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El Ejército no da una: el caso del pastor y el del huevo de águila

Martes.24 de mayo de 2005 1191 visitas Sin comentarios
Tortuga Ibérica #TITRE

Como no ha hecho la mili, no sabía lo que era

La Verdad Digital MAITE MARTÍNEZ/PÉTROLA

«Como no ha hecho la mili, no sabía lo que era». De esta forma, el cuñado de José Manuel Núñez López justifica que este pastor de Pétrola se atreviese a arrancar la anilla de lo que, para él, no era más que un bote «parecido a éste, pero más bonito», dice señalando uno de coca-cola que hay sobre la mesa de su casa.

Nunca podía imaginar que lo que tenía en sus manos era un artefacto, parece ser que perdido por los militares, en una viejísima carretera que une Horna con la Autovía al Levante, muy cerca de la finca Las Huertas de Alhama, donde encierra a las 400 ovejas que cuida. Un artefacto que cogió por curiosidad y que, al tirar de la anilla, «empezó a silbar» explotando a su lado y reventándole un dedo de la mano izquierda.

«He vuelto a nacer»

Como han pasado ya trece días, a José Manuel parece que se le ha quitado el susto del cuerpo y se sonríe, pero dice ser consciente de que «he vuelto a nacer» porque si ese dichoso bote en lugar de ser una especie de bengala «de humo», hubiese sido un artefacto de mayor potencia, ahora puede ser que no lo estuviera contando.

Este pastor jamás podría pensar que eso que tenía en sus manos era un artefacto militar, «qué pijos voy a saber yo, si lo sé, no lo toco», asegura, mientras explica que la finca dista bastantes kilómetros del campo de maniobras y que por la carretera, más bien un camino agrícola lleno de parches, donde encontró el bote sólo pasan tractores y ganado.

«Búlgara o italiana»

Francisco Iñíguez, cuñado del pastor herido, tiene su propia teoría acerca de lo que ocurrió. «La noche anterior pasaron cuatro o cinco coches del Ejército por ahí y entonces se les tuvo que caer», sospecha Francisco, aunque añade que no sabe muy bien por qué los militares iban por ese camino.

«El campo de maniobras está muy retirado de allí, en línea recta la zona de los militares está a 15 kilómetros y el campo de tiro por lo menos a 30 kilómetros, por ahí no deben pasar, ni pasan, porque ellos tienen su zona», comentaba ayer este hombre, totalmente acostumbrado a convivir con una instalación militar al lado, «si yo antes iba allí a cazar y a coger caracoles, ahora no, porque los del Seprona se han puesto serios».

Una de las posibilidades que apuntan en la familia es que quizás algunos militares se perdiesen, «a lo mejor es que se descuidaron y por eso echaron por allí, como ahora hay ejércitos aquí de cualquier país». Y es que, el artefacto que le estalló a su cuñado casi en las manos todavía no saben muy bien cuál es su procedencia, «al principio nos dijeron que era italiana, luego búlgara y ahora no sabemos si es española o qué».

Los restos se los llevó la Guardia Civil al día siguiente, una vez que los Tedax estuvieron en la zona. Ahora, la familia de José Manuel está esperando que les den una explicación de lo que pudo haber ocurrido, para así obrar en consecuencia e interponer la denuncia frente a quien corresponda. «Alguien le tendrá que pagar que no puede ahora trabajar», dice su cuñado.

No es sólo por si tuviera derecho a una posible indemnización por lo que quieren que se aclare todo, sino también para evitar que vuelva a repetirse, «más que nada es el susto, porque allí a la finca van mis chiquillos, van mis sobrinos, y si no tienen que pasar por ahí, pues que no pasen».

Disculpa ministerial

Por el momento, lo que sí han recibido es una disculpa desde las más altas instancias. Hasta el sábado ningún responsable del Ejército se había puesto en contacto con la familia, pero ese día por la tarde el mismísimo ministro, José Bono, se presentó en su casa para, en persona, disculparse por lo ocurrido y comprometerse a investigar por qué esa bengala estaba fuera de los límites del campo. «Es todo un caballero, por lo menos para nosotros», confiesa Francisco, alabando el gesto del ministro.

Juicio contra tres militares por malograr un huevo de águila en unas maniobras

EFE - Madrid
EL PAÍS - 24-05-2005

Tres militares (un coronel y dos capitanes) serán juzgados mañana por haber malogrado presuntamente un huevo de águila durante unas maniobras en abril de 2002. Los mandos se enfrentan a dos años de prisión o multa de 24 meses. Fuentes de la acusación, ejercida por la Asociación de Defensa del Valle del Lozoya, indicaron que los tres militares (el coronel de las instalaciones de Ingenieros en Hoyo de Manzanares, y dos capitanes de Infantería) organizaron unas maniobras junto a un nido de águila, lo que obligó a la pareja que empollaba el huevo a abandonar el nido.
En aquel momento, tanto los agentes forestales como el biólogo que llevaba el seguimiento de las águilas les advirtieron reiteradamente de las molestias y del peligro de pérdida de la nidada.

Estas fuentes indicaron que las maniobras "incumplieron las normas de protección de especies en peligro de extinción" y provocaron que la pareja de águilas levantara el vuelo cada vez que pasaban los vehículos, dejando desprotegido el huevo en unos días de frío y granizo. "Finalmente, el huevo fue retirado por los agentes forestales cuando fue evidente que había fracasado", añaden las fuentes, "y la necropsia demostró que el pollo era viable".