“Luchar por el salario, por el derecho a huelga, por el pago de horas extras, por mejoras en las condiciones laborales, por cobertura social, por una jubilación, etcétera, resulta imprescindible para vivir. Pero no es suficiente para vivir humanamente. Mientras existan seres humanos que vivan de la explotación de otros seres humanos, la sociedad no será verdaderamente humana. Dicho por la negativa, hay que luchar sindicalmente (reducir la explotación todo lo que podamos) y hay que combatir la lógica del capital (que impone la ganancia como objetivo fundamental para la vida). (...)