El ejército español cambia de jefe - Tortuga
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El ejército español cambia de jefe

Jueves.19 de junio de 2014 1046 visitas - 3 comentario(s)
Grup Antimilitarista Tortuga. #TITRE

Tampoco es que sea un cambio muy significativo en la práctica, ya que estando presidido por uno u otro Borbón, o incluso por un hipotético presidente de la república, su esencia no va a variar en absoluto.

Es conocido el papel que los ejércitos occidentales juegan a la hora de mantener un status quo mundial en el que unos países oprimen y explotan económicamente a otros. Los intereses comerciales de la gran economía de matriz española se encuentran siempre detrás de los despliegues de tropas en el extranjero. Si bien este rol militar está evolucionando últimamente debido a la crisis y a los cambios en el escenario político-económico mundial.

El otro rol que hace imprescindible la existencia de un ejército en un estado capitalista, es el de ser la última barrera defensiva del poder ante una posible marea popular dispuesta a desalojar por la fuerza a sus ocupantes. Hoy día parece que el sistema está bien blindado merced a otro tipo de dispositivos de carácter policial y legislativo. Y eso sin tener en cuenta que la mejor defensa del propio sistema está demostrando ser la autorrepresión: la resignación y falta de lucha decidida de la población motivada por el miedo, por la complicidad con el régimen o por una eficaz educación para la obediencia.

Estas circunstancias hacen que el ejército español hoy día, a pesar de su buena imagen lograda tras costosas campañas publicitarias, camine hacia su obsolescencia. La partida de ajedrez económica en el tablero internacional tiende a ser cada vez más una lucha de monedas, empréstitos y mercados. Y la fuerza militar, hasta ahora decisiva, tiende a transformarse en mera superioridad tecnológica (pensemos, por ejemplo, en el proceso de robotización que están sufriendo los ejércitos más avanzados). Por otra parte el hipotético «enemigo interno», que tan de cabeza traía a aquel nunca añorado ejército de la época franquista, está demostrando ser fácilmente neutralizable solo con elevar unos puntos la amenaza policial y punitiva de las leyes, y fácilmente reconducible hacia las mansas aguas del espejismo parlamentarista.

El ejército español, que será cada vez más reducido en cuanto a personal, está condenado a ser un mero adorno del estado, destinado a poco más que a hacer maniobras en sus cuarteles y desfiles junto a los pasos de la semana santa. Eso, y a ser un buen motivo para el negocio de la industria militar y sus comisionistas entre los que, es de suponer, siempre se contarán políticos en cargo de gobierno (sean del partido que sean), y personajes con el apellido Borbón.

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  • El ejército español cambia de jefe

    19 de junio de 2014 13:38, por Jesús

    Eso por no hablar de la corrupción en el propio ámbito militar, que lo corroe por completo, corrupción que también pagamos entre todas, más allá de la propia inutilidad del gasto militar:
    http://bit.ly/mareaUPF

  • Licencia de los articulos

    19 de junio de 2014 13:43

    Para hacer mejor la redifusión de vuestros artículos, estaría bien que en el pié de la página aparecieran las condiciones de reproducción (CreativeCommons / Dominio público / Privativo / etc.)

  • El ejército español cambia de jefe

    19 de junio de 2014 19:52, por Emilio

    Muchas gracias a Tortuga y todo el grupo por el trabajo que hacéis.

    En especial por este articulillo tan necesario acompañado de esa fotografía que muy pocas personas del mundo mundial han visto y que es tan esencial en la base de lo que nos está sucediendo estos día con un nuevo jefe de estado que además es capitán general.

    En la mañana de hoy estaba yo en casa esperando a mi hijo y me asomé un momento a la caja tonta para ver qué pasaba en parte del mundo. Sin duda para saber lo que pasa en el mundo muchas personas abren la pantalla de su televisor en lugar de salir a la calle y hablar con la gente.

    Cuando yo miraba las imágenes de la coronación del nuevo rey, poco a poco me iba llenando de tristeza y de indignación viendo cómo abusan de todas nosotras con su autoritarismo para beneficio de las más ricas y poderosas.

    Recordé aquello que en alguna ocasión escuché de la erótica del poder. No se refiere esta expresión a los pecados de cintura para abajo que comenten las personas poderosas sino a algo bastante más diferente.
    La erótica del poder la hemos visto estos días de manera espectacular y además como espectáculo gracias a lo cual no hemos necesitado hacer un seguimiento del mundial de fútbol en Brasil.

    El poder ejerce una atracción erótica. La contemplación de las personas ricas, de las personas poderosas, de los lugares arquitectónicamente exuberantes, de los gastos fastuosos es un espectáculo muy atractivo para numerosas personas.

    Quienes admiran los signos del poder son las personas cercanas al poder. También las que apoyan y están de acuerdo con ese poder. Pero en cuanto al número, quienes más admiran el poder son personas oprimidas por el poder. Personas en las que el poder se apoya y se sostiene. Gracias a esa opresión el poder está arriba, brilla y se ejerce con la aquiesciencia y colaboración de las personas subordinadas.

    Quien lo contempla se siente feliz por estar enamorada de algo tan bello y deslumbrante. Posiblemente llega a sentir que forma parte de ese poder, al igual que nos sucede cuando gana la roja. A muchos les gusta mostrar su apoyo al poder como fuente y origen de su propio poder; para aprovecharse y compartir el poder de manera similar a lo que hacemos cuando nos enamoramos de una pareja.

    Mientras tanto, también hay gran número de personas que no participan de ese erotismo. Frecuentemente nos sentimos en minoría, cabizbajas, excluídas . . . A veces tenemos que esforzarnos para disfrutar de las relaciones horizontales de poder compartiendo nuestras iniciativas y nuestra creatividad de manera divertida para superar el el sufrimiento.

    Bueno, perdonad este rato de desahogo con esta pieza literaria que no tiene la calidad de las comunas periodísticas.