Cuando un judío se toma tanto trabajo en explicarle a los no judíos sus razones para sentirse orgulloso de pertenecer a la tribu de Judá, lo mínimo que merecen es presentarles un buen argumento. No es frecuente toparse con judíos no talmúdicos (ellos no nos consideran humanos).
El Sr. Freedman, nacido en 1890, fue un hombre de negocios judío con mucho éxito de Nueva York, quien fue una vez el propietario principal de la compañía de sopa Woodbury. Rompió con el judaísmo organizado después de la victoria judeo-comunista de 1945, y pasó el resto de su vida gastando una parte considerable de (...)