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Casas Viejas: el día después

Jueves.6 de diciembre de 2007 2398 visitas Sin comentarios
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Información del desalojo en Tortuga

Desalojo del Centro Social Okupado Casas Viejas (Sevilla): última hora y vídeo de la acción

Entreveramos las siguientes crónicas del diario El País con algunas fotografías tomadas por Tortuga en Sevilla el día posterior al desalojo.

Los dos ’okupas’ de Casas Viejas niegan su vinculación a ETA

MARÍA MORGADO - Sevilla

Iván y Agus se encadenaron durante 36 horas a cuatro metros bajo tierra para evitar su desalojo del Centro Social Okupado y Autogestionado Casas Viejas, en Sevilla. Ayer accedieron a reunirse con este diario a pesar de que quieren que no se hable más de ellos. Iván Díaz (Cádiz, 1979), profesor interino de Geografía en la Universidad de Sevilla, lo hizo para "aclarar" todo. Agustín Toranzo (Sevilla, 1970), que trabajaba en el ambigú del centró, accedió con cierta distancia inicial. Ninguno quiso ser retratado.

Ambos negaron toda vinculación con el entorno de ETA después de que un periódico recordase una condena de Agustín por "desórdenes públicos y atentado a la autoridad" en una manifestación anti Expo 92 y confundiese a Iván con otro Iván también condenado. Por su parte, la policía investiga unos papeles hallados en Casas Viejas escritos en euskera y la posibilidad de que hayan recibido "asesoramiento etarra" en la construcción del zulo.

"El principal asesoramiento que tuvimos es un movimiento londinense contra la construcción de la circunvalación M-11; nos pusimos en contacto con uno de sus autores, apodado Tim Tuneler", explicó Agustín. En cuanto a los papeles: "Que sigan investigando, no se puede criminalizar un idioma de esa forma; en el País Vasco hay más gente aparte de terroristas". "Se está utilizando el tema de ETA de forma oportunista para desviar la atención de las cuestiones fundamentales por las que se ha hecho esta acción", añadió Iván.

Dicen que aguantaron en el túnel por ideales. ¿Cuáles? "Queríamos permanecer en el espacio que hemos estado trabajando durante seis años y lanzar una problemática fundamental, como es el hecho de que en todo momento está por encima el derecho a la propiedad privada sobre otras cuestiones de justicia social", explicó Iván.

El colectivo critica que el edificio que okuparon haya estado abandonado durante 20 años hasta que "por la coyuntura económica han querido recuperarlo para sacarlo al mercado". "Y a nosotros, por invertir nuestro tiempo en arreglar un espacio y convertirlo en un lugar habitable para su uso social, político y cultural, nos llevan a juicio; queremos que la gente se pregunte si eso es justo", aseguró Iván.

Entre los problemas que tratan de solucionar citan que haya medio millón de casas vacías "permanentemente" en Andalucía y 43.000 en la ciudad de Sevilla. "Hay cuestiones que la gente tiene que plantearse: hay un problema grave con el acceso a la vivienda de los jóvenes y sin embargo las soluciones que se proponen son construir más", dice Iván. "Hay que cuestionarse el modelo de habitabilidad que tenemos y poner en uso esas viviendas que están permanentemente vacías y censadas".

Los dos dedican su "resistencia a toda la gente que ha sido desalojada, y sigue siéndolo, desde el pelotazo del 92; hay un drama social y humano grande del que nadie quiere hablar".

Respecto a críticas habituales como que "los okupas son unos vagos" o que "roban la electricidad y el agua" también tienen respuestas. Primero porque aseguran que ellos no viven en casas okupadas, por lo que pagan el agua y la luz que consumen. Respecto a los recursos públicos que empleaba Casas Viejas: "Está justificado. Es un gasto económico muy pequeño en comparación con el gasto que le supondría al Ayuntamiento hacer espacios para que la gente joven se desarrolle cultural y políticamente", dice Iván. "Hemos conseguido crear mucha conciencia en la gente", zanja Agustín.


Los ’okupas’ de Sevilla avisan de que tomarán otras casas.
La Policía Nacional se querellará contra los desalojados

MARÍA MORGADO - Sevilla

Los okupas desalojados el pasado viernes del Centro Social Okupado y Autogestionado Casas Viejas, en el sevillano barrio de la Macarena, aseguraron ayer vivir un momento "agridulce". Agrio porque les han echado de un lugar donde habían puesto "mucho trabajo para que fuera un referente cultural y social". Y dulce porque aún hay "sitios vacíos y lucharemos por una alternativa digna y necesaria", avisaron.

El colectivo reunió en la tarde de ayer a cerca de 300 simpatizantes -un millar según los convocantes- que marcharon desde la plaza del Pumarejo hasta Plaza Nueva, donde se encuentra el Ayuntamiento hispalense.
A medio camino hicieron un alto en la Alameda de Hércules frente al centro cívico La Sirena. Allí se encerraron 20 jóvenes la noche del jueves en apoyo a dos de sus compañeros: Iván Díaz, de 28 años, y Agustín Toranzo, de 38 años.

Los dos hombres resistieron al desalojo encadenándose bajo tierra durante 36 horas. Una vez que la policía consiguió sacarles, fueron detenidos y puestos en libertad la noche del viernes con cargos por desobediencia civil grave y desorden público.




Resistencia bajo tierra

Agustín explicó que la obra donde se encadenaron -un pozo de cuatro metros de profundidad del que partían dos galerías de otros cuatro metros- estaba terminada hace dos años. La construcción del túnel había sido revisada por arquitectos. "En ningún momento nos sentimos inseguros en su interior", aseguró.

