Francia se resiste a descolonizar África - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

Francia se resiste a descolonizar África

Jueves.17 de julio de 2008 1828 visitas Sin comentarios
Golpes de estado, asesinatos, intervenciones militares y presidentes franceses de piel oscura... #TITRE

Diagonal

Sarah Babiker / Madrid

A pesar de las palabras de Sarkozy sobre una nueva época en las relaciones con las ex colonias africanas, en los hechos poco parece haber cambiado : gobiernos títere y dictaduras toleradas en pos de los intereses económicos de Francia en el continente.

El 1 de julio el presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, asumía la presidencia europea. Tras un año intenso en las relaciones euroafricanas, especialmente durante la cumbre de Lisboa del pasado diciembre, la presidencia francesa, que tiene una relación intensa con el continente, crea expectación. En el encuentro euroafricano, que se recordará por la negativa africana de aceptar los Acuerdos de Asociación Económica propugnados por Europa, el mandatario francés afirmaba : “Hoy propongo un nuevo contrato entre Europa y África por la paz y por la seguridad de todos nosotros. [...] consiste en una asociación transparente, responsable, sin complejos”. Sin embargo, una revisión de la política francesa en África erosiona su credibilidad.

En junio, el coronel de Burkina Fasso Gilbert Diendjéré participaba en París en la conferencia “Estabilidad y desarrollo en África” invitado por una institución pública. El 2 de julio, Sarkozy recibía a Omar Bongo, presidente de Gabón y amigo personal, tras la cumbre de la Unión Africana celebrada en junio en Egipto. Diendjéré dirigió las fuerzas que en 1987 destituyeron a Thomas Shankara, presidente muy popular con un discurso antiimperialista en Burkina Fasso, cuyo asesinato permitió el ascenso de Blaise Campoaré, quien 21 años después se perpetúa en el poder. Respecto a Bongo, se trata del mismo presidente que lleva 40 años al frente de Gabón, fuente de petróleo para Francia. Durante décadas oscuros intereses han marcado la presencia de Francia en África. Así lo denuncia la ONG Survie, que nació en 1984 con el objetivo de reorientar la ayuda al desarrollo francesa para que llegue a sus destinatarios legítimos. Acabó dedicándose a denunciar, tras encontrarse con fraudulentas concesiones, la presencia de los servicios secretos y el empleo de mercenarios, con irregularidades en la ayuda al desarrollo muy beneficiosas para políticos de ambos continentes y sus amigos empresarios. Survie descubrió un paisaje en donde la corrupción económica y política eran la norma, y al que François-Xavier Verschave, presidente de Survie hasta su muerte en 2005, llamó Françafrique.

La Françafrique

Cuando en 1958, De Gaulle decidió otorgar la independencia a las colonias, encargó a Jacques Foccart -líder del partido gaullista y ‘Monsieur Afrique’ entre 1960 y 1974, periodo en el que auspició numerosos golpes de Estado- que afianzara la presencia de Francia en el continente. Las antiguas colonias conservaban un valor estratégico : constituían un refuerzo en la ONU, surtían materias primas, y, a través de la corrupción, financiaban partidos franceses. Los intereses de la Françafrique quedarían en manos de mercenarios, oscuros hombres de negocios y políticos africanos amigos. En el currículo bélico post-independencia figuran las peores guerras : Biafra, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Fasso...

Primero se desembarazaron de los líderes independentistas. Mucho antes del asesinato de Shankara, Ruben Um Nyobé fue abatido por las tropas francesas cuando luchaba por la independencia de Camerún ; Sylvanus Olympio, depuesto por el primer golpe de Estado en el África negra en 1963, en Togo ; Barthelemy Baganda murió en un misterioso accidente de avión antes de convertirse en el primer presidente de la República Central Africana. A esta generación de líderes fallida les sustituirían “presidentes franceses de piel negra”, hombres relacionados con la metrópoli : masones, ex militares del Ejército francés... El invento aventajaba al sistema colonial en comodidad : era menos visible. La mayoría de estos líderes fueron revalidados democráticamente en los ‘80 y ‘90, con el respaldo de Francia, en elecciones tachadas de fraudulentas : Es el caso de Deby en Chad, Eyadema en Togo y Paul Biya en Camerún.

