La sedición y rebelión, que pueden destrozar un país como ya hemos visto tantas veces en la historia de España, han de ser castigados con cárcel para que cunda el ejemplo, ningún político o funcionario debería de actuar por encima de sus superiores y saltarse las leyes vigentes, si se les permitiese hacer lo que quisiesen a los políticos y funcionarios locales este país sería un cachondeo.