Yo he visto al diablo, mordía en un hombro a un poseído. Su aspecto era de una cabeza casi elíptica, una cara de acné pronuciado, llevaba un gorro rojo y unos claros cuernos pequeños. Cuando observó que le veía no me atacó; sinó que dejó de morder al poseíad y me miraba sacando una lengua muy roja que semovñia como un péndulo, el poseíado paraecía un hombre de unos 30 años, complacido por el mal, desnudo de cintura para arriba de color grisáceo. Después de esa espantosa visión dije: Te amo porque eres criatura de Dios,en nombre de Jesuscristo vete, lo dije dos veces, y recuperé la paz. (...)