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Cosas que te pueden pasar trabajando en una tienda de sexo

Martes.16 de septiembre de 2008 2908 visitas Sin comentarios
Estoy Descentrado #TITRE

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Ya saben ustedes que durante mis penosas vacaciones me quedé en Madrid, prácticamente todo agosto, por eso de la ruina económica que arrastro, y dediqué gran parte de mis mañanas a matar el rato en una tienda de sexo, que está cerquita de casa. Digo tienda de sexo y no sex-shop adrede: como ya les comenté, esta tienda está pintada en bonitos colores verdes, la puerta está abierta de par en par, no hay cabinas y apenas hay DVDs... es decir, no tiene -afortunadamente- nada que ver con un Hollywood Center o similar.

Pero claro, al igual que los borrachos son incapaces de aguantar la pulsión de babosear a la pobre camarera o de dar la lata al pincha en el antro de turno, el público de este tipo de comercios tiene unas características de lo más peculiar. Paso a relatarles algunas anécdotas que me han contado o que he vivido en mis mañanas locas en esa tienda, para mí ya casi como mi segunda casa... ah, por cierto, hay mucha gente que me pregunta por el famoso "pack Torquemada", cuando encuentre un link con el producto lo publicaré ipso facto, no se preocupen.

• En este tipo de tiendas venden un kit para clonar penes (ahora hasta vaginas, llegó hace pocos días). Bueno, pues los sufridos dependientes de este tipo de comercios tienen que soportar cosas de gays muy aguerridos , como aquella de "ya que nunca te voy a tener dentro de mí, por favor, te pago para que te hagas un molde de tu polla, y así poder jugar pensando en tí". No me digan que eso no es bonito, por favor.

• Otro clásico es la gente que ingiere demasiado alcohol, u otras sustancias y se dedica a llamar a la tienda en plan de bifa, mofa y regodeo. Y no hablo de adolescentes en período vacacional, no, hablo por ejemplo de unas simpáticas lesbianas, que parecer ser gustan de amenizar sus veladas llamando a la tienda con el manos libres, preguntando por diversos modelos de consoladores, y relatando con bastante detalle por donde se lo introducirían a diversas féminas que han visto por la tienda. Queridas amigas, si abusan del orujo, por favor, aléjense del teléfono. De verdad.

• La gente que realiza prácticas de dominación-sumisión sufre una atracción casi irrefenable por este tipo de tiendas. Las anécdotas son tantas que casi casi merecerían una entrada propia, pero les comento sólo algunas... Una de las que más me llamaron la atención fué la de un señor que realizó diversas compras (todas relacionadas con productos BSDM) por la mañana, y anunció que volvería por la tarde con su "sumisa". La cuestión es que la tienda, ya por la tarde, estaba llena, y mi amigo atendiendo la caja casi sin dar abasto... el caso es que el "amo" se acercó al mostrador, y le espetó a mi colega "¿me sujetas esto un momento?". Bueno, pues lo que le estaba pidiendo que sujetara era el extremo de una cadenita, que estaba atada la cintura de una atractiva cuarentona.

• Otro episodio entrañable relacionado con "amas/os" y "sumisas/os" fué el día que apareció una joven con un móvil en la mano, y, ofreciéndolo al sufrido dependiente (¿les pagan lo suficiente por aguantar este tipo de cosas? lo dudo), le suelta a quemarropa "mi amo quiere hablar contigo; dice que me hagas lo que quieras, pero que mientras se lo vayas contando". Todo esto en horario laboral... joder, ¿la gente de la escena BDSM no trabaja, o qué demonios?

• Para finalizar, paso a relatarles la ya clásica anécdota de "el cojo". Otra vez, un "amo" y un "sumiso" entran en la tienda -la virgen, parece un chiste... ¿que no?- el "amo" cojo y el "sumiso" bastante azorado. Pasan de largo por delante del mostrador hasta el fondo de la tienda, sin mirar productos. Mi amiguete, al rato, se mosquea, ya que no tiene ángulo desde donde está para verles... Sale del mostrador, encara el pasillo y se encuentra con que el "sumiso" le está practicando una felación al otro colega. Gritos, confusión... y el "sumiso" sale corriendo. El "amo", tan tranquilo, sale cojeando y subiéndose la bragueta como si tal cosa, y encima va y pregunta tan tranquilo... "oye, vídeos en formato VHS no teneis, ¿verdad?". Genio y figura.

Bueno, hay infinidad de tonterías más que contar, pero les aseguro que les he relatado las más relevantes a mi juicio... cuando tenga dinero y quiera montar un negocio, ya no pienso en un restaurante, ¡¡¡quiero una tienda de éstas!!!