Sí que temían la actitud policial. "Por eso mentimos y dijimos que no podíamos soltarnos solos", añadió en referencia al supuesto candado sin llave con que se habrían anclado. En realidad utilizaron mosquetones, que se abren fácilmente con una ligera presión.

"Cuando estábamos solos podíamos sacar el brazo para estirarlo, beber agua o hacer nuestras necesidades", dijo. Con ellos escondieron un teléfono móvil e instalaron una cámara oculta "para grabar posibles malos tratos". Según su versión la cámara fue descubierta por la policía e inutilizada. Los jóvenes no descartan presentar una denuncia por "tortura física y psicológica".

El Cuerpo Nacional de Policía anunció anoche que se querellará contra los okupas por calumnias. Enrique Álvarez Riestra, jefe superior de la Policía Nacional en Andalucía Occidental, aseguró que el trato fue "correcto" con los desalojados y consideró "inadmisible que se injurie a los agentes, bomberos y técnicos que arriesgaron sus propias vidas por salvar la de ellos".


37 horas a cuatro metros bajo tierra.
Desalojados los ’ocupas’ de Sevilla

MARÍA MORGADO - Sevilla

"La desproporción que parece el túnel es proporcional a la cantidad de trabajo, cariño, ilusión y ganas que hemos metido en Casas Viejas". Así explicaba Beatriz, portavoz de los colectivos antisistema que ocupaban desde hace cinco años este edificio del barrio de la Macarena, en el centro de Sevilla, su oposición al desalojo ordenado por el juez. La policía cercó el inmueble el jueves y desalojó a cuatro personas mientras en la calle se registraban enfrentamientos con simpatizantes de los colectivos afectados. Pero dos okupas permanecieron hasta anoche encadenados en un túnel a cuatro metros de profundidad.

Los encadenados estaban sujetos por un mosquetón al final de un tubo

Los encerrados disponían de cámara y micrófono
Iván Díaz, profesor de la facultad de Geografía e Historia de Sevilla, de 28 años, aguantó casi 36 horas, hasta las 19.30 de ayer. Su compañero de protesta, Agustín, carpintero y albañil, aguantó una hora y media más.
La asamblea del centro social diseñó y cavó durante un año el túnel. "Saben lo que hacen, son adultos y gente muy formada", dijo Diego Cañamero, líder del Sindicato de Obreros del Campo que, desde el jueves por la noche, ejercía como mediador a petición del colectivo.
Beatriz, compañera de los jóvenes, explicó que el zulo es un pequeño habitáculo donde caben tumbados, con escasa movilidad al tener todo el brazo dentro de un tubo metálico. "Allí hace mucha humedad pero nada de frío, al revés, hace calor".

La policía ya sabía el jueves que los dos ocupas podían desencadenarse solos. El anclaje era sólo un mosquetón, un dispositivo de cierre parecido a un eslabón que no precisa candado y que se usa en montañismo, barcos o como llaveros. Los Grupos de Operaciones Especiales de la policía (Goes) y los artificieros (Tedax) lo averiguaron con una cámara de fibra óptica.

Pero forzar su liberación era difícil porque en el habitáculo, que tenía algunas zonas de sólo medio metro cuadrado, no cabían dos personas. Además, los jóvenes, aunque no ofrecieron una respuesta violenta, sí dificultaban cualquier intento de liberación. Se decidió entoces introducir un dispositivo articulado con una pequeña navaja en la punta para poder manipular el cierre. Los dos jóvenes volvieron a resistirse. Entonces fueron inmovilizados por las piernas. Iván Díaz, el más joven se liberó solo finalmente. Al otro hubo que soltarlo.
Los encerrados disponían de cámara y micrófono, por lo que la policía sospecha que pudieron usarlos para estar en contacto con otros compañeros.

Iván salió a las 19.30 y lo hizo en camilla, directo a una ambulancia que esperaba en la puerta del inmueble.
Poco tardó en correr la voz y decenas de simpatizantes se agolparon en los alrededores del centro con vítores, aplausos, pitos y silbidos. "Está bien, ha salido mareadito, con sensación de claustrofobia. Y es que ahí había mucha humedad. Menos mal que es ya de noche; que si no, no aguanta" contestó un bombero a un vecino que se interesó por su estado.

Iván Díaz fue trasladado al hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde comprobaron que se encontraba en buen estado. De inmediato cambió de destino, las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía.

Los comentarios sobre el compañero de protesta eran que Agustín estaba "más fuerte moralmente" y "resistía más". Pero Agustín fue desalojado a las 20.45. Le dio tiempo a saludar con los brazos antes de recorrer el mismo itinerario que su compañero.

El zulo estaba bien construido y denota mucha dedicación y la intervención de alguien "con conocimientos en la materia". Uno de los momentos de más peligro se registró cuando en el habitáculo sólo quedaron 18,8 puntos de oxígeno, ocho décimas más del nivel entre la vida y la muerte, según la policía.

"En esas situaciones, lo fundamental es el agua, el oxígeno y el frío", explicó Lucía Ortega, médico de familia con un máster en emergencias que trabaja en el 061 de Sevilla y que fue consultada por este periódico sobre las condiciones en las que habían pasado las horas de protesta Iván Díaz y Agustín. "En un derrumbe, cuando una persona carece de agua o alimentos, se desestiman las opciones de rescate a las 48 o 70 horas; pero con agua y oxígeno se puede sobrevivir hasta una semana", precisó.

El foro de Casas Viejas convocó dos manifestaciones para hoy, a las 12.00 y 18.00. La salida está prevista en la Plaza del Pumarejo (anexa al centro Casas Viejas) y terminará en la Plaza Nueva, frente al Ayuntamiento.

Diario El País