Decir que los amigos cristianos evangélicos que llevan este comedor solidario y autogestionario para gente sin recursos, ni nos conocían, ni nos esperaban, y en un principio se encontraron un tanto incómodos al toparse con una acción política en su comedor. Eso no les impidió invitarnos a comer, por un euro por persona, que era simbólico y opcional. La comida estaba muy buena y estas personas se comportaron de forma cálida, y sobre todo al final, cuando ya, al parecer se sentían más tranquilas, llegaron a estar incluso a gusto con nosotros (era mútuo) y a comentarnos muy encarecidamente (...)