Como decía mi iluste padre: "yo soy de todas partes y de ningún lado". Soy catalán de nacimiento y pareja, criado en Cantabria y de raíces canarias. Soy lo que se puede llamar un verdadero español. Hablo catalán por pura voluntad y cultura (ya que la considero también una lengua española igual que el vasco, el gallego y el resto de lenguas no oficiales) y cultivo con gran orgasmo mental el maravilloso don del castellano. Ser español no significa odiar lo catalán, vasco o gallego; es decir, ser centralista; ni ser vasco, catalán o gallego significa renegar sistemáticamente del "soy (...)