¿Y el gas? dice el locuaz "agente de la duda" al que el criminal Assad abre las puertas de Duma mientras se las cierra" por su propia seguridad" a la ONU... El gas está en sus ojos y en vuestras mentes. Nublando vuestra razón y vuestros corazones. El gas de la difamación, de la mentira de guerra, del todo vale para justificar lo injustificable: que el estado sirio siga asesinando por cualquier medio a su alcance a su propia población para seguir manteniéndose en el poder y en una cima de escombros y de cadáveres. Porque Assad representa al socialismo árabe, claro. No a sus negocios de (...)