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El ejército español del aire usó grasa de liposucción para cocinar

Domingo.28 de diciembre de 2014 985 visitas - 4 comentario(s)
Escándalo militar. #TITRE

F.D. Redacción.

La operación policial bautizada jocosamente con el nombre en clave de “seborreica” ha puesto de manifiesto una trama que no deja de sorprender a propios y extraños. Nada más y nada menos que el desvío de grasa corporal humana procedente de operaciones de liposucción, hacia las cocinas de varias unidades del ejército del aire español.

Esta noticia ha sido confirmada por mandos policiales y en estos momentos se encuentran detenidos dos suboficiales y un mando del Ejército del Aire en San Javier (Murcia).

Según informaciones que han podido ser recabadas a través de miembros del ejército interrogados por la policía, pero que hasta el momento no han sido detenidos, éstos aseguran que el empleo de este tipo de grasa humana para cocinar, podría estar usándose desde hace varios años en el acuartelamiento de San Javier y en otros.

Según el suboficial Josebo Chuzo, intendente de cocina del acuartelamiento de Abanilla, que ha accedido a hacer declaraciones no oficiales, el aceite licuado procedente de grasa humana es desde un punto de vista organoléptco, mucho más agradable al paladar que los aceites vegetales usados habitualmente en las frituras. Así, habría dado a entender que la fritura de patatas en los comedores de los cuarteles, hace años que se estarían haciendo usando este tipo de aceite.

La noticia ha adquirido trascendencia internacional de manera que algunos expertos internacionales se están lanzando a dar su opinión. Para el doctor Ishpan Cetaha, del comité internacional de investigaciones bioéticas de las Naciones Unidas, existe una situación de alegalidad sobre esta cuestión de manera que, aunque pueda ser éticamente reprobable sus uso, no está “ténicamente prohibido”. De otro lado el profesor Román Teca, director de la cátedra de Ética y Alimentación de la Universidad Popular de Huesca, ha considerado que a pesar de la agria polémica que esta cuestión suscita, él personalmente no tendría ningún empacho en “mojar su tazón de chocolate con una buena ración de porras fritas con grasa corporal humana”. La polémica está servida.

En defensa de los detenidos, aunque sin estar implicado en la trama, se ha pronunciado el coronel de aviación en la reserva Rubén Pronto quien ha asegurado que en su ciudad natal y en períodos de fiestas navideñas y otras donde la demanda de churros, porras y buñuelos crece de manera importante; era de todos sabido que las chuurrerías ambulantes usaban este tipo de aceite procedente de una conocida clínica de la que no ha querido facilitar el nombre. Es más, añade que siempre ha sido costumbre entre las personas con problemas de líbido baja, consumir fritos elaborados con este aceite a modo de afrodisíaco, en concreto refería que la costumbre local era churros o porras para las mujeres y buñuelos para los hombres. O sea, que nuestros solados podrían haber estado sobreestimulados sexualmente de manera indirecta al ser consumidores habituales de estas fritangas. “Se acabó el tiempo del bromuro” señaló en su tuiter el mediático y conocido forero cabo furriel Matías Buenas al conocer la noticia. A estas horas su blog está que arde.

La escalada de declaraciones, a ver cuál de todas más extravagante no ha cesado desde que los mandos policiales dieran ayer en rueda de prensa a conocer la noticia. En la ciudad de Elche (Alicante) un grupo de personas que habían recibido tratamiento de liposucción, acaban de presentar una denuncia contra la clínica que los atendió por considerar que han comercializado y obtenido beneficios con un producto que en realidad les pertenecía a ellos, por lo que reclaman su parte de los benefcios obtenidos por la venta de su grasa corporal. En estos momentos y según fuentes cercanas a la investigación, peritos forenses estarían cuantificando el precio por kilo de grasa corporal que las clínicas de estética habrían de pagar a sus clientes en el caso de que la demanda les fuera favorable a éstos.
Fuentes del Ministerio de Sanidad han alertado, aunque este hecho no ha podido ser confirmado, acerca del peligro de avalancha que podría producirse en las clínicas dermoestéticas por parte de clientes obesos que, acuciados por la situación de pobreza generalizada, acudieran a vender al peso el sebo que les sobra.

La operación policial continúa abierta y en las próximas horas no se descartan más detenciones de miembros del ejército e intermediarios, si se confirma la posibilidad de que bidones de grasa humana lipousccionada procedente de una clínica de Calasparra, pero etiquetada como “manteca salada” , habrían sido vendidos a unidades del ejército que operan en misiones humanitarias en el exterior.

En algunos foros de internet ya se encuentran comentarios ciertamente polémicos tales como “me siento orgullos, el sebo que me sobraba ha servido para alimentar a personas que lo necesitaban” o “¿por qué tirar a la basura una materia prima de excelente calidad que puede servir para alimentar a otros?”

La polémica está servida. Seguiremos informando.


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