Respondiendo a:
16 de enero de 2016
En otros tiempos las fiestas no suponían gran dispendio, puesto que su frecuencia no era mucha y la mayoría de sus consumibles -comida, bebida, música, ornamentación...- eran proporcionados en especie, y de forma comunitaria, por quienes iban a disfrutar de la celebración. Los distintos momentos de bonanza o crisis hacían que lo compartido fuera más o menos abundante y variado, e incluso que pudiera haber algún remanente (no necesariamente en forma dineraria) para contratar a algún artista (...)