‘Les amis’ de Sarkozy

En 2006 durante una visita a Benin, Sarkozy esgrimía un discurso rupturista respecto a la Françafrique : “Debemos deshacernos de las tramas de antaño, de los responsables oficiosos que no obedecen a ninguna otra norma que la que ellos mismos dictan”. Mas sus amistades le delatan. Empezando por Charles Pasqua, inspirador político de Sarkozy, que ofició de testigo en la primera boda del presidente. Pasqua, implicado en numerosos casos de corrupción, es la otra figura principal junto a Foccart de la Françafrique. Continuando por Vincent Bolloré, cuya multinacional controla los transportes y logística de buena parte de África, quien le cedió su yate para que reposara tras su victoria electoral. Y por último Omar Bongo, primer jefe de Estado en visitar a Sarkozy tras su entrada en el Eliseo. Estos tres exponentes plantean interrogantes ante el rupturismo que anuncia el presidente de Francia.


LA FRANÇAFRIQUE Y LA REPÚBLICA DEL CONGO (BRAZZAVILLE)

GLADYS MARTÍNEZ

La política de ingerencia francesa ha marcado el panorama político de la República del Congo, y como instrumento de esta política, un personaje clave : Denis Sassou Nguesso. Nguesso participó en la revolución que, tres años después de la independencia, llevó en 1963 al poder al izquierdista Alphonse Massemba- Débat y a la creación del Movimiento Nacional de la Revolución.

Poco después Nguesso participó en el golpe que destituyó a Massemba y logró hacerse con el poder en 1979. Desde entonces, Nguesso fue transformando la política del país : dio a la petrolera francesa Elf el monopolio de la explotación del petróleo, abrió negociaciones con el FMI e impuso progresivamente un modelo de mercado, siempre siguiendo las indicaciones de Francia. Tras el proceso de democratización del país y la celebración de elecciones en 1992, Nguesso perdió, con un 17% de votos, frente a Pascal Lissouba. Pero este resultado no satisfizo a Francia, entre otras cosas porque Lissouba negoció nuevas concesiones para la petrolera anglosajona Occidental Petroleum, acuerdos que se vio obligado a retirar por las presiones francesas. Desde entonces, Elf apoyó a la oposición en su desestabilización del Gobierno, y en 1997 las tensiones degeneraron en una guerra civil, durante la cual Nguesso contó, entre otros apoyos, con la ayuda económica y militar del Gobierno francés y de la petrolera Elf. Tras su victoria, a pesar de haber derrocado a un presidente electo y de haber provocado decenas de miles de muertos, recibió inmediatamente la felicitación de Jacques Chirac, entonces presidente de Francia.

Hoy, las relaciones con la antigua metrópoli siguen siendo fluidas. En julio de 2007, Nguesso visitó por enésima vez Francia, donde se reunió con Sarkozy y con dirigentes de TotalFinaElf. A pesar de que entre 2003 y 2005 Nguesso desfalcó mil millones de dólares de ingresos provenientes del petróleo, mientras el 72% de la población vive con menos de un dólar al día, en diciembre fue el invitado de honor del foro sobre el desarrollo sostenible organizado en el Senado francés y patrocinado por Sarkozy.


EL ‘AFFAIRE’ DE LA PETROLERA ELF-

S.B.

Hablar de la Françafrique es hablar de Elf- Aquitaine, la empresa pública creada en 1965 por De Gaulle. Con su creación se garantizaba la continuidad de la presencia francesa en África, afianzándose una fuente de financiación para el partido gaullista.

A mediados de los ‘90 el escándalo Elf llevó al banquillo a sus directivos más importantes, personajes políticos y hombres de negocios. Se reveló una trama nutrida de comisiones ilegales, desvíos de dinero, y un lucro desmesurado por parte de sus protagonistas, quienes llevaban vidas equivalentemente lujosas. El director, Loïk Le Floche Prigent, su subordinado Alfred Sirven y el director de Elf-Afrique, André Tarallo, fueron las cabezas visibles de este caso de corrupción, sin llegarse a procesar a Elf como entidad. Las condenas no superaban los cinco años de prisión, la salud de Tarallo, y la fuga y posterior fallecimiento de Sirven les evitaron cumplirlas. El entramado Elf implicaba una nebulosa de redes que conectan individuos con empresas y que, al mismo tiempo combinaban lo privado y lo público. Tan público que uno de los acusados era Roland Dumas, ministro de Exteriores entre el ‘84 y el ‘93. Al margen del enriquecimiento ilegal de sus responsables, las maniobras de Elf tuvieron consecuencias dramáticas en el continente africano: estrechamente ligada a los servicios secretos, con muchos agentes que pasaban a engrosar el departamento de seguridad de la compañía, estos hombres de fidelidad ambigua pasaban fácilmente a militar por su propio beneficio convirtiéndose en mercenarios. Fue Miterrand quien nombró a Le Floch-Prigent, al frente de la compañía entre 1989 y 1993, éste se trajo a Sirven, quien provenía de la inteligencia. Tarallo, por otra parte, mantiene el poder en la sección africana. En la época ELF comienza a financiar a todas las partes, tanto en Francia como en África. Sirven asegurará : “Sé suficiente para eliminar a toda la clase política francesa”. Bajo la dirección de Le Floch, millones de francos pasan a nutrir los bolsillos de mandatarios franceses y africanos. A sueldo de la compañía estará la guardia presidencial de Omar Bongo, en Gabón.

