Respondiendo a:
9 de mayo de 2016
José L. Aroca
El Roble Grande de la Solana en Barrado, en Valle del Jerte, Cáceres, no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir al envenenamiento con herbicida del que ha sido víctima este invierno. El efecto se ha descubierto ahora, cuando no ha echado hojas con la primavera. “Creemos que no tiene solución alguna”, lamenta Ignacio Fernández, director del programa de Áreas Protegidas en la Consejería de Medio Ambiente y Rural de la Junta de Extremadura. “Así que quedará (...)