Indiferencia programada - Tortuga
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Indiferencia programada

Lunes.31 de diciembre de 2007 1282 visitas Sin comentarios
Fragmento de "La era del vacío", de Giles Lipovetsky, que tomamos de la página Quomodo #TITRE

Fuente

(...) La apatía se extiende tanto más por cuanto concierne a sujetos informados y educados. (...) cuanto más el sistema crea responsabilidades e informa, más abandono hay. (...) La alienación analizada por Marx, resultante de la mecanización del trabajo, ha dejado lugar a una apatía inducida por el campo vertiginoso de las posibilidades y el libre-servicio generalizado; entonces empieza la indiferencia pura, librada de la miseria de los comienzos de la industralización.

(...) El deambular apático debe achacarse a la atomización programada que rige el funcionamiento de nuestras sociedades: de los mass media a la producción, de los transportes al consumo, ninguna institución escapa ya a esa estrategia de la separación (...). En un sistema organizado según un principio de aislamiento "suave", los ideales y valores públicos sólo pueden declinar, únicamente queda la búsqueda del ego y del propio interés, el éxtasis de la liberación "personal", la obsesión por el cuerpo y el sexo: hiper-inversión de lo privado y en consecuencia desmovilización del espacio público. (...) se inicia la desmotivación generalizada, el repliegue autárquico ilustrado por la pasión de consumir pero también del psicoanálisis y de las técnicas relacionales: cuando lo social está abandonado, el deseo, el placer, la comunicación se convierten en los únicos "valores" y los "psi" en los grandes predicadores del desierto.

Lejos de representar una profunda crisis del sistema anunciando a más o menos largo plazo su fracaso, la deserción social no es más que su realización extrema, su lógica fundamental, como si el capitalismo hubiera de hacer indiferentes a los hombres, como lo hizo con las cosas. Aquí no hay fracaso o resistencia al sistema, la apatía no es un defecto de socialización sino una nueva socialización flexible y "económica", una descrispación necesaria para el funcionamiento del capitalismo moderno en tanto que sistema experimental acelerado y sistemático. Fundado en la combinación incesante de posibilidades inéditas, el capitalismo encuentra en la indiferencia una condición ideal para su experimentación, que puede cumplirse así con un mínimo de resistencia, (...) las convinaciones se hacen y deshacen cada vez más deprisa, el sistema del "por qué no" se vuelve puro como la indiferencia, ya sistemática y operacional.

En este caso, ¿cómo comprender la acción de los partidos, de los sindicatos, de la información que no cesan, al parecer, de combatir la apatía y para ello, sensibilizan, movilizan, informan en todas direcciones? ¿Por qué un sistema cuyo funcionamiento exige la indiferencia se esfuerza continuamente en hacer participar, en educar, en interesar? ¿Contradicción del sistema? Mucho más, simulacro de contradicción por cuanto son precisamente esas organizaciones las que producen la apatía de masa y ello, directamente, por su misma forma; sería inútil imaginar planes maquiavélicos, su trabajo lo consigue sin mediación. Cuanto más los políticos se explican y exhiben en la tele, más se ríe la gente, cuantas más octavillas distribuyen los sindicatos, menos se leen, cuantas más se esfuerzan los profesores por que sus estudiantes lean, menos leen éstos. Indiferencia por saturación, información y aislamiento. Agentes directos de la indiferencia, se comprende por qué el sistema reproduce de forma extendida los aparatos de sentido y de responsabilización que sólo logran producir compromiso vacío.

| de ’La era del vacío’, Giles Lipovetsky, 1983.