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El reto de la contaminación en Europa

Sábado.20 de septiembre de 2008 615 visitas Sin comentarios
Correo Tortuga – Ecologistas en Acción de Valladolid #TITRE

La contaminación del aire de la Unión Europea es tan mala que, según
estudios publicados por la Comisión Europea, la esperanza de vida media puede verse reducida hasta en 3 años.

Hace ya años que las autoridades científicas de todos los países venían
advirtiendo sobre la necesidad de implantar sistemas de control y
disminución de la contaminación del aire debido al riesgo que la mala
calidad del mismo supone para la salud. La contaminación del aire de la
Unión Europea es tan mala que, según estudios publicados por la Comisión Europea, la esperanza de vida media puede verse reducida hasta en 3 años (ver estudios de la Agencia Medioambiental Europea).

A mediados de abril de 2008, los ministros de la Unión Europea aprobabanla nueva directiva sobre calidad del aire en Europa, mediante la que por primera vez propone estándares y fechas
límite para que sus Estados Miembro reduzcan la contaminación del aire
por partículas finas (PM2.5). Las partículas finas son aquellas
partículas de menos de 2,5 micras de diámetro producidas por vehículos, agricultura y pequeñas plantas industriales y a las que hasta ahora
siempre se había asociado con diversas enfermedades respiratorias.

Pero a finales de mayo de 2008, el Journal of American College of
Cardiology publicaba el estudio "Contaminación del aire y daños
cardiovasculares"
, llevado cabo
por investigadores de diversos Institutos Cardiovasculares y
Universidades de California, EEUU, en el que se demostraba que las
partículas finas no solamente dañan las vías respiratorias, sino que se
introducen en el sistema sanguíneo y llegan al corazón, perjudicando
gravemente la salud de todas las personas y en especial de ciertos
grupos de riesgo, como diabéticos y personas mayores. Entre los daños
constatados en el estudio se encuentran la modificación del ritmo
cardíaco, de la presión arterial y de la coagulación de la sangre.

La nueva directiva de la Unión Europea, en la que se establece el año
2020 como plazo máximo para alcanzar la reducción establecida de
emisiones de partículas finas, se suma a la directiva aprobada en enero
de 2005 para la reducción de las partículas gruesas (PM10). Veinticinco
de los veintisiete estados miembros superan los límites establecidos por
esta directiva y ya han declarado que encuentran dificultades para
respetar los límites establecidos.

Pero la salud de los ciudadanos europeos no puede esperar. Como
informaba Ladyverd.com hace unos días, una encuesta llevada a cabo en Bélgica señalaba que los
ciudadanos de este país están dispuestos a asumir medidas drásticas por
parte de su gobierno para evitar la contaminación en las ciudades.

En Austria, el ciudadano de Graz Christian Wabl lleva tres años luchando
para que el gobierno de su país responda ante los tribunales por los
daños ocasionados como consecuencia de su permisividad con respecto a
las partículas finas. A pesar de que aún no hay una sentencia
definitiva, este caso ha levantado gran polémica y varios juristas
afirman que es necesario modificar la legislación austriaca para cubrir
este hueco legal: Erika Wagner, profesora de derecho medioambiental en
la Universidad de Linz, Ferdinand Kerschner, jurista medioambiental y
Lorenz Riegler, abogado especializado en derecho medioambiental, opinan
que la ley austriaca de Emisiones al Aire es insuficiente y debe ser
modificada para reducir la velocidad máxima en las zonas de tránsito,
limitar el tráfico rodado en las ciudades y reducir las emisiones por
parte de la industria, entre otras medidas propuestas.

Otro ciudadano de la Unión Europea, esta vez de Múnich, Alemania, tras
varios años de lucha infructuosa contra las autoridades locales por el
mismo motivo, llevó su denuncia ante el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, que recientemente ha dictado sentencia en su favor: el Gobierno
regional de Baviera deberá tomar medidas inmediatas para frenar la
contaminación por partículas finas en Landshuter Allee, donde este
ciudadano reside, debida especialmente a la circulación de vehículos con
motores diésel. Esta sentencia sienta precedente y pasa a formar parte
de la jurisprudencia de la Unión Europea: gracias a ella, los ciudadanos
de sus estados miembros podrán exigir a sus gobiernos acciones concretas
para evitar la contaminación por partículas finas en sus ciudades.

¿Y qué medidas están tomando los distintos estados miembros para cumplir
con la nueva directiva europea? En Alemania, donde según la OMS 75.000
personas mueren de forma prematura cada año debido a la contaminación
por partículas finas, encontramos diversas iniciativas:

Zona Medioambiental

Casi todas las ciudades están implantando las llamadas "zonas
medioambientales" (Umweltzonen), en las que el tránsito de vehículos va
a ser limitado mediante un sistema de señalización de los mismos: a
partir de las fechas establecidas por cada ciudad, todo vehículo que
desee circular por las zonas medioambientales tendrá que estar
señalizado mediante una etiqueta de color que lo cataloga según la
cantidad de partículas que emite. En este código de colores el rojo está
destinado a los vehículos más contaminantes, mientras que el verde
significa que el vehículo no supera un límite concreto de emisión de
partículas finas. En ciertas ciudades, como Berlín, Colonia y Hannover
(Berlín cuenta con una zona verde de más de 88 km2) ya se está multando
a todos los vehículos que circulan por las zonas medioambientales sin la
debida señalización. Al igual que ocurre con los límites de velocidad,
tanto extranjeros como alemanes deben respetar las normativas. Las
etiquetas pueden adquirirse a través de la página web
www.umwelt-plakette.de

Por otro lado, la ciudad de Frankfurt am Main ha decidido colocar
"semáforos portero" a la entrada de la ciudad, que permanecerán en rojo
cuando los valores de partículas finas sean elevados, como ocurre a la
entrada de un aparcamiento completo. De este modo, solamente un número
limitado de automóviles podrá circular por el centro de la ciudad. En
Stuttgart, sin embargo, se ha decidido prohibir estrictamente el paso de
vehículos pesados por las calles más concurridas. En la ciudad de Halle
se ha limitado la velocidad máxima de transito a 30 km/h, entre otras
medidas.

Entrevista con Erika Wagner en la emisora de radio austriaca Ö1

Fuente