A la educación por el liberticidio, vol III - Tortuga
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A la educación por el liberticidio, vol III

Viernes.23 de junio de 2006 809 visitas Sin comentarios
La Petite Claudine #TITRE

En Barrapunto:

Un alumno del IES José Saramago y usuario de Barrapunto creó un blog en el que realizó diversas denuncias sobre el funcionamiento del centro. La "gota que colmó el vaso" fue una entrada en la que criticaba de manera bastante argumentada el sistema de enseñanza usado por el profesor de filosofía. Este profesor le ha denunciado por injurias, basándose en un comentario anónimo, haciendo lo mismo el director del centro y tres semanas después de terminar las clases se le ha abierto un expediente disciplinario. El jueves se celebrará el que podría ser el primer juicio a un bloguer por un comentario anónimo en su blog, aunque lo que parece que va a tener más complicado es evitar el expediente disciplinario.

No es la primera vez que un blogger da la cara por un comentario anónimo. Leyendo el blog, sin embargo, parece evidente que dicho profesor ha tenido dificultades para encontrar algo que denunciar: el blog está escrito con enfado pero sin falta y cualquiera que haya pasado por un centro de estudios se puede identificar con él fácilmente. Ojalá el mal trago sirva al menos para que el sistema educativo deje el modelo franquista y se adentre en el siglo XXI.


Ahora que he terminado el artículo que tenía pendiente, sigo: esta noticia es interesante por muchas cosas. Primero, demuestra que la desgana y la frustración que muchos de nosotros experimentamos en el instituto y en la Universidad no es un hecho aislado, es la norma. No quiero ni empezar a hablar de la importancia del profesorado en la formación de uno, ya no como persona educada sino como persona. El sistema educativo tiene que cambiar. Segundo, cuestiona la libertad de expresión de la Red. El problema que observa Mafius nos es familiar a todos y su profesor de filosofía prefiere callarle la boca que reconsiderar su posición como profesor.

Y, por último, un tema que también nos interesa a todos y que resulta difícil de asimilar: los comentarios. Como el enfurecido profesor no ha podido encontrar nada en el discurso que justifique un caso legal, ha recurrido a un comentario anónimo. Que, técnicamente, podría perfectamente haber escrito él mismo. Como no es la primera vez, es de sentido común replantearse los términos del sistema de comentarios, un recurso habitual que viene por defecto en cualquier tipo de blog.

Como se puede comprobar, en este blog sólo se borra el spam, y con agujeros en el colador del tamaño de un centollo. El resto -desde los comentarios idiotas, desinformados o irrelevantes a los insultos y salidas de tono- se quedan donde están, junto con los interesantes, los informativos, los divertidos y los originales. No es justo, ni para los comentaristas ni para mí, pero no tengo tiempo ni ganas de filtrar la participación de terceros en esta página. Admito anónimos pero no los leo, y en esto sigo el mismo principio de sentido común que en cualquier otro contexto: si quieres llamar mi atención, empieza por identificarte. Hay quien defiende que el anonimato les protege de los prejuicios y ayuda a que su mensaje sea "puro", pero es una justificación muy tonta: yo no tengo prejuicios contra personas que no conozco pero contra los anónimos sí. Si no valoras lo suficiente tus opiniones como para poner la cara por ellas, no esperes que yo lo haga por tí,

Los trols halagan mi vanidad, como halagan la de cualquiera que tenga un blog durante más de dos meses y dos dedos de frente: odian lo que escribes pero no pueden dejar de leerlo. Qué gustito da despertar pasiones incontrolables. Pobres y pequeños trols cautivos de mis encantos retorciéndose en los comentarios como hormiguitas al sol, etc. Pero ¿qué pasa si tengo que poner la cara por los que son demasiado cobardes como para poner la suya? ¿Tengo que contratar un abogado que me defienda de las bobadas que otros dicen aquí?

Si el día de mañana la respuesta es sí, habrán ganado los malos. Y con eso no me refiero a los trolls anónimos que se aprovechan de tus recursos pero te cargan el muerto porque esos no son los malos, son los imbéciles que causan un perjuicio para todos sin ganar nada a cambio. Los malos son el profesor de filosofía que lleva a juicio a un alumno porque critica sus métodos de enseñanza, la compañía de videjuegos que le pone un pleito al programador que se quejó de que trabajaba 20 horas al día y no le pagaban los extras. El periódico que pone en la calle a un periodista porque denunció una manipulación. Eso sí es censura y no que te borren un comentario anónimo escrito desde el cibercafé insultando al blogger que tanta rabia te da. Censura y abuso de poder, esos son los malos.

La noticia en barrapunto y en retiario,