Cuando terminé de leer Las Venas Abiertas me envolvío un sentimiento de GRAN RESPONSABILIDAD; me daba cuenta ahora, de ese silencio que hemos mantenido frente a la realidad de nuestra querida América Latina y por ese sentimiento de responsabilidad me he encargado de tomar ideas del libro y difundirlas, hablo, robándome sus frases con mi papá, mi abuelo, mis compañeros y quien se cruce en la vida con la esperanza de acabar con el silencio de esa historia que nos han contado y que hemos aceptado sin reparos, apagándo nuestras voces. Es hora de acabar con "ese SILENCIO bastante parecido a (...)