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El Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent (Alacant) alberga crónicos y ancianos que ya no deberían estar presos

Viernes.16 de mayo de 2008 1590 visitas - 1 comentario(s)
Derecho Penitenciario #TITRE

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Un interno lleva 18 años recluido por tres robos a pesar de su deterioro físico. Un fiscal de Alicante califica las instalaciones en un estudio de «cajón de sastre».

LA VERDAD (MANRIQUE C. SÁNCHEZ).- «Cajón de sastre» en el que cabe de todo. Así califica en un estudio elaborado el pasado año el fiscal responsable de prisiones en Alicante Pablo Gómez-Escolar el Hospital Psiquiátrico Penitenciario por el «uso inmoderado y abuso» de sus instalaciones que hacen los jueces de toda España debido a la falta de otros recursos para enfermos mentales que han delinquido en la red pública sanitaria.

«La falta de recursos sanitarios civiles y la limitación de los penitenciarios a dos establecimientos en Alicante y Sevilla determina que éstos acaben convirtiéndose en cajón de sastre de las más variadas patologías y situaciones», precisa.

El representante de la acusación pública se hace eco de unos datos recogidos el 28 de febrero del 2006. Desde entonces, la situación no ha variado en exceso, según confirman desde el propio Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, el centro de referencia en esta materia para todo el Estado.

En esas fechas había 384 personas ingresadas en estas instalaciones -ahora son 374-, cuando su capacidad es de 304 plazas. De esa población, 38 eran enfermos impedidos física o psíquicamente para valerse por sí mismos, por lo que necesitaban una asistencia continua.

Algunos se hacen incluso sus necesidades encima. Aunque ha mejorado un tanto los medios personales, la escasez de plantilla ha obligado en más de una ocasión a los propios internos a colaborar solidiariamente en el cuidado de sus compañeros más perjudicados.

También destaca la importante cifra de reclusos con trastornos que tienen su origen en el consumo del alcohol (seis) o las drogas (once), cuya atención sería más adecuada en centros ajenos a Instituciones Penitenciarias especializados en esos problemas. Lo mismo ocurre con los pacientes que presentan algún retraso mental, catorce en el 2006.

En cuanto a las patologías psiquiátricas propiamente dichas, 88 de los internos sufrían esquizofrenia paranoide y otros 30 esquizofrenia residual. Pero también residen entre los muros del Psiquiátrico personas con enfermedades como alzhéimer, trastornos bipolares o trastornos disociales de la personalidad.

De la misma manera, el fiscal alerta en este estudio, El juez de Vigilancia Penitenciaria y las medidas de seguridad, del «muy significativo envejecimiento general de la población ingresada, consecuencia natural en parte del cumplimiento de largas condenas».

Del total de los ingresados a principio del 2006, 26 superaban los 60 años. Entre ellos, siete tenían más de 70. Había hasta un anciano de 89 años cuya salida propuso reiteradamente tanto la Fiscalía como la dirección del centro y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. El tribunal que lo había condenado lo denegó otras tantas veces por la inexistencia de un centro geriátrico civil adecuado para él.

«El centro es cada vez más un geriátrico», advirtió en declaraciones a este diario Gómez-Escolar. En teoría, el internamiento en los psiquiátricos carcelarios debería ser una excepción, un recurso específicos para aquellas personas con algún problema mental cuya custodia conlleva serios problemas por su peligrosidad. En la práctica, acaban entre sus rejas un sinfín de penados que podrían ser atendidos por la sanidad civil si hubiera plazas para ellos.

Algunas situaciones son muy lamentables, como la de un recluso que lleva ya dieciocho años en en Fontcalent por la comisión de tres robos. Su salud es cada vez peor y está muy deteriorado, pero allí sigue.

Otro problema se añade a la difícil asistencia de estos pacientes: los psiquiátricos penitenciarios no están territorializados, de manera que los familiares de los internos deben trasladarse a Alicante o Sevilla desde puntos muy lejanos a estas ciudades, como Galicia o Canarias, para visitarles. Precisamente, la descentralización de estos servicios y su transferencia a las comunidades autónomas es una reivindicación histórica de las familias.

EN BREVE

POBLACION: los reclusos del Psiquiátrico de Fontcalent son actualmente 374 pese a que su capacidad original era de 304.

EDAD: unas treinta personas superan los 60 años y varias de éstas los 70.


ENFERMEDADES:
desde esquizofrenias paranoide a otras degenerativas como alzhéimer. También hay gente con discapacidad psíquica.

  • Tengo un familiar en foncalent,le echaron 14 años por intento de homicidio a sus padres,lleva 7 es esquizofrenico,desde que entro alli esta mas inutil pero la opcion que tenemos es que vuelva a casa con el consiguiente miedo de la familia a que estas crisis se repitan ,no hay donde llevarle cuando salga.Cada 5 meses vamos a verle o viene 15 días a casa lo pasamos mal pero es una persona enferma no un terrorista,nos tenemos que desplazar desde salamanca son muchos gastos pero es lo que hay,realmente me pregunto ¿DE VERDAD ESTAMOS TAN DESAMPARADOS? me cuesta creerlo....