Decir que la guerra en Siria empezó porque el Gobierno decidió ignorar y responder con balas a las demandas de reformas y más democracia por parte de un sector de la población, sencillamente, es repetir una mentira que no se sostiene.
Las protestas de la “primavera siria” adquirieron enseguida un carácter violento. Por poner un ejemplo, el tercer día de protestas los manifestantes prendieron fuego en Daraa al Palacio de Justicia, las sedes de dos compañías telefónicas, la sede (...)