Frente a la violencia del coronavirus, ¡organización y lucha! - Tortuga
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Frente a la violencia del coronavirus, ¡organización y lucha!

Lunes.16 de marzo de 2020 109 visitas Sin comentarios
Xabier Lasa, La Haine. #TITRE

¿Por qué cierran todo lo publico y no lo privado?¿Por qué han creado esta alarma social?¿Por qué somos nosotras las que pagamos otra vez el pato?

La crisis del corona virus está azotando Euskal Herria con mucha violencia. En menos de dos semanas, hemos visto como nuestros centros sanitarios se han colapsado y como los grandes medios de comunicación están sembrando el pánico. Se están cerrado colegios, centros de día, centros deportivos y culturales… Estamos viendo como nuestras compañeras se están enfrentando a ERTEs de un día para otro y como el cuidado de niñas y personas con dependencia cae, de nuevo, sobre las espaldas de las mujeres.

En otros lugares de Europa como en Italia, vemos como cierran ciudades, hay motines en las cárceles, cancelan vuelos a otros lugares… O como, en el caso de Ucrania, donde han llegado a apedrear a un autobus con infectados… Parecen todas sacadas de una serie de ficción a la que no tardaremos en sumar otro capítulo.

Por si eso fuera poco, desde nuestra parte, vemos la completa desmovilización de actividades del movimiento político, sindical y social de Euskal Herria ante esta coyuntura…

En la supuesta era de la información, reina la desinformación. Una vez más, el pueblo trabajador está siendo azotado por la crisis y la violencia. Una vez más, el pueblo trabajador está pagando el pato de este sistema despiadado. Estamos siendo el epicentro de un estado de shock donde cumplimos el papel de ratas de laboratorio. Ratas que estamos predestinadas a vivir o a morir según los experimentos sociales a los que nos están sometiendo. Pero en esta situación, ¿quién se atreverá a morder a quien experimenta con nosotras?

La capacidad que hemos adquirido de asumir las medidas disciplinarias, autoritarias y restrictivas (medidas económicas y de control social más allá de las políticas de salud publica) en el territorio están siendo devastadoras. El miedo y la incertidumbre nos están haciendo ser los peones de una partida de ajedrez, en el que nos pueden manipular al gusto del jugador. El control social es absoluto. Nadie escapa de esta realidad…

Mientras tanto, la crisis económica aumenta a pasos agigantados y los diferentes gobiernos se apresuran a preparar los paquetes de medidas económicas, políticas y sociales que van a producir otro saqueo a los derechos civiles, políticos y económicos del pueblo trabajador. Todo esto, sin aparente resistencia.

En esta situación alarmante, no nos queda otro remedio que volver a despertar y hacernos una serie de preguntas: ¿por qué cierran todo lo publico y no lo privado?¿Por qué han creado esta alarma social?¿Por qué somos nosotras las que pagamos otra vez el pato?

El miedo puede ser paralizante, pero también puede ser catalizador de rabia e injusticia. En esta situación, como en otra cualquiera, no podemos dejar que nos controlen sin ninguna visión crítica. Somos las que seguimos trabajando todos los días; somos las que mantenemos la producción y la reproducción de la vida. Tenemos conocimiento y medios suficientes para hacerlo mucho mejor. Pero para ello, no podemos dejar que nos dominen. No podemos dejar que cunda el pánico.

No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando a que pase la crisis sanitaria. Todas las medidas (económicas, políticas y sociales) que están adoptando con esta crisis vienen para quedarse. Si no actuamos ahora, luego sera demasiado tarde. Si tenemos miedo, hagámonos con formas de movilización con las que no tengamos que asumir riesgos innecesarios. Tenemos mucho que denunciar, así que denunciemoslo utilizando nuestra creatividad e imaginación para hacerlo posible como lo hemos hecho siempre. No caigamos en la frustración y en el inmovilismo. Por que si no, los gobiernos nos obligarán a asumir todas las formas de opresión a las que quieren someternos con mucha más facilidad y sin que nos demos cuenta.

No dejemos de organizarnos y luchar. Que no sea peor el remedio, que la enfermedad…

La Haine

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