A Elf se le acusa así mismo de estar implicada en los conflictos del Golfo de Guinea, donde realizará prospecciones en Angola (cuya guerra financiará indirectamente) y Nigeria (motivando la guerra de Biafra para dividir el país y debilitarlo) pero sobre todo en Camerún, Gabón, Congo Brazzaville y más adelante en Guinea Ecuatorial. Ya encausado por la justicia francesa Le Floch empieza a hablar : en 1996 admite que Elf puso a Paul Biya al frente de Camerún. Años después afirmará que la compañía había abastecido con armamentos a ambos bandos de la guerra civil congoleña en 1997, cuyo resultado serían decenas de miles de muertos.


ENTREVISTA : ODILE TOBNER, PRESIDENTA DE LA ORGANIZACIÓN SURVIE

”Hay un problema francés para los países africanos”

S. B. / Madrid

François-Xavier Verschave, presidente de Survie hasta su muerte en 2005, fue uno de principales investigadores de la trama de la Françafrique. Entrevistamos a la actual presidenta de la organización.


DIAGONAL : El trabajo de Survie fue determinante para la denuncia de la Françafrique. ¿Cómo fueron los comienzos ?

ODILE TOBNER : Survie es una asociación independiente que tenía por objetivo incitar a los cargos electos franceses a votar una ley que regulase la participación de Francia en el desarrollo. Luego denunciamos el hecho de que la cooperación no favorecía el desarrollo pues no había resultados tangibles sobre el terreno, si no que favorecía a los regímenes autoritarios siervos de la antigua potencia colonial, quien les había instalado y les mantenía por la fuerza, armándoles, interviniendo a veces directamente.


D. : ¿Qué conexiones existen entre Sarkozy y la Françafrique ?

O.T. : Además del hecho de que él es el jefe de Estado y por tanto del Ejército francés, que ha estado siempre muy implicado en la política africana, tanto por la presencia de tropas en terreno como por la actividad intensa de los servicios especiales, Sarkozy tiene relaciones personales muy estrechas con los grandes grupos franceses instalados en África : Bouygues y Bolloré...

D. : ¿Es la Françafrique una cuestión específica francesa o podríamos encontrar mecanismos similares en otros países de pasado colonialista ?

O.T. : Todas las potencias coloniales han conservado cierta influencia sobre sus antiguas colonias, pero ninguna ha instalado un sistema tan estrecho de control monetario -el franco CFA es gestionado por el tesoro francés- y militar -Francia ocupa cinco bases militares en África y forma los cuadros militares de sus antiguas colonias-. París tiene la costumbre de guiar a los regímenes africanos y de imponer sus soluciones. Gbagbo [presidente de Costa de Marfil hasta 2000] dijo que Chirac le trataba como un subprefecto. Un embajador de Francia en Chad dijo a aquellos que denunciaban los excesos de Déby, “¿pero a quién podríamos poner en su lugar ?”. Hay realmente un problema francés en los países africanos del antiguo imperio colonial francés.

D. : ¿Es la Françafrique un fenómeno en declive o es todavía fuerte ?

O.T. : El sistema françafricano se mantiene fuertemente. Sus dos fundamentos, monetario y militar, no han cambiado. No es cuestión de tocar el sistema monetario. El presidente que lo haga será derrocado o saboteado. Hablan de disminuir la presencia militar directa pero Francia conduciría las formaciones africanas de defensa. Pero este sistema es ahora discutido por las oposiciones en los países africanos y por la competencia de las influencias de otras potencias exteriores como Estados Unidos o China.

D. : ¿Cómo se puede combatir este fenómeno ?

O.T. : Tenemos nuestras publicaciones, que difunden la información de la política de Francia en África, sobre la que los grandes medios dan muy poca información. Intervenimos también con los cargos electos para que asuman sus responsabilidades. Organizamos manifestaciones en ocasión de acontecimientos y campañas. Colaboramos con los africanos para retomar sus reivindicaciones.