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23 de julio de 2017
A diferencia de años pasados, en las históricas estaciones de autobús de la ciudad nigerina de Niamey los migrantes se esconden a los ojos de los curiosos: dormitorios cerrados con candados, guardias nerviosos y muchas prisas, con una o dos semanas como permanencia máxima en la zona. Para ver a quienes atraviesan la ruta migratoria, hay que seguir las salidas internacionales hacia Bamako, Dakar o Abidjan. Ya no sirven las nacionales en dirección a Agadez o Arlit, otra importante del camino (...)