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Carta a un católico preocupado por la llegada de refugiados

Martes.8 de septiembre de 2015 175 visitas Sin comentarios
Correo Tortuga - Agustín Velloso. #TITRE

Ayer me enviaron un texto titulado "corazones de carne". Era de un amigo católico muy preocupado por la llegada de refugiados a Europa, concretamente por la falta de soluciones por parte de los gobiernos europeos.

El texto, bienintencionado, merece la pena como ejemplo de soluciones igualmente bienintencionadas aunque incapaces de solucionar el problema por basarse en la caridad en lugar de en la justicia.
Una alternativa centrada en la segunda es la que se presenta a continuación.

Los argumentos precedidos por ** responden a los del texto.


Abramos nuestras fronteras y nuestro corazón a tantos que sufren, que huyen de la guerra y de la muerte. A tantos niños inocentes. A tantos padres y madres que solo buscan poder sotener a sus hijos, padres y madres como nosotros. Abramos nuestras fronteras y nuestro corazón. No tengamos miedo a los pobres y desheredados de la tierra.

** Hola Juanmari:

** Gracias por tu mensaje que expresa a la vez tu tristeza por el horror que estamos viendo a nuestro lado y tu deseo de contribuir a paliar el dolor de las víctimas.

** No obstante, por la amistad que nos une, no puedo dejar de decirte (no diré "mejor" ni tampoco "en lugar de") que igual que pides que abramos nuestras fronteras y nuestro corazón, exijamos al Congreso que ni un céntimo de nuestros impuestos se dedique al gasto militar, que se termine con la fabricación y exportación de armas en y desde España, que exijamos a los gobiernos (del PPSOE) que no alimenten más guerras, ni con misiones humanitarias que matan a niños y familias enteras en sus camas en Iraq, ni para llevar la democracia que instala presidentes como los de Iraq, Egipto y Afganistán, ni para liberar a las mujeres afganas a bombazos que las matan pero no las liberan, que no exploten los caladeros africanos para que no vengan los pescadores somalíes ni los saharauis en barcos de goma, que no se permita a nuestras multinacionales que exploten mano de obra infantil en el tercer mundo, que no participemos en el expolio de África mediante absurdos y falsos proyectos de cooperación que nunca jamás han conseguido sacar a los pobres del agujero.

** Creo que todo esto es lo que hay que hacer en nuestro propio país sin descanso antes de que nuestros gobernantes, que nosotros votamos y sostenemos con los impuestos, cometan los crímenes que cometen en nombre de nuestra democracia y en el de la superioridad de nuestra civilización cristiana.

** Esto es así porque que la solidaridad a posteriori resulta del todo impotente para paliar la agresión continua del imperialismo occidental en el resto del mundo. Si los desheredados de la tierra mueren en el mar huyendo de la guerra y de la miseria, no es por falta de corazón de los que vivimos bien, sino por falta de coraje para obligar a nuestros gobiernos, que son los que matan más o menos lentamente a aquellos (con armas de fuego o económicas) a llevar a cabo políticas cuyo fin sea que aquellos vivan como nosotros, ni mejor ni peor, simplemente como nosotros. Recuerdo que nos decían en el colegio que esto y no otra cosa es el primer mandamiento cristiano: ama a los demás como a ti mismo.

No tengamos miedo a que se desestabilice Europa. No busquemos la falsa seguridad de los burgueses, ni la comodidad de los egoístas. Tengamos un corazón de carne no de piedra.

Queremos tender la mano a quien sufre. Decirle: no sufras mas. hermano. Yo te ayudaré. Ven a mi casa. Refugiate en ella con tu familia. Descansa. Esta desgracia que te sucede a ti, mañana puede sucederme amí.

** La clase trabajadora y media no es egoísta, no está pidiendo al gobierno español que explote a los pobres del tercer mundo, ni va diciendo que odia a la gente de otros países. Sin embargo, está engañada por los políticos que les dicen -a sabiendas de que es falso- que los musulmanes y otras razas inferiores nos quieren invadir y acabar con nuestro modo de vida, como si el modo de vida de Felipe González y de Aznar (y de los dueños de las empresas que les contratan cuando dejan de ser prsidentes) fuera el mismo que el de un joven en paro o el de un padre de familia con trabajo precario de mil euros al mes o menos.

** Seguro que es como dices: muchos están dispuestos a ayudar a los náufragos, pero de momento las clases trabajadoras están intentando salir adelante a pesar de la estafa organizada por sus propios gobernantes. ¿Por qué habían de ayudar al gobierno con los refugiados si ya pagan sus impuestos para que lo haga éste en su nombre, pero prefiere comprar tanques a Alemania, salvar a los bancos, mantener un sistema político-empresarial corrupto que ha podrido todas las fibras de este país?

** ¿Por qué no usan nuestros impuestos para salvar refugiados en vez de levantar concertinas en Ceuta o disparar en Melilla balas de goma a indefensos nadadores que resultan muertos con munición pagada con el sudor de nuestra frente? ¿Qué español ha pedido que en su nombre se cometan estas barbaridades? ¡Que metan a los refugiados en La Moncloa y en la Carrera de San Jerónimo, que han sido convertidas en un mercado! ¿Dónde están las cuerdas para echar a latigazos a todos sus ocupantes?

Somos muchos los que abriríamos nuestros hogares a las familias que huyen de la guerra y el hambre. Que desde los poderes públicos pidan este sacrificio a la gente. Seguro que nos asombraríamos del numero de personas que se apuntarían, de la bondad y generosidad de la gente sencilla.

** Esto es un contradiós: ¿quién va a pedir ese sacrificio, el que con las tarjetas black se iba a los lupanares, el que se iba a cazar elefantes con su querida, la que dijo en el congreso "que se jodan" para referirse a los parados y otros elementos de la clase baja, el que afirmó que está en política para forrarse, el que esquía en Suiza y en Canadá mientras esconde 50 o más millones de euros d elos parados, de los pensionistas, de los dependientes y de los enfermos? ¿Cómo se puede ser tan ingenuo? Que no cuenten conmigo, eso es alimentar a la bestia, no es caridad en modo alguno, es un monumental contradiós. No creo en este cristianismo ni me interesa siquiera conocerlo.

Abramos nuestras fronteras y nuestro corazón a los que sufren. Nosotros tenemos un corazón de carne, no de piedra. Que vengan a nuestras casas.

Fdo: Corazones de carne.

** Insisto: el problema no es una supuesta falta de caridad cristiana de los españoles (o de cualquier otra persona sea de donde sea), el problema es la codicia infinita de algunos poderosos y el escaso valor de muchos para admitir que no es solamente el mal que hacen unos pocos, sino también la pasividad de muchos, lo que hace el mundo sea hoy el infierno en la tierra.

** Saludos, Agustín