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Gandhi nunca aceptó la partición de la India

Lunes.20 de marzo de 2023 145 visitas Sin comentarios
Correo Tortuga - Jesús Ojeda. #TITRE

Recordando su figura en el setenta y cuatro aniversario de su asesinato el 30 de enero de 1948.

En agosto del año pasado India y Pakistán han conmemorado el setenta y cinco aniversario de su independencia. La joya de la corona, como la definía el Raj británico, se extendía a lo largo de 4,3 millones de kilómetros cuadrados, con mas de 400 millones de habitantes, distribuidos por un territorio diverso de antiguos reinos, en comunidades de una variada diversidad religiosa de hindúes, musulmanes, sijs, budistas, zoroastristas, judíos y cristianos. Comunidades que cohabitaban en la península indostánica, siendo el colectivo de hindúes mayoría en el sur, en el centro y en algunas regiones del norte, junto a los musulmanes que eran mas numerosos en la parte norte hacia el este y el oeste. En años anteriores a la independencia, los colonizadores británicos acostumbraban a dividir a la población local por grupos religiosos, como lo ejemplifica la profesora Navtej Purewal, miembro del Consejo de Investigación de Artes y Humanidades de India: «Por ejemplo, creaban listas separadas de votantes musulmanes e hindúes para las elecciones locales. También había escaños reservados para políticos musulmanes y para hindúes. La religión se convirtió en un factor en la política» (Fuente: BBC News, 15.08.2022). Había liderazgos con posicionamientos distintos, en el caso de Mohandas Karamchand Gandhi a favor de una India unida e independiente de Inglaterra, por su parte Sri Pandit Jawaharlal Nehru defendía la emancipación de la India y su unidad en las negociaciones, y Mohamed Alí Jinnah, líder la comunidad musulmana, sostenía, ya partir de los inicios de los años cuarenta, la necesidad de una nación separada para los indios musulmanes por la sospecha que con un gobierno de mayoría hindú la comunidad musulmana no sería respetada. Todavía hoy responsables políticos del partido en el Gobierno d ela India ponen en duda la voluntad de Gandhi contraria a la vivisección, al ensalzar a Vinayak Damodar Savarkar como uno de los luchadores por la libertad, que fue acusado de ideólogo del asesinato del llamado padre de la patria, Bapu (Fuente: The Indian Express, 19.11.2022).

El Parlamento inglés, antes de cerrar por vacaciones, aprobó el 18 de julio de 1947 la Ley de Independencia de la India, y al atardecer del 14 de agosto, coincidiendo con la noche del destino, fiesta musulmana, Pakistán por su parte, y la India por la suya en la mañana del 15 de agosto, fecha esta denostada por los jyotisbi, los astrólogos indios, representantes del poder más influeyente de la India, pasaron a ser dominios independientes de la corona británica bajo la tutela de un gobernador general, el entonces virrey Lord Mountbatten.

Previamente el 8 de julio, un abogado de prestigio, Cyril Radcliffe, había llegado a la India con un mandato del gobierno laborista inglés, diseñar una línea de fronteras en el mapa de la península indostánica de casi tres mil kilómetros, basándose en criterios de mayorías religiosas, de la forma más equitativa posible sobre un plan diseñado por el Comisionado de Reformas Políticas del virrey, el indio coolie Vappala Pangunni Menon. Radcliffe nunca había viajado más allá de París, era un funcionario competente y aceptado por los representantes del Partido del Congreso (PC) y de la Liga Musulmana (LM), gracias a su imparcialidad por desconocimiento de la realidad de la India. Solamente alguien de su entorno, su secretario particular, Christopher Beaumont, tenía algún conocimiento por su labor administrativa en el Punjab. El que será nombrado Caballero de la Gran Cruz del Imperio Británico estuvo al frente de dos comisiones de límites, compuestas por cuatro jueces, dos del PC y dos de la LM, para Bengala en el este y para el Punjab en el oeste, resolviendo por su cuenta cuando no se alcanzaba un acuerdo. No pudo contar con asesores ni expertos de la Organización de Naciones Unidas por expreso boicot británico, el Raj no quería testigos de lo que se estaba debatiendo para “evitar la apariencia de que necesitaba ayuda externa para dejar de gobernar su propio imperio”. Sin mapas y censos actualizados, sólo algunos criterios generalistas como diseñar espacios en donde habitasen mayorías, bien de hindúes y sijs, o bien de musulmanes.

Desde un tiempo antes la posición de Gandhi se mantenía como lo explican sus declaraciones y actuaciones. Las entrevistas con Mahamman Ali Jinnah especialmente la de octubre de 1946 que se celebró en contra de lo venía opinando Nehru (“Jawarharlal no lo desea” era uno de las frases que repetía Gandhi). En una de las cartas en respuesta a la petición de entrevistarse por parte de Jinnah, Gandhi había escrito: «Ojalá pudiera hacer algo, pero me encuentro totalmente incapacitado. Mi fe en la unidad es tan luminosa como siempre; sólo que no veo que surjan ninguna luz de las tinieblas impenetrables». Los meses posteriores a la independencia también estuvieron marcados por la radicalización del conflicto étnico, que produjo un derramamiento de sangre en un ambiente de caos e impunidad.

Gran parte de la violencia ocurrió en el estado fronterizo noroccidental de Punjab, donde las turbas se ensañaron especialmente con las mujeres, que sufrieron violaciones y mutilaciones. Solo en ese estado se estima que unas 100.000 mujeres fueron secuestradas, violadas y en muchos casos forzadas a casarse con sus captores.

Además, la casi impenetrable alambrada que separa a los dos países dejó a millones de familias divididas de forma permanente.

Y las fronteras siguieron siendo objeto de disputa entre India y Pakistán hasta el día de hoy. Cachemira, una región del Himalaya conocida por la belleza natural de sus paisajes y también por su diversidad étnica, ha sido el principal foco de conflicto desde la independencia hasta hoy.

Según el plan de reparto contemplado por el Acta de Independencia de India, Cachemira podía elegir libremente si ser parte de India o de Pakistán.

En 1947, el gobernante local, marajá Hari Singh, eligió India, lo que provocó el estallido de una guerra que duró dos años.

Desde entonces India mantiene el control de aproximadamente la mitad de la región, mientras Pakistán domina algo más de un tercio en las áreas del noroeste, y China administra los territorios restantes, en el norte y noreste.

Y por el contrario, sin embargo, hay un querer entenderse y convivir. La investigadora Ana Ballesteros ha documentado acertadamente en 2019, a propósito de las variadas formas culturales de encuentros (literatura, cine teatro…) iniciados por colectivos de mujeres en 1979, cómo se vienen dando desde hace años, para sanar en parte la herida de la frontera de dos países con un pasado común, varias guerras y un equipamiento nuclear amenazante bajo gobiernos actuales que cultivan una actitud beligerante, las acciones comunes de “superar las divisiones y practicar una diplomacia cultural de la que se pudiera beneficiar la población” a través del contacto humano, la mejor herramienta de construcción de humanidad según Gandhi.

Jesús Ojeda Guerrero, investigador en Ciencias Sociales

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