magisterial, el antropólogo David Murguía habló de la criminalización de la lucha social y del tremendo incremento en los gastos para equipo militar y de vigilancia, capacitación militar y policial, contratación de mercenarios, creación de nuevos cuerpos militares y establecimiento de retenes y guarniciones en todas partes del país bajo el pretexto de combatir el tráfico de drogas.

El seminario también reunió a luchadores sociales de Oaxaca y Atenco para hablar de sus experiencias en la construcción de movimientos sociales ante la represión estatal cada vez más sangrienta.

Trinidad Ramírez y Martha Pérez del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) afirmaron que la lucha sigue para liberar a los 27 presos y presas de Atenco y defender a más de 150 personas bajo proceso y a otras 10 obligadas a esconderse debido a órdenes de aprehensión en su contra.

Trinidad Ramirez y su familia han vivido en carne propia los embates del estado contra los campesinos de Atenco por haber defendido sus tierras. No fue hasta la semana pasada que pudo visitar a su esposo Ignacio del Valle en prisión, después de una separación forzada de un año y medio. Dentro de la prisión de máxima seguridad Altiplano, Ignacio también está separado de sus compañeros Héctor Galindo y Felipe Álvarez, todos los cuales purgan infames sentencias de 67 años. Pero a pesar del aislamiento, cada mensaje que envían enfatiza su voluntad de seguir luchando y sus metas por hacerlo.

Martha Pérez recuerda que ella y sus compañer@s se dieron cuenta de la política estatal de exterminio cuando vieron los planes para el aeropuerto: ya no existía San Salvador Atenco —sólo carreteras, sin pueblos. Enfatizó que es importante crear muchos foros como este seminario para platicar con la gente. Dijo que para ellos valdría la pena si sólo hubieran llegado dos o tres personas. Recalcó: “Aunque parezca imposible, confiamos en que sí vamos a lograr la libertad de estos presos y presas. Acuérdense que en el 2001 nos decían que sería imposible parar el proyecto del aeropuerto, pero lo hicimos. Y la participación de la mujer es clave. Tenemos el derecho a participar”.

Claudio Albertani habló de la aplicación en México del modelo de un “estado de excepción” en el que se cultiva “una cultura de sospecha que es típica de los regímenes totalitarios. Quien recibe el estigma de ‘enemigo’, pierde automáticamente los derechos más básicos -en primer lugar el derecho a la vida- y es tratado como un paria expuesto a la tortura, las cárceles clandestinas, el asesinato y la desaparición forzada”.

Entre otros ejemplos del “estado de excepción”, el investigador analizó los hechos de la detención-desaparición de los militantes del EPR y el silencio de la izquierda, en gran parte, con respecto al caso: “Pocos, muy pocos exigieron lo elemental: la desactivación de los mecanismos de la guerra sucia y la presentación con vida de los dos eperristas desaparecidos. Hacerlo no implicaba aprobar los atentados, ni adherirse a la estrategia de los grupos armados, mucho menos compartir su perspectiva marxista-leninista. Implicaba, únicamente, un acto elemental de justicia y un mínimo de percepción política. Por lo pronto, la ofensiva se desató contra los “grupos terroristas”, pero podrían seguir los militantes pacifistas y hasta los ciudadanos comunes...”

El representante del MULT-I habló del proyecto de crear un municipio autónomo en la zona triqui baja, ante la corrupción y violencia de los dirigentes del MULT y del Partido de la Unidad Popular.

Alejandro Cruz de las Organizaciones Indias por los Derechos Humanos en Oaxaca (OIDHO) recordó a los participantes que ningún movimiento exitoso ha sido regalado por el gobierno: “Nuestra experiencia nos enseña que el gobierno nunca nos va a dar nuestros derechos humanos. El alzamiento de los Zapatistas en 1994 demostró al mundo que después de más de 500 años, nuestros derechos aún no se reconocen. Sabemos que vendrá más represión y hay que luchar”.

El oriundo de Santiago Xanica habló de la situación en este pueblo, donde el presidente ilegítimo Sergio Cruz García en conjunción con el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz aumenta sus amenazas y esfuerzos para desterrar o destruir a los compañeros del Comité de Derechos Indígenas, CODEDI. Hace poco, como respuesta a las denuncias de CODEDI, los oficiales trajeron tropas de la policía estatal a Xanica de nuevo, pero tuvieron que retirarlas debido a la presión pública.

Al construir un movimiento, explicó Alejandro Cruz, “Lo importante es tener la claridad de qué lado estamos: si queremos ser parte del sistema del poder o si somos de este lado. Benito Juárez llegó al poder pero los indígenas siguen igual.”

Siguió: “En Oaxaca hubo quienes pensaron que un partido iba a estar del lado del pueblo, pero los diputados del PRD firmaron a favor de URO para que el PFP entrara a reprimir. Tal vez pensaron que la gente no se iba a dar cuenta, pero las últimas elecciones dejaron en claro que a la gente ya no cree en los partidos. Una cosa que da esperanza es que ahora hay más gente que participa por su propia iniciativa y no bajo órdenes de un dirigente. Pero hay que recordar que nuestro talón de Aquiles es la división interna”.

El ex preso político zapoteco concluyó: “Al terminar una etapa de la lucha en Oaxaca, sigue la represión, pero Ulises Ruiz sabe que hay mucha gente esperando otro momento”.