Respondiendo a:
11 de mayo de 2018
Hace unos días iba paseando por la calle con mi pareja/novia/compañera. Era por Cádiz, una de esas ciudades tan bonitas que los guiris se acaban enterando de que existen. En mitad del paseo, un grupo de cinco tíos de unos treinta años, británicos creo, sentados en una terraza, se giraban hacia una chica que caminaba sola, unos metros por delante de nosotros, diciéndole algo así como “oink, oink” o “grrrrrññññ”, no llegué a pillarles bien el acento. La típica escena. (...)