Respondiendo a:
30 de agosto de 2018
Por Mariza Bafile
Masas de desesperados, en filas ordenadas y llevando a cuestas lo poco que les permite el cuerpo, se alejan de Venezuela, tierra en la cual nacieron y creyeron morir.
Al verlos, con los cuerpos demacrados y la angustia reflejada en sus rostros, nos preguntamos dónde quedó atrapado el optimismo de un pueblo conocido, y a veces criticado, por su alegría, ironía y ganas de disfrutar de la vida. Un pueblo fiestero que sabía reír de sí mismo y vivía al día porque nunca perdía (...)