Estimada, Confundida, en alguno de mis mensajes creo haber dado respuesta a esa interrogante. Pero intentaré resumir mi respuesta aquí: fue un proceso largo y realmente penoso; un proceso en el que uno termina descubriendo que el mal radica en uno y no en las otras personas. Y después de ese proceso, un reconocimiento claro y absoluto de que la vida (mi vida) podría desperdiciarse si no modificaba su principal línea de motivación: yo mismo. Eso me llevó a una modificación progresiva, lenta, muy lenta, de mis actitudes hacia la vida. De ser un hombre depresivo, poco a poco fui viendo las